Comunidad organizada vs. control ciudadano

Actualidad 03 de febrero de 2023
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“Lo que no quiere el enemigo es que nuestra política local, argentina y suramericana, se dé un proyecto nacional y regional autónomo. Esta es la madre del borrego”, Alberto Buela.

Cuando se abrieron las urnas, allá por 1983, lo hicimos sin comprender la importancia del voto y, sin percibir que es el pueblo organizado quien debe controlar y observar las conductas de nuestros representantes, los políticos. Los dejamos solos, quedaron solos. 

Con el tiempo, la dirigencia política (que no es conducción política), descubre que el PODER sin control comunal otorga impunidad. 

En 1954, en un plenario de Juntas Vecinales, el presidente Juan Perón indicará que su gobierno está en falta con el régimen municipal y que trabajarán en ello (al año siguiente será derrocado). El Estado Justicialista reconoce la importancia de estas Juntas -control comunal- para hacer oír sus reclamos ante las autoridades municipales y resolver sus problemas, sin importar la naturaleza de los mismos, ellas coadyuvan en las decisiones de ejecución política, aportando conocimiento y experiencia. Dirá el Gral. Perón que “todos somos buenos, pero si nos controlan mejor”. 

Lo cierto es que, el poder político no conocerá de límites y, los empresarios y grupos económicos se aprovecharán de la "vanidad" en el ejercicio del poder sin control de nuestros políticos. Muchos se enriquecerán, mientras el pueblo se irá empobreciendo, en una de las tierras más ricas del planeta.

Con el tiempo fueron convirtiendo al régimen electoral en una cancha de futbol. Se arman alianzas o frentes (equipos rivales), se posicionarán figuras reconocidas (jugadores de nivel) solo para ganar elecciones, no para conducir los sagrados intereses de la patria. Cada voto es un gol.

Al concluir el conteo de votos finaliza el encuentro. Uno de los equipos saldrá a festeja: ¡ganamos! Alegrías para uno y tristezas para otros que esperarán la revancha.

El día siguiente será para los comentarios. Pasará el año siendo más pobres; concluirán la gestión, y estaremos más empobrecidos. Argentina no logrará poner en marcha su matriz productiva, nuestro pueblo se va insectificando. Se conoce poco y se lee menos. 

El Justicialismo ha diferenciado entre dirigencia y conducción. Entre control ciudadanos (un conjunto de aplicaciones y app de celular o páginas de internet) y control comunal donde, el trabajador se organiza, tiene su representante, participa en el Concejo Deliberante y, con su voz y decisión indica el camino por el que debe andar la conducción política. También establece la diferencia entre el “sabanismo” político (lista sábanas) y la representación comunal, donde la rama política, la rama femenina y los trabajadores -a través de los gremios- conforman el cuerpo electoral donde se representan los legítimos y auténticos intereses de la provincia, la comuna, el barrio y la familia. 

Hoy nos toca concluir esta revolución inconclusa que ha sido el Justicialismo, comenzando a discutir representación política y control comunal. Temas ya resueltos por la América de la España de los Habsburgo, con el Cabildo y el Juicio de Residencia. 

Por Luis Gotte * La trinchera federal

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