Los bajos ingresos, el principal problema para los argentinos

Actualidad - Nacional16/12/2025
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La estabilidad política y cambiaria que dejó el triunfo electoral del oficialismo el 26 de octubre aparece cada vez más asediada por un problema que aparece en todas las estadísticas oficiales y que, ahora, también lidera en las encuestas como principal preocupación de los argentinos: los ingresos. En pleno debate de una reforma en la legislación laboral con la que el Gobierno promete mejorar y ampliar el mundo del trabajo, los trabajadores advierten que el problema no son las regulaciones sino los salarios. Tal como muestra el Indec. En esta medición, el instituto que dirige Marco Lavagna y las encuestadoras están alineados.

Según el último estudio de la consultora Proyección, de Santiago Giorgetta, en todos los segmentos sociales los bajos ingresos son la principal preocupación. Para el consultor, esto revela un malestar transversal que estructura la lectura social de la crisis. Al analizar los cortes por edad, ingresos, género, tipo de empleo, es apabullante cómo en cada uno de los segmentos se repite al tope de las preocupaciones la cuestión salarial. El estudio fue realizado durante los primeros siete días de diciembre, entre 1.769 personas encuestadas online, con un margen de error del 2,33%.

En la apertura por género que realizó Proyección, hombres y mujeres coinciden en que los bajos ingresos (50%) y la inseguridad (40%) son los principales problemas. La inflación es la tercera preocupación entre mujeres (34%), y la corrupción política entre lo varones (40%).

En el análisis por franjas etarias, otra vez hay coincidencia: jóvenes y adultos consideran que los ingresos (49% y 54%) son el principal problema del país. En adultos mayores predomina la corrupción (50%), aunque los ingresos siguen altos (46%). La preocupación por la inseguridad aumenta con la edad.

Los bajos ingresos fueron mencionados como el principal problema o preocupación en todas las regiones del país, en todos los niveles educativos y en todos los segmentos de empleo. Con una particularidad: los trabajadores formales son quienes más mencionan el deterioro salarial como una preocupación. Viéndolo en perspectiva y sumando la pérdida de poder adquisitivo al proyecto de reforma laboral –que sólo afectará (negativamente) a los trabajadores formales– las decisiones del gobierno respecto del sector parecen orientadas a la destrucción.

En consonancia, el 57,8% de los encuestados respondió que tuvo que pedir dinero prestado el último mes para cubrir gastos corrientes, principalmente a familiares, a amigos o usando la tarjeta en cuotas o pagando el mínimo.

Llamativamente, y si bien la percepción de la situación económica es mayoritariamente negativa (-63,7%), las expectativas respecto de la situación del gobierno de Javier Milei son en mayor medida positivas (+45,9%). ¿Quiénes tienen mayores esperanzas? Los varones, los jóvenes, las personas que viven en el centro del país, los trabajadores independientes, los usuarios de empresas de medicina prepaga, las personas evangélicas practicantes, las personas que viven en hogares económicamente consolidados, y los votantes de La Libertad Avanza.

Según Proyección, el Índice de Confianza Pública se ubica por encima de su punto medio, mostrando una buena performance para el gobierno nacional.

En sintonía, el informe "Social Mood", de la consultora Moiguer, de Fernando Moiguer, muestra resultados similares. Se trata de un estudio que cruza datos cuantitativos –surgidos de una encuesta online continua de 3.900 casos trimestrales en todo el país– con datos cualitativos que surgen de ocho focus groups virtuales y recopilación, análisis y articulación de datos secundarios que surgen del Ministerio de Economía, el Indec, la Universidad Di Tella, CAME, la consultora Scentia y otros.

Moiguer muestra que el 62% de los encuestados tuvo que reducir gastos de su presupuesto cotidiano en el último mes; que el 50% declara quedarse sin dinero antes de terminar el mes y que el 57% de los hogares se encuentran endeudados. Sin embargo, el 53% espera que durante el 2026 se expanda su capacidad de compra.

Una recesión con esperanza, sostenida en la ilusión de que el gobierno comenzará a mostrar resultados económicos en los próximos meses.  

Por Noelia Barral Grigera / El Destape

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