La familia italiana que vendió los primeros bizcochitos argentinos y su apellido es una marca registrada

Historia 13 de julio de 2022
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Hace casi 150 años comenzó a gestarse la historia de una marca icónica en las góndolas argentinas. Se hicieron conocidos con los bizcochitos y eso les permitió crecer hasta adentrarse en múltiples segmentos, como las mermeladas, conservas, galletitas e incluso la pesca. Canale es una etiqueta que resulta conocida, sin embargo la familia fundadora lleva tiempo sin estar relacionada con ella y sus productos se encuentran en manos de diferentes players del negocio.

El genovés José Canale llegó a la Argentina en 1860, se casó y abrió una panadería en Defensa y Cochabamba. Para fines del siglo XIX su negocio ya se había hecho un nombre en el barrio, pero Canale murió joven y su viuda e hijos se hicieron cargo del emprendimiento.

EL PRIMER BIZCOCHITO
En ese momento, Amadeo, uno de sus cinco hijos, decidió darle un cambio de perfil a la empresa y viró de panadería a fábrica de galletitas. A su vez, él es considerado el artífice del clásico bizcochito Canale. Además de ayudar en el negocio familiar, Amadeo trabajaba en un banco, pero una vez que ingresó por completo a la firma ahí se quedó hasta 1940.

En 1910 Canale abrió su icónica fábrica frente a Parque Lezama, la cual aún hoy conserva su histórica fachada. Uno de los hermanos de Amadeo, Humberto, en 1909 fundó su propia bodega. Actualmente este emprendimiento conserva su nombre y es manejado por los herederos de la familia.

Por su parte, durante la posguerra, la compañía se diversificó y amplió su portfolio con fideos, mermeladas, conservas y harinas. Sin embargo, en 1983 entró en concurso de acreedores. La política económica del ministro Martínez de Hoz y algunas inversiones fallidas habían complicado sus finanzas. A esto se le sumó un incendio en su planta que la obligó a tercerizar la producción por dos años.

VENTA A LOS MACRI
Recién en 1986 logró superar la situación concursal, pero sus ventas no eran las mismas. En 1994 Socma, de la familia Macri, adquirió el 71% de la empresa.

 Canale llegó a tener varios centros de producción: una fábrica de hojalata, tres de conservas (Mendoza, Río Negro y Mar del Plata) y la de panificados en Barracas. No obstante, en 1999 volvió a cambiar de manos y pasó a la estadounidense Nabisco que al poco tiempo se lo traspasó a Kraft.

SEPARACIÓN DE NEGOCIOS
Unos años después se produjo la escisión. El negocio de conservas fue adquirido por Alco, que se quedó con la planta de Mendoza y la de hojalatas. Por su parte, Kraft continuó a cargo de la unidad de galletitas y pastas. Y cada vertical emprendió su propio camino.

Las galletitas y bizcochitos de Canale dejaron de aparecer en las góndolas y otras de sus marcas, como etiquetas, continuaron en el portfolio de Mondelez (continuadora de Kraft). Los fideos Canale pasaron a Molinos Río de la Plata en 2014 en una operación de u$s 1,8 millón que también incluyó a Vizzolini y Don Felipe.

Del otro lado, Alco conformó el grupo Canale integrado por varias marcas, como Idolo, Puntero, Valsole y, por supuesto, Canale. Sin embargo, la firma quebró y en 2019 la agroindustrial mendocina AVA compró sus plantas por $ 378 millones.

Nota: apertura.com

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