El consumo sigue en el pozo

Actualidad - Nacional27/12/2025
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El consumo volvió a mostrar señales claras de debilidad en noviembre y rompió la frágil estabilidad que había insinuado en los meses previos. Según el Indicador de Consumo de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, la demanda de los hogares cayó 2,8 por ciento interanual y también retrocedió frente a octubre, con una baja desestacionalizada de 1,3 por ciento. El dato marca un quiebre en la tendencia de crecimiento observada durante buena parte de 2025 y vuelve a poner en primer plano las inconsistencias del esquema económico de Milei.

La evolución sectorial dejó al descubierto un patrón cada vez más fragmentado. Algunos rubros exhibieron subas significativas, pero explicadas más por efectos estadísticos que por una mejora genuina del consumo. El segmento de indumentaria y calzado creció 16,8 por ciento interanual, impulsado por una base de comparación muy baja frente a 2024, y aportó apenas un punto porcentual al índice general. También recreación y cultura mostró una suba de 5,2 por ciento.

En contraste, los sectores más ligados al gasto cotidiano y a los servicios esenciales continuaron en terreno negativo. Transporte y vehículos cayó 2,0 por ciento interanual, mientras que vivienda, alquileres y servicios públicos retrocedió 0,6 por ciento. El resto de las categorías de consumo registraron una baja conjunta de 5,7 por ciento, reflejando que la contracción se extiende de manera bastante homogénea en amplios segmentos del gasto de los hogares.

Cuando se observa el consumo por tipo de bienes, la señal también es preocupante. El consumo masivo, que incluye alimentos y artículos de primera necesidad, mostró una caída interanual de 0,1 por ciento y un retroceso desestacionalizado de 1,8 por ciento frente a octubre. Los bienes durables, que habían sido uno de los motores del repunte durante parte del último año y medio, mantienen variaciones positivas en el acumulado, pero con un ritmo de crecimiento claramente desacelerado hacia el cierre del año.

Desde la CAC señalaron que esta dinámica refleja un cambio en la composición del consumo, con mayor peso relativo de los bienes durables frente a los masivos, una tendencia que comenzó a estabilizarse hacia fines de 2025. Sin embargo, detrás de esa descripción técnica aparece un escenario más complejo: la dificultad de los hogares para sostener el consumo cotidiano y la dependencia creciente de decisiones de compra puntuales, muchas veces apalancadas en financiamiento.

En ese sentido, el mercado de crédito empezó a mostrar señales de agotamiento. Luego de un período de fuerte expansión, las tarjetas de crédito y los préstamos personales tienden al estancamiento, mientras que el crédito prendario e hipotecario perdió relevancia en su ritmo de recuperación. El encarecimiento del financiamiento y la cautela de los bancos comienzan a cerrar una de las pocas válvulas que había permitido sostener el gasto en un contexto de ingresos ajustados.

A este panorama se suman los datos oficiales correspondientes a octubre, que permiten ampliar la lectura sobre el desempeño del consumo, aunque con un mes de rezago respecto de la información de la entidad. Las encuestas de supermercados, autoservicios mayoristas y centros de compra que elabora el Indec mostraron comportamientos dispares, pero con un denominador común: las ventas a precios constantes siguen lejos de recuperar los niveles previos y, en varios casos, continúan mostrando caídas interanuales significativas.

En los autoservicios mayoristas, por ejemplo, las ventas a precios constantes se desplomaron 9,3 por ciento interanual en octubre y acumularon una baja de 7,6 por ciento en los primeros diez meses del año. Además, el personal ocupado en el sector se redujo 6,2 por ciento interanual, una señal adicional de ajuste en una actividad clave para el abastecimiento y los precios.

Por Juan Garriga / P12

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