El viaje de Brittany Maynard hacia su muerte digna: el caso de eutanasia que conmovió al mundo

Historia 02 de noviembre de 2022
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Instantes antes de morir, Brittany se despidió en sus redes sociales: “Adiós a todos mis queridos amigos y familiares que amo. Hoy es el día que elegí para irme con dignidad ante mi enfermedad terminal, este terrible cáncer cerebral que se ha llevado tanto de mí, pero que podría haber tomado mucho más”. Comenzaba noviembre de 2014 y ella tenía apenas 29 años.

Brittany Maynard había nacido en California en 1984. Durante toda su vida, su pasión fueron los viajes. Se había casado con Dan Díaz y soñaba con tener hijos. Pero poco después de la boda, comenzó a tener fuertes dolores de cabeza. A principios de 2014 supo que tenía un cáncer terminal en el cerebro, el peor de su tipo. Los médicos le dijeron que apenas le quedaban seis meses de vida. Su único objetivo es llegar en buen estado a celebrar el cumpleaños de su marido, a fines de octubre. Después, en su dormitorio y rodeada de su familia, se decidió que se quitaría la vida bajo supervisión médica. Todo esto lo contó en televisión y en un video viral que generó alto impacto en la audiencia.

Mudarse para morir

Una vez que tomó la decisión se tuvo que mudar de estado. Pasó de vivir en Oakland, California, a Portland, en el estado vecino de Oregon, donde ya existía una ley de muerte digna. Allí, un médico podía prescribir las drogas necesarias para llevar a cabo el suidicio asistido sin sufrimiento. La semana previa a su muerte, llegó a arrepentirse y considerar vivir por unos días más, pero mantuvo su posición y el sábado 1° de noviembre de 2014 sonrió, besó a su familia y cerró los ojos por última vez.
“Instalarme en Oregón para poder hacer uso de la ley exigió cambios monumentales. Tuve que encontrar nuevos médicos, establecer mi residencia en Portland, buscar una casa, sacarme un carnet de conducir nuevo, cambiar mi registro de votación, buscar quién se hiciera cargo de mis mascotas, y mi marido Dan tuvo que tomar una licencia de su trabajo. La gran mayoría de las familias no tienen la flexibilidad, los recursos y el tiempo para hacer estos cambios”, había afirmado en una entrevista de TV, sobre los obstáculos para concretar su plan.

Convencida de su decisión, Brittany seguía con su gira mediática explicando sus motivos y militando a favor de la muerte asistida: “Todo el mundo está haciendo un gran esfuerzo para que yo no sufra. Y yo tampoco quiero que ellos sufran, porque verme morir durante mucho tiempo en un hospital sería demoledor, no solo para mi sino para todos”.

El comienzo del fin

Cuando Brittany fue diagnosticada con un tumor cerebral intentó una cura. Se sometió a una craneotomía parcial y una resección parcial en el lóbulo temporal para detener el avance del tumor, pero ya era demasiado tarde. El tumor pasó a glioblastoma multiforme, la forma más mortal de este tipo de tumores, con una expectativa de vida que no supera los 14 meses, y un proceso de tratamiento muy agresivo y doloroso para el paciente.

“Inmediatamente detuve todos mis planes. No puedo traer un niño al mundo sabiendo que no va a tener madre”, decía en una entrevista en NBC. El tratamiento le deformó la cara y apenas se podía reconocer en ella a la mujer de las fotos de boda que inundaban la redes sociales.
De la mano de su esposo y sus padres, Brittany usó todo el año 2014 para cumplir su último deseo: viajó a Arizona para conocer el Gran Cañón. Cuando gozaba de buena salud, Maynard amaba viajar por el mundo. Por eso, compartir su último paseo con sus seres queridos era tan importante.

El Cañón es impresionante y hermoso y pude disfrutar mi tiempo con las dos cosas que más amo: mi familia y la naturaleza”, escribió en su blog personal. “Gracias a los norteamericanos por su cariño y ayuda para que mi listado de sueños se hagan realidad -escribió en uno de sus posteos en redes sociales-. Pude disfrutar mi tiempo con las dos cosas que más amo: mi familia y la naturaleza”.

Maynard también había visitado en los últimos meses Alaska y el Parque Nacional de Yellowstone para despedirse del mundo recorriendo aquellos lugares que siempre quiso conocer. “Espero poder disfrutar de los días que tengo en esta hermosa Tierra y salir lo más que pueda, rodeada de los que amo”, dijo en sus redes sociales.

La despedida de Brittany

Brittany usó varios posteos de redes sociales para despedirse. En otras de las publicaciones había escrito: “El mundo es un hermoso lugar, los viajes han sido mis mejores maestros, mis amigos cercanos y mis padres son quienes más me han dado. Tengo incluso un círculo de quienes me acompañan en torno a mi cama mientras escribo. Adiós mundo. Compartan buena energía. Vale la pena”.

Maynard llevaba en su cartera los medicamentos con los que pensaba morir. Los tenía para recordarse todo el tiempo cuál era su destino final. Lo tenía todo planeado y sabía paso a paso cómo iba a terminar todo. “Espero estar rodeada por mi familia: mi marido, mi madre, mi padrastro y mi mejor amiga, que es médica. Moriré en casa, en la cama que comparto con mi marido y me marcharé en paz, con la música que me gusta sonando de fondo”.

Su marido Dan Díaz, en una entrevista en TV, explicó que se sintió muy aliviado de que su esposa muriera sin los dolores asociados de los tratamientos y la enfermedad. “La experiencia nos muestra que el enfermo, especialmente el enfermo en fase terminal, experimenta, además del dolor físico, un sufrimiento psíquico o moral intenso, provocado por la colisión entre la proximidad de la muerte y la esperanza de seguir viviendo que aún alienta en su interior”, relató el hombre sobre la situación que vivió su pareja.

Su esposo también le escribió una nota de despedida en la que la describía con todo su amor: “Ella fue una viajera consumada y aventurera que pasó muchos meses viviendo sola y enseñando en orfanatos en Katmandú, Nepal. Esa sola experiencia cambió para siempre su vida y su perspectiva sobre la infancia, la felicidad, los privilegios y el éxito”.

También contó el obituario que ella amaba a sus dos perros como si fueran su familia, un pequeño Beagle y un Gran Danés. Y sobre la decisión de morir de la mujer, su pareja explicó: “Brittany optó por hacer la elección bien pensada e informada de morir con dignidad frente a una enfermedad tan terrible, como dolorosa e incurable”.

Cuando Brittany murió el 1 de noviembre del 2014, sólo habían cuatro estados de Estados Unidos que permitían la ayuda médica para morir: Oregon, Washington, Montana (a través de un fallo de la Corte Suprema del estado) y Vermont. Esto representaba a una de cada 25 personas (4%) en todo el país. Ocho años después, la asociación de Compassion & Choices con su esposo Dan Díaz, junto con el trabajo de otras organizaciones, impulsaron que se presenten medidas de ayuda médica para morir en 25 estados, además de Washington DC. Asimismo, se promulgaron leyes de eutanasia en otros 5 estados. Como resultado, hoy hay 10 jurisdicciones donde se permite esta opción de atención para fin de vida.

“Liberarse del dolor y del sufrimiento prolongado es un derecho básico del ser humano”, relató Brittany en el video que grabó antes de morir en el 2014. “Espero que por el bien de todas esas personas que nunca conoceré, que se extienda esta opción. Que nos movilicemos y empecemos a hablar de esto”, finalizó la joven. Su mensaje ya había llegado a cientos de millones de personas como un grito desesperado de ayuda.

Nota: infobae.com

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