Inteligencia artificial, satélites, drones… estrategias contra los incendios forestales

Actualidad07/08/2025
Wildfires-Invertia

Mi columna de esta semana en Invertia se titula «Tecnología contra los incendios: lecciones de un verano que ya huele a humo», y trata sobre la urgencia de incorporar la tecnología más avanzada a la prevención y extinción de incendios forestales, en un contexto en el que el cambio climático alarga las temporadas de fuego y multiplica su ferocidad.

En el texto repaso cómo la combinación de satélites de órbita baja, cámaras con inteligencia artificial y enjambres de drones está acelerando la detección y el ataque inicial a los focos de los incendios, y cito algunos ejemplos pioneros de uso de este tipo de tecnologías. La inspiración, aparte de mi propia experiencia personal y auténtico trauma como gallego que lleva toda la vida oliendo el humo de los incendios en verano, me vino de artículos como el de The Washington Post sobre la nueva cruzada high-tech contra los incendios, que describe desde sensores hiperespectrales hasta algoritmos de predicción en tiempo real, o este otro sobre la primera torre de vigilancia totalmente autónoma capaz de identificar humo a kilómetros de distancia y dar la alerta en segundos.

En California, la Fire Neural Network vigila y cruza datos de satélite y descargas atmosféricas para señalar, en menos de un minuto, la caída de rayos con mayor potencial para provocar incendios, aunque esos rayos sean una causa relativamente minoritaria de los mismos. Pero obviamente, hablamos de un problema generalizado en una amplia cantidad de territorios, básicamente en todos los que poseen amplias extensiones de bosques: territorios como Carolina del Norte, por ejemplo, se han convertido en un auténtico polvorín climático donde el uso de los recursos tradicionales resultan claramente insuficientes. En este contexto, aprender de la gestión de otros territorios y compartir experiencias resulta fundamental.

Además de la dimensión tecnológica, en mi columna intento hacer hincapié en el factor humano: el 95% de los incendios españoles, y entre el 85% y el 97% en los Estados Unidos, tienen origen humano, ya sea por negligencia o por pura criminalidad. No podemos seguir tratando a quienes prenden el monte como meros infractores administrativos; estamos ante delincuentes ambientales que comprometen vidas, economías y patrimonio natural. Reforzar la persecución penal es tan imprescindible como invertir en cámaras, drones, satélites o inteligencia artificial.

Finalmente, subrayo también la necesidad de reforestar con especies autóctonas y de abandonar los monocultivos pirófitos de pino y eucalipto, cuya combustibilidad dispara la virulencia de los fuegos. Galicia, mi tierra, lo sabe bien: cada verano vuelvo a oler el humo que marcó mi infancia y constato que cada euro destinado a cambiar ese modelo es un euro magníficamente invertido. En un mundo que, además, utiliza cada vez menos papel, seguir invirtiendo en enormes extensiones de bosques de cultivo para pasta de papel que, además, casi nunca se gestionan como cultivos sino que se dejan de la mano de dios sin prácticamente mantenimiento es un sinsentido y un peligro.

Aprovechar la tecnología para monitorizar y evitar los incendios forestales es y ha sido para mí un sueño desde niño. A ver si con el desarrollo de redes satelitales de órbita baja, drones, sensores e inteligencia artificial vamos poniéndonos con ello.

Nota: https://www.enriquedans.com/

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