Pata negra y campaña sucia: detalles de la conspiración policial con sello libertario

Actualidad - Nacional26/07/2025
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En el universo de los villanos Pokémon, el Team Rocket se dedica a robar criaturas poderosas en beneficio propio. En la Policía de la provincia de Buenos Aires, el "Equipo Rocket" –así se llamaba el grupo de WhatsApp que nucleaba a 24 jefes policiales– pretendió forjar algo más ambicioso: cooptar el aparato de seguridad provincial para fines políticos. Pero la elección del nombre resultó premonitoria. Como en la serie animada, estos uniformados protagonizaron una conspiración que, lejos de ser exitosa, terminó como una caricatura de la campaña sucia que el mileísmo pretende desplegar en territorio bonaerense.

El hallazgo se produjo tras una denuncia anónima que llegó a la Auditoría General de Asuntos Internos (AGAI). Allí se revelaba una operatoria que el ministro de Seguridad bonaerense, Javier Alonso, definió como “una estructura que empezó a funcionar como una consultora política". La investigación derivó en la resolución 6840/2025 del Ministerio de Seguridad, que dispuso la disponibilidad preventiva de toda la cúpula de la Dirección de Prevención de Riesgos Ecológicos y Sustancias Peligrosas —conocida como Policía Ecológica— y de otros oficiales del Conurbano e interior bonaerense.

Anatomía de una conspiración

El chat del Grupo Rocket estaba integrado por los agentes desplazados y el propio Maximiliano Bondarenko (identificado como "Maxi Bondarenko nuevo"), ex comisario mayor de la Policía Bonaerense con origen en Florencio Varela, asiento en La Matanza y ascendente sobre la gravitante Tercera Sección electoral en la cual ahora es candidato por La Libertad Avanza. Según la investigación interna, en ese chat se habrían compartido directrices políticas, agradecimientos por tareas realizadas y avances de reuniones de alto nivel como parte de una operatoria sofisticada que trascendía la mera simpatía política.

"Hay que asignar un tema a Eduardo Borja para su desarrollo o en su defecto incorporarlo a un grupo formado... Gallito compartiles el plan. Bienvenidos los nuevos, nos vemos a mi regreso", se lee en uno de los intercambios más comprometedores. La distribución de tareas evidencia una estructura jerárquica clara, con roles definidos y un liderazgo que coordinaba desde afuera los recursos de la institución.

El intercambio de mensajes incluye piezas reveladoras sobre los alcances de la operación: "Recién terminé una reunión con la mesa chica de la Ministra de Seguridad de la Nación. Mil gracias por los aportes, gracias por estar". La elocuencia del texto confirmaría el vínculo directo entre el grupo y la ministra Patricia Bullrich. Y sugiere que, cuanto menos, había intercambio de información entre la fuerza provincial y el gobierno nacional.

En el grupo de WhatsApp se alude a supuestos apoyos financieros para organizar actos y presuntas tareas de asesorías para legisladores libertarios (desde concejales hasta senadores) de toda la provincia de Buenos Aires en materia de seguridad. Surge, incluso, que se habría facilitado a dirigentes libertarios información confidencial del Ministerio de Seguridad vinculada a procedimientos policiales.

La metodología expuesta trasciende lo meramente electoral. Según fuentes de la investigación, el grupo habría elaborado borradores de proyectos legislativos en materia de seguridad para que Bondarenko los presentara si resultaba electo, así como una reforma orgánica de la fuerza, en la que planteaban un recambio de autoridades alineadas con sus intereses.

Durante los operativos se incautaron computadoras oficiales con documentos que incluían borradores de proyectos legislativos para presentar en nombre del candidato libertario, así como propuestas de reforma de la estructura policial bonaerense, para desplazar a los mandos actuales por personas identificadas con el sello de La Libertad Avanza.

Entre el material sensible compartido en el chat, se menciona la existencia de una lista de lugares con algunos miembros de la fuerza policial que podrían intervenir en caso de que surgiera un clima de descontento por demandas salariales.

1753484859690 Textos de los chats del Equipo Rocket incorporados al expediente
 

El Hombre del Plan

En el lenguaje mileísta, el recorrido político de Bondarenko sintetiza la definición de “casta”. Criado cerca del centro de Florencio Varela, en el seno de una familia de descendientes ucranianos de clase media, creció en un distrito entonces plagado de barrios populares. En la Escuela Nro. 1 «José de San Martín» y el Club Nahuel despuntó la adaptabilidad como una de característica determinante.

Su carrera policial estuvo marcada por una habilidad particular para congraciarse con los jefes y responsables políticos, en particular con Hugo Matzkin, hombre fuerte de la bonaerense hasta hace una década. En su trayectoria institucional lució sumarios, arrestos y suspensiones por "negligencia en el cumplimiento del deber y desobediencia", pero aún ascendió a velocidad luz.

Aunque es candidato por la tercera sección electoral, su domicilio está en la octava sección capital: las habilidades de Bondarenko redundaron en un proceso de movilidad social que lo llevó a una casa en City Bell, en las afueras de La Plata, donde todavía reside.

En 2015, cuando Mauricio Macri llegó a la presidencia con Cambiemos, Bondarenko fue premiado con un cargo jerárquico en el Registro Nacional de las Personas (Renaper). Ese fue su primer paso por el sector público y su primer pedido de licencia de la fuerza. De allí saltó a una banca de concejal en 2017, donde no se caracterizó por una actividad particularmente destacada. Se tomó múltiples licencias y hasta una reserva de cargo de cuatro años (2017-2021) para ocupar la banca por el PRO en Florencio Varela.

Tuvo un error de cálculo en 2021: en la interna que disputaron Diego Santilli y Facundo Manes, se inclinó por el radical, quien sufrió una dura derrota. Esta mala lectura política lo dejó temporalmente fuera de juego hasta que apareció la oportunidad libertaria.

En Varela nadie asociaba a Bondarenko con La Libertad Avanza hasta mediados del año pasado. La máxima referencia del partido a nivel local era Diego Vallejos, quien aún preside el bloque de concejales. Pero Vallejos se vio envuelto en un escándalo por el nombramiento de su hija a cargo del ANSES de Berisso. Bondarenko fichó como opción de recambio precisamente con un nombramiento en el mismo organismo estatal: en agosto pasado, su esposa Gisela Da Silva fue nombrada titular de la Unidad de Atención Integral (UDAI) del ANSES en Varela, con un sueldo mensual superior a los 3,5 millones de pesos. Con el ingreso familiar asegurado, recién en abril de 2025 pidió la baja voluntaria de la Policía para dedicarse enteramente a la política.

Bondarenko capitalizó los vínculos construidos durante su carrera policial para construir una plataforma política. "Son compadres, de eso me enteré ayer, pero también son testigos mutuos en un juicio por usurpación de unos terrenos en City Bell donde construyeron su casa", reveló el ministro Alonso sobre la relación entre Bondarenko y un comisario retirado que operaba como nexo con los efectivos activos. Una de las hipótesis que manejan desde la investigación es que este jefe de la Policía Ecológica —también desplazado— fue compañero de promoción de Bondarenko y habría sido el encargado de sumar voluntades internas al proyecto político libertario.

Según la investigación en curso la estructura era piramidal y meticulosamente organizada: en la cúspide estaban estos dos comisarios retirados, seguidos por un grupo de policías que oficiaban de punteros políticos, entre los que se destacaba Eduardo Borja, mencionado específicamente en los chats para el desarrollo de tareas asignadas. La operatoria no se limitaba al territorio bonaerense: habrían asesorado a dirigentes libertarios de otras jurisdicciones, incluída la nacional.

El rol de la ministra de Seguridad Nacional resulta central para comprender la dimensión política del escándalo. Su respaldo inmediato al ex comisario evidenció un nivel de coordinación que trasciende lo provincial. "Denuncian como conspiración un simple asado", respondió Bullrich tras reunirse públicamente con el candidato libertario. La coartada no podía ser más endeble: como es sabido, no es incompatible comer y conspirar.

La defensa de la ministra minimizó las violaciones reglamentarias documentadas: "Echan a 24 policías porque comparten amistad con alguien que es candidato. Ellos no son capaces de poner policías en la lista". Su estrategia comunicacional consistió en reducir la conspiración institucional a un "asado de camaradería": "El asado se hizo en la casa de un policía en actividad. Hay una relación de familia. Son padrinos ambos de sus hijos" confirmó la ministra, aportando un dato que, lejos de exonerar, puede complicar más a los implicados.

La puesta en escena fue completada por Bondarenko con una emoción calculada ante las cámaras: "Lo más humillante, es que nos ponen a todos en una fila, les piden su arma y le sacan su credencial como si fuesen delincuentes. Soy policía y siempre voy a tener puesto el uniforme. Eso es lo peor que nos puede pasar cuando nos denigran a profesionales que han dedicado su vida a la institución, que tienen un legajo intachable". Mientras hacía fuerza para llorar, el candidato libertario apeló al victimismo corporativo: "Este es el mejor ejemplo de lo que hace el gobernador Kicillof con la policía de la provincia, que hace años que es una cacería de bruja".

La narrativa defensiva contrasta con la evidencia reunida por la investigación interna, que documentó reuniones sistemáticas, uso de recursos públicos y filtración de información sensible hacia actores políticos ajenos a la institución en episodios que se extendieron por varias semanas.

"Utilizaban las oficinas y recursos del Estado para apoyar a este candidato, siendo su objetivo principal diseñar una serie de medidas urgentes que los posicionaran como nuevos responsables de la institución, lo que constituiría un golpe al comando institucional", explicó el ministro Alonso. 

La investigación detectó material partidario, impresiones y documentos con planes para presentar iniciativas legislativas ligadas a la seguridad y nombres de policías que podrían colaborar en eventuales medidas de protesta por reclamos salariales. El uso de infraestructura estatal para actividades partidarias constituye una violación flagrante del régimen disciplinario policial.

En ese marco, Alonso sostuvo que los efectivos "conspiraban contra la conducción de la fuerza" y detalló que habrían compartido información sensible con personas ajenas a la institución con fines partidarios. Según el ministro, la violación alcanzó los artículos 202, 204 y 205 del decreto ley 1050/09.

La denuncia fue presentada por la Auditoría General de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad y quedó radicada en la fiscalía a cargo de Juan Cruz Condomí Alcorta. La intervención judicial trascendió el ámbito administrativo, que determinó la desvinculación de los efectivos involucrados en la presunta conspiración.

El gobernador Axel Kicillof respaldó las medidas de su ministerio: "Para mí, lo que hay que decir, simplemente, es que hay normas, hay leyes, y hay que respetarlas". 

Impacto electoral

"Lo que no vamos a permitir es que un policía retirado conduzca a 24 oficiales. Esto es lo grave y ya lo vivimos en los 90 con los policías sin gorra que derivó en el asesinato de José Luis Cabezas", advirtió Alonso, estableciendo una analogía histórica que sitúa el caso en una dimensión más amplia de acechanza institucional.

La tercera sección electoral -que incluye distritos como La Matanza, Quilmes, Avellaneda y Florencio Varela- representa un bastión clave para cualquier fuerza política, y un eventual avance de los libertarios en esa zona sería una golpe de peso rumbo a las elecciones nacionales de medio término.

Bondarenko fue designado para dar el batacazo frente a Verónica Magario (Fuerza Patria), vicegobernadora y ex intendenta de La Matanza. La conexión entre aparato de seguridad y disputa electoral revela una faceta inquietante de la instrumentalización institucional para fines partidarios. El propio gobernador Kicillof había advertido que se preparaba para una “campaña roñosa” con foco en la seguridad.

Las andanzas del malogrado Equipo Rocket se suma a los copiosos antecedentes de los Pata Negra como reguladores del delito y, por lo tanto, del humor social y político en el distrito clave del país.

 

Por Adrián Murano / El Destape

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