El poder en las sombras

Actualidad - Nacional14/12/2025
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Luego de las elecciones del 26 de octubre, en las que Javier Milei obtuvo un triunfo relevante, se terminó de cristalizar el perfil del Gobierno libertario. Lo que venían siendo señales concretas para llegar a objetivos, mutaron en una realidad palpable: más allá de la discusión sobre cuál es la base electoral de sustentación del espacio y qué nivel de apoyo hubo en las urnas, el Presidente definió que sus metas de fondo están centradas en favorecer al poder económico. Esta semana, Milei blanqueó con hechos concretos que su Gobierno es el que históricamente anhelaron las altas esferas del poder. Y cristalizó esa representación social.

Esa gestualidad. que se corporizó en la Reforma Laboral como leading case, le otorgó al Círculo Rojo la potestad de ejecutar el programa en los hechos. No es un juicio de valor: las reformas que Milei ofrece son verdaderamente estructurales y de autoría del establishment, con curadoría de un ministro que cada vez gana más poder y es el único al que Milei le presta el oído sin interrupciones. La referencia es para Federico Sturzenegger, que consiguió aval político de la ex ministra Patricia Bullrich -nueva vocera político económica- para jugar fuerte. Tanto que el “Coloso” volvió a entusiasmarse con ocupar la silla de Luis Caputo en Hacienda. Federico no es inocente. Patricia y él están enemistados con Caputo desde los años de naufragio económico en el gobierno de Mauricio Macri.

 
El sueño cumplido del Círculo Rojo (que seguirá con la reforma fiscal que ya tiene avanzada el jefe de ARCA, Juan Pazo) parece ser, también, el de los Estados Unidos. En la política económico-financiera volvieron a aparecer, en los últimos días, huellas dactilares de los Washington boys. Fuentes que frecuentan la Embajada de los Estados Unidos admitieron ante Página I12 que hay allí funcionarios del Departamento de Estado que llegaron con la orden expresa de “hacer todo para sostener al Gobierno de Milei”. La tarea que tienen en lo inmediato es lograr, de manera urgente, un préstamo REPO de bancos estadounidenses. Es el préstamo que se negaron a dar, un mes atrás, el JP Morgan, Citibank y Morgan Stanley. Pero los plazos se aceleraron porque Caputo sufrió esta semana dos cachetazos fuertes: uno, el 2,5 por ciento de inflación de noviembre, que mostró que el plan de bajarla está seriamente debilitado. Dos, la licitación fallida del BONAR 2029, que “Toto” vendió como la salida al mundo y terminó costeando sólo cerca de un 20 por ciento de los 4300 millones de dólares de deuda que hay que pagar en enero y a un tasa altísima.

“Están apretando a los bancos de allá a ver si sueltan la plata. Es el plan número uno del Gobierno”, admitió ante este diario un alto gerente de un banco extranjero que conoce el asunto desde adentro. Peter Lamelas, el flamante embajador de Trump, pasa más tiempo en despachos oficiales que en su propia oficina. Es el respaldo político al tercer salvataje financiero que tendrá Caputo. En reuniones con todos los ministros del Gabinete y en una cerrada con Karina Milei en Casa Rosada, Lamelas les aseguró que Trump le ordenó “poner todo” para que Argentina no caiga. Fuentes que conocen el paño aseguraron que será eso o más plata del FMI. Vale decir que está pendiente el resultado de la última revisión de metas, que de aprobarse podría inyectar 1000 millones de dólares.

Naturalmente, el vuelto del favor, de acuerdo indican algunos curiosos en Washington, es que la ayuda a Milei sea retribuida con medidas del gobierno argentino contra China. Estados Unidos reclama que ya se evite darles licitaciones y cortar el swap de monedas. Allí coinciden con los objetivos de Techint. Pero, sobre todo, el Departamento de Estado habla de algo que se menciona poco y es central: la expansión china tiene como objetivo asociarse a países y que esos países empiecen a usar el yuan como moneda. Los chinos quieren que el yuan sea el nuevo dólar. Estados Unidos no parece estar fuerte como para evitarlo, pero en Argentina lo intenta.

Lujo en Oslo, ajuste en Buenos Aires

Algo más de mil dólares costó la suite de Milei en el Gran Hotel Oslo, de Noruega. Y hubo gastos millonarios en euros para su comitiva, que pasó sólo un día allí porque la venezolana María Corina Machado llegó a deshora y no pudo cruzarla para saludarla por el Nobel de la Paz. En medio de esa inédita aventura relámpago con plata estatal, el Presidente habló dos veces por teléfono, desde el frío europeo, con Sturzenegger. Desde el lujo de un hotel en el que se alojaron hasta los Rolling Stones, charlaron de ajuste y de los puntos centrales de la reforma laboral. Contrastes.

Hay un punto en particular que se coló en la norma. Vía el artículo 173, se sumó el Régimen de Incentivos para Medianas Inversiones (RIMI). Hubo cámaras empresarias que le pidieron a Caputo que los beneficios impositivos fueran amplios, no sólo para empresas que inviertan desde 150 mil dólares. Le plantearon que “podría ayudar a reactivar la economía sacarles impuestos a emprendimientos chicos, quioscos, comercios”. Pero “Toto” sigue con la idea fija de que la economía, del pozo, sale sola, y que no hay forma de gastar más para empujarla a salir. Se negó. Sturzenegger se lo hizo saber a Milei.

Patricia Bullrich, hoy moviéndose entre la política y las empresas, aprovechó y lo dejó en ridículo. Si bien el histórico lobbysta de empresas Julián De Diego se llevó todos los flashes por la defensa a ultranza del programa, la ley laboral la diseñaron Techint, con dos laderos de Paolo Rocca, el secretario de Trabajo, Julio Cordero (ex Techint), el Estudio Brouchou y Funes de Rioja, y el radical violeta Alejandro Cacace, mano derecha de Federico. En un baile coordinado y con fracasados intentos de disimulo público, Rocca invitó a Bullrich a cerrar el foro Pro Pymes, el evento anual de la “T”. Allí, Patricia dijo lo que Caputo niega: que la economía está en crisis, que las empresas penan, y que la gente no siente las mejoras económicas.

Rocca, mostrando quién manda y bajo qué condiciones se dicta el poder real, le tiró un dardo envenenado. Le agradeció por la reforma laboral, pero le aclaró, con su tono, que es un tema casi cosmético. La historia lo avala: datos del Ministerio de Trabajo reflejan que entre el cuarto trimestre del 2001 y el tercer trimestre del 2007, cuando estaba vigente la doble indemnización, el empleo formal en el sector privado creció 49,1 por ciento. Hoy, con todas las facilidades pro empresa de Milei, el desempleo parece ser una norma y las compañías caen como moscas. Sólo un caso: según INDEC, la capacidad instalada fabril bajó del 63 al 61 por ciento en octubre. Los textiles, el rubro que más emplea, trabaja al 35 por ciento de su capacidad instalada, es decir, tiene sólo algo más de 3 de 10 máquinas prendidas y 7 tapadas con lonas.

El dueño de Techint sabe lo que eso significa, por eso dobla apuesta. Ante una tribuna colmada, Paolo le dijo a Bullrich que hay que hacer algo urgente con las importaciones de China. Que el mundo está levantando muros virtuales de contención a la invasión comercial. Patricia eligió no responder. Alguna vez, hace unos 10 años, en una reunión Parlamentaria Elisa Carrió, que detesta a Rocca, pidió que se controle el ingreso de tubos chinos para una obra de un gasoducto en Córdoba. “Ustedes saben que yo a Paolo no lo quiero nada, pero a los chinos, menos”, expresó la líder de la Coalición Cívica. Parece imposible encontrar en Milei una línea de rescate de esas crisis.

Jorgito el operador

Jorge Triaca volvió a la escena, sin ocultarse. El ex ministro de Trabajo de Macri está asesorando a empresas y haciendo lobby a favor de la Reforma Laboral. En las últimas dos semanas armó reuniones con empresarios en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe.

En esos mitines explicó que “tengo contactos en la Justicia Laboral” y apuntó que se quiere hacer cargo de la Reglamentación de la ley, si es que es aprobada en el Parlamento. Aduce “Jorgito”, como lo llaman en la jerga, que el secretario Cordero, de quien es amigo, “no tiene nexos políticos” como para que la norma no sea esquilmada a o rebotada por los jueces.

Avisó allí que va a haber muchas presentaciones de inconstitucionalidad, por eso “hay que estar finos en la reglamentación”. En Santa Fe, esta semana, se mostró avalado “por Mauricio” y deslizó que trabaja para el gobernador de la provincia, Maximiliano Pullaro. Triaca parece un outsider, pero no lo es. En las últimas dos semanas visitó al menos dos veces la Casa Rosada. Se reúne con terminales que lo proponen para hacerse cargo de Trabajo. Postales de un gobierno que, a primera vista, parece “fácilmente infiltrable”.

Por Leandro Renou / P12

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