


Cuando el navegador te mira a ti: probando Comet y Dia, y la tentación de convertirlo todo en contexto
Actualidad08/09/2025




Aparecen navegadores «nativos con inteligencia artificial» y, de pronto, vuelve supuestamente la guerra de los navegadores… pero con otras armas. Estaba claro que esto había que verlo por uno mismo.


Llevo ya una semana probando Comet, de Perplexity; y Dia, de The Browser Company, que vienen a prometer que el propio navegador razone contigo, recuerde lo que haces y actúe por ti, y que están en teórica beta cerrada pero son relativamente fáciles de obtener (Dia me aprobó la petición en veinticuatro horas, Comet lo hizo inmediatamente tras demostrar mi vinculación académica). Claramente, ambas compañías parecen estar deseando llegar a más usuarios. No es casual que, justo esta semana, Atlassian haya anunciado la compra de The Browser Company por 610 millones de dólares para llevar Dia al trabajo del conocimiento a gran escala: el mensaje es claro, el navegador ya no es una ventana pasiva, sino una herramienta de productividad con inteligencia artificial integrada.
La experiencia de instalación deja entrever claramente esa ambición. Comet te invita a iniciar sesión con tu cuenta de Perplexity y a sincronizar datos. Después, como cualquier navegador moderno, te sugiere importar marcadores, historial y contraseñas para que «tu contexto viaje contigo», lo que para muchos usuarios resulta más intrusivo de lo que parece porque implica, de facto, poner tu vida digital a disposición de un asistente de navegador que prácticamente «acabas de conocer». La propia ayuda de Perplexity detalla ese flujo y el aviso de privacidad explica cómo se sincroniza esa información. Hoy por hoy, el acceso completo está tras un muro de pago: Comet se ofrece prioritariamente a suscriptores de Perplexity Max, que pagan 200$ al mes.
¿Cómo es usar uno de estos navegadores en los que «todo es contexto»? La promesa es potente: «búsqueda unificada», «contexto instantáneo en cualquier web», y automatización de tareas directamente en la página que estás viendo. La metáfora deja de ser «página + pestaña» para convertirse en «situación + encargo»: pregúntale al navegador y deja que él compare, resuma, rellene formularios o reserve algo. Microsoft, sin ir más lejos, describe en Edge un «Modo Copilot» que «ve el cuadro completo» de tus pestañas abiertas para ayudarte a decidir y actuar. Es el mismo patrón: el navegador observa y razona sobre lo que haces para intervenir con más contexto.
En mis pruebas, los resultados son mixtos: Comet brilla en tareas de investigación (como ocurre cuando preguntas a Perplexity cuestiones de actualidad reciente) y en acciones guiadas, pero también muestra las limitaciones habituales de los LLM cuando la web se vuelve ambigua o busco información descontextualizada. En el caso de Dia, mi impresión en uso relativamente prolongado es la de una buena base, una interfaz sobria y un «chatear con pestañas» agradable, pero no estoy seguro del valor añadido real de la capa de inteligencia artificial en el día a día más allá de los resúmenes y atajos. Como toda interfaz conversacional, cuando acierta te encanta, pero cuando no, te hace perder el tiempo. Otros analistas han encontrado resultados muy similares en ambos casos.
La otra vertiente de convertir el navegador en un gran contexto es la «superficie de ataque» desde el punto de vista de la ciberseguridad: si el asistente «ve» lo que hay en tus pestañas, tu historial, o incluso te integra correo y calendario, también podría ser hipotéticamente persuadido por contenido malicioso para actuar en tu nombre. Brave publicó una demostración de «prompt injection indirecto» contra Comet: instrucciones escondidas en una página que llevan al asistente a ejecutar acciones no deseadas. En ese sentido, es importante aquí abrir un debate sobre arquitectura de seguridad necesaria para la «navegación agéntica»: aquí no valen parches, hacen falta principios de mínimo privilegio, aislamiento fuerte por sitio y permisos explícitos por tarea, o los riesgos pueden llegar a ser importantes. Nadie quiere un navegador que puede ser fácilmente persuadido para convertirse en asesino a sueldo.
¿Se convertirán en populares estos navegadores? Hay dos fuerzas contrapuestas: por un lado, los «AI-first» pretenden marcar el paso y atraer a quienes queremos experimentar con agentes, a pesar del precio o de las fricciones iniciales, como es el caso de Comet y su posicionamiento premium. Por otro, los incumbentes tampoco se están quietos: Google está metiendo Gemini en Chrome por todas partes con funciones de resumen y asistencia en página, Microsoft empuja Edge con un Copilot que unifica chat, búsqueda y navegación, Brave lleva tiempo madurando a Leo como asistente integrado, y Opera sigue ampliando Aria. Aquí nadie se está quieto. Y cuando el líder del 60-70% del mercado incorpora inteligencia artificial dentro del mismo producto que ya usas y entiendes, la ventaja de «cambiarte de navegador» se diluye rápidamente.
Mi veredicto provisional: los «navegadores con inteligencia artificial» como Comet y Dia son laboratorios con ideas potencialmente interesantes, como eso de que el navegador sea un socio que entiende el contexto, pero su éxito masivo dependerá de tres cosas: que la seguridad esté a la altura del nuevo poder que les damos, que el valor cotidiano supere la fricción cognitiva de «pedirle cosas» al navegador, y que el coste no los empuje a un nicho de entusiastas. Mientras tanto, veremos a Chrome, Edge, Brave u Opera absorber rápidamente lo que funciona y convertirlo en opciones por defecto.
Si la inteligencia artificial termina siendo una capa más en el navegador de siempre, cambiar de navegador dejará de ser necesario, y se convertirá en un leve cambio de hábitos para algunos. Si, en cambio, la «agentic web» requiere un diseño de fondo diferente, quizá la apuesta de Atlassian por The Browser Company sea el primer paso hacia un navegador de trabajo verdaderamente nuevo. Por ahora, lo sensato es probarlos con cabeza, leerse la letra pequeña de permisos y pensar que cuando todo es contexto… el contexto también puede volverse contra ti.
Nota:https://www.enriquedans.com/







