El peronismo se rearma en el Senado: internas, gobernadores en movimiento y riesgo de una fractura histórica

Actualidad - Nacional22/11/2025
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El peronismo atraviesa una de las semanas más sensibles desde las elecciones en el Congreso. El retroceso parlamentario que dejó el 26 de octubre abrió una discusión interna que, lejos de cerrarse, se amplifica día a día. Mientras en Diputados empezaron las primeras fugas y se anticipan más movimientos para diciembre, en el Senado la disputa directa es por la identidad, el tamaño y el liderazgo del espacio que hasta ahora funcionó bajo el paraguas de Unión por la Patria.

La conducción de José Mayans intentó ordenar el escenario proponiendo que las tres bancadas actuales —Frente Nacional y Popular, Unidad Ciudadana y Convicción Federal— confluyan en un único Bloque Justicialista. El gesto, pensado para mostrar cohesión frente al armado de La Libertad Avanza, produjo el efecto inverso: expuso tensiones que venían acumulándose desde marzo y que hoy dejan al peronismo al borde de una fractura inédita.

Convicción Federal, a distancia K

Uno de los focos centrales está en Convicción Federal, integrado por Carolina Moisés, Fernando Salino, Guillermo Andrada y Fernando Rejal. Los cuatro ya se habían apartado en marzo como gesto de rechazo a la conducción partidaria de Cristina Kirchner, reclamando mayor federalismo y apertura interna. Esa decisión, que en su momento no derivó en una ruptura total dentro del interbloque, hoy vuelve a escena. 
 
Según explicaron a PERFIL fuentes parlamentarias, los senadores de Convicción Federal no tienen intención de integrarse a un Bloque Justicialista. Consideran que la propuesta de Mayans “no fue consensuada”, que reproduce la dinámica de imposiciones del último año y que no representa la diversidad interna del espacio. Moisés lo expuso con claridad en redes sociales, al señalar que la pretendida “unidad” se proclama sin convocar a quienes piensan distinto.

A esa posición se suma un elemento territorial decisivo: Andrada responde políticamente al gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, quien evalúa conformar un nuevo sector legislativo por fuera de UxP y ya mantuvo reuniones con el Gobierno por el Presupuesto 2026. Ese movimiento amplifica la posibilidad de que Convicción Federal termine de despegarse del esquema tradicional del peronismo y opere con autonomía desde diciembre.

Si la ruptura se concreta, el futuro Bloque Justicialista perdería cuatro miembros y quedaría reducido a 24, cerca de los 20 que tendrá La Libertad Avanza bajo la jefatura legislativa de Patricia Bullrich.

El factor Zamora y el impacto de un PJ disminuido en el Senado

El otro foco crítico es Gerardo Zamora. El gobernador santiagueño, que mantuvo una convivencia pragmática con el kirchnerismo en los últimos años, anticipó a Mayans que no integrará un espacio llamado Bloque Justicialista. Su ingreso al Senado, junto a la electa Elia Esther del Carmen Moreno, abre la puerta a que ambos armen una bancada propia, lo que seguiría reduciendo el peso del peronismo.

Zamora viene profundizando su relación con el Gobierno nacional. Ya mantuvo reuniones con el ministro del Interior, Diego Santilli, y trabaja en encuentros con otros mandatarios para alinear estrategias legislativas y provinciales frente al Presupuesto 2026 y las reformas que impulsa Javier Milei. Ese acercamiento, según distintas fuentes consultadas, se convirtió en un motivo adicional de tensión con Mayans y con el sector que busca preservar un espacio homogéneo bajo sigla peronista.

Si el santiagueño conforma un bloque propio, la representación peronista podría caer a 22 miembros. Esa cifra es especialmente sensible: dejaría a Fuerza Patria —o Bloque Justicialista, si la unificación avanza— con apenas dos bancas de diferencia respecto de La Libertad Avanza. Sería la representación más reducida del PJ desde 1983.

La nueva geometría del Senado también altera la negociación por mayorías especiales. Para nombrar jueces de la Corte Suprema, al Procurador General o aprobar pliegos clave, Milei ya no necesitaría acordar con Cristina Kirchner o La Cámpora, sino con gobernadores y espacios federales que están reconfigurando su identidad parlamentaria. En ese mapa emergen figuras como Gustavo Sáenz en Salta —que proyecta recrear Innovación Federal con otras provincias— y los misioneros del Frente Renovador de la Concordia, que mantienen una estructura estable.

La tensión no está resuelta. Si no hay un acuerdo en los próximos días, el Senado que conducirá Victoria Villarruel desde el 10 de diciembre tendrá al peronismo en su mínima expresión legislativa en cuatro décadas. Y ese dato, más que una discusión interna, se convertirá en un reordenamiento profundo del mapa político que viene.

Por Julian D'Imperio / Perfil

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