





La frase de Pramol Dhawan, el director de mercados emergentes del fondo Pimco, cayó como una bomba en plena gira estadounidense. El Presidente Javier Milei salió del encuentro con inversores preguntándose cómo se le había filtrado un operador global con una idea opuesta a la suya. Lo sintió casi como una marcada de cancha. El originario de India pidió que el Gobierno "deje flotar su moneda", justo cuando Luis Caputo tiene la orden de hacer lo contrario. Hace unas horas, en una conversación privada, Milei le explicó al ministro por qué hay que sostener la intervención del dólar "todo el 2026". El Presidente le dijo que "el dólar barato es previsibilidad, es inflación baja". Y remato detallando que "no vamos a acumular reservas (comprando dólares y subiendo el precio) para que vengan los kukas en 2027 y encuentren el Banco Central lleno de dólares para gastar".
Caputo quiere actualizar el dólar, lo adelantó a inversores en un encuentro que armó en las últimas horas el JP Morgan y que fue contado por Bloomberg, pero Milei se niega. Sabe el ministro que ya no hay salvataje posible del plan si vuelven a entrar en la dinámica de tensión cambiaria, y quiere evitarlo. La semana posterior a las legislativas, con el respaldo que le dieron los resultados, cinco empresarios grandes le pidieron a "Toto" que aproveche y haga microdevaluaciones. Entre ellos había exportadores, que le rogaron que no lo bajen a 1400 pesos porque anunciaba catástrofes inmediatas. "Es ahora, corregí", le insistieron. A decir verdad y en términos netamente político electorales, la situación de tensión parece darle la razón a Milei. Es que, en las últimas dos semanas, los precios se movieron mucho más rápido que el dólar intervenido, y la inflación ya corre más de un punto por encima de la suba del techo de la banda de flotación que se acordó con el Fondo Monetario (FMI). Hay informes que muestran alzas en Alimentos de hasta 7 por ciento y una primera semana de noviembre con valores muy calientes.
Sobre este punto, la consultora LCG emitió un reporte semanal en el que especificó que "es cierto que las bandas se van ampliando dado que evolucionan al 1 por ciento mensual y en sentido inverso. Pero no por eso pasarán a ser irrelevantes. En caso de que la inflación mensual se ubique por arriba de ese 1 por ciento, como es lo más probable para los meses siguientes, la banda superior estará cada vez más tensionada".
En la misma línea lo lee Hernán Lacunza, economista del PRO, quien expresó que "que la banda cambiaria se vaya ensanchando no compensa nominalmente que el techo vaya decreciendo en términos reales mientras la inflación sea mayor al 1 por ciento mensual". Sobre este escenario se monta una dinámica de precios que amerita, al menos, ser planteada como una inquietud a atender.
La firma Econviews, de Miguel Kiguel, un economista cercano a Caputo, tiene registrado un 1,1 promedio de alza de precios de alimentos en la primera semana de noviembre, con Verdulería en 4,5 por ciento y carnes en 2 por ciento. Las últimas cuatro semanas acumulan 4,7 por ciento. Este detalle evidencia que el dólar sigue siendo un bien barato de la economía, contra un nivel de alza de costos que va muy por encima de la inflación general y hace que los comerciantes remarquen precios, aún con las ventas en su peor momento histórico.
"Si los precios saltan, ¿te haces cargo vos?"
El problema que tiene Milei, admiten los que lo frecuentan, es que le teme hasta al mínimo rebrote inflacionario. Muchos le advirtieron que si deja flotar el dólar, no habrá un gran pase a precios. Las estimaciones privadas aseguran que con un dólar a 1700 pesos, en medio de esta crisis de ingresos, a lo sumo la inflación podría ser 1,5 puntos mayor a la actual. Para el Presidente, es insostenible, porque Milei no trabaja sobre un esquema virtuoso de desinflación, es decir, tiene las variables pisadas, ergo, soltar el dólar sería sincerar el precio de precios contra costos atrasados. Una botella al mar.
El Presidente explica lo lógico a los que le exigen devaluar: "si eso no pasa (que no haya pass through) y saltan los precios, ¿te haces cargo vos?". No se cansa el mandatario de omitir cualquier referencia al congelamiento de la economía. Sólo le importa el dólar barato para que no haya inflación. De a poco, se mete en la misma trampa del atraso en la que cayó post blanqueo y post FMI, pero con algo a favor: el back de Estados Unidos.
Un empresario que vio a Milei en Nueva York explicó lo que pasa de una manera muy gráfica: "esto es como que vos te queres comprar una casa y decis que tenes la garantía de un pariente que tiene un piso en la Gran Manzana de 200 metros cuadrados. Nadie te pregunta cuánto vale, quién es tu pariente... nada. Se deduce que tenes un respaldo grande". La figura intenta detallar que los dólares de Trump, aún sin salir a la cancha, juegan fuerte. ¿Cuánto dura eso? Nadie lo puede precisar.
Índice "changuito"
Mientras todo eso ocurre, los precios aceleran el paso con discusiones paritarias por debajo del antojadizo IPC del INDEC. La consultora Analytica, que comanda Ricardo Delgado, suele publicar el indicador "Changuito Federal". Es una selección de productos de supermercado representativos del consumo de la clase media en alimentos y bebidas, diseñada para reflejar una compra mensual típica de una familia compuesta por dos adultos y dos menores. Con el objetivo de garantizar la comparabilidad entre provincias, los productos incluidos mantienen la misma marca y cantidad por empaque.
De esta manera, ese índice muestra que donde más aumentó el costo del changuito fueron las provincias patagónicas: Tierra del Fuego (+5,3%), Chubut (+4,3%), Río Negro (+3,8%), Neuquén (+3,7%) y San Cruz (+3,7%). Por otro lado, los menores incrementos se dieron en Jujuy (+1,7%), Formosa (+1,4%) y Misiones (+1,1%).
El dato más interesante es que, al interior de la canasta, se destaca nuevamente el aumento en el precio del aceite de girasol, con subas entre el 4 por ciento y 6 por ciento en todas las provincias. Aquellas con mayores incrementos fueron CABA (+6,3%), Entre Ríos (+6,4%) y San Luis (+6,6%).
También se dieron subas generalizadas en algunos lácteos como el queso crema, con aumentos entre el 2% y 4%, a excepción de Santa Cruz que registró un incremento del 5,2%. Algo similar sucedió con el precio del yogur bebible, que tuvo aumentos en todas las provincias y en el mismo rango que el queso crema, salvo por Misiones (+1,2%), Santa Cruz (+1,4%) y Santiago (1,1%).
Por otro lado, se destaca que el precio de los huevos se mantuvo invariante en el promedio mensual en casi todas las provincias menos en Tucumán y Santiago del Estero, que presentaron aumentos del 1% en dicho producto.
El changuito más costoso se encuentra en Santa cruz ($834.177), seguido por otras provincias patagónicas como Chubut ($829.597), Tierra del Fuego ($822.066), Río Negro ($804.049) y Neuquén ($791.546). Las provincias con la compra más económica son Chaco ($755.224), Formosa ($749.929) y Misiones ($748.815).
Comparando los valores de la canasta respecto al 26 de septiembre, los mayores aumentos absolutos se dieron en Tierra del Fuego (+$45.544), La Pampa (+$42.392) y Chubut ($39.373). Por otro lado, las provincias con los menores aumentos medidos en $ fueron Formosa (+$14.112), Neuquén (+$13.930) y San Luis (+$4.572).
Por Leandro Renou / P12























