
Milei llega a Israel para expresar todo su apoyo mientras Gaza se sume en el hambre y la desesperación
Actualidad - Nacional09/06/2025




El presidente Javier Milei tenía planeado viajar a Israel en marzo pasado, pero canceló en medio de la lluvia de denuncias y acusaciones por el escándalo cripto, de turbulencias económicas y una fuerte tensión política por el acuerdo con el FMI que no se terminaba de concretar y que finalmente fue anunciado en abril. Hace casi tres meses, el plan del mandatario era su expresar su apoyo incondicional a un Gobierno israelí que, junto a su aliado estadounidense Donald Trump, venían de proponer -pública y explícitamente- una limpieza étnica de la población palestina en la Franja de Gaza.


Este lunes, el libertario retoma su agenda en Israel con una visita de tres días que lo volverá a dejar enfrentado a la mayor parte de la comunidad internacional ya que incluirá un espaldarazo a la ofensiva militar de Benjamin Netanyahu en momentos en que la ONU, el Papa y hasta sus tradicionales aliados europeos denuncian una hambruna inminente en el devastado y asediado territorio palestino, donde casi el 40% de la población tiene menos de 14 años. Es más, el timing no podría ser peor. Milei llegará el mismo día que el ejército israelí interceptó y capturó a la Flotilla en la que viajaba la activista sueca Greta Thunberg y otras figuras internacionales -entre ellas un brasileño- que aspiraban a llegar de forma pacífica a Gaza para romper el bloqueo y entregar ayuda humanitaria. Todos fueron detenidos, lo que presagia una nueva escalada en la tensión con algunos de sus aliados.
Milei tiene programadas reuniones con el primer ministro Netanyahu, con el presidente Isaac Herzog -una figura institucional más protocolar que política en Israel- y con familiares de personas que fueron secuestradas por el movimiento palestino Hamas el 7 de octubre de 2023. Además, el miércoles hablará en la Knesset, el parlamento israelí, y allí mismo le entregarán un reconocimiento que la Fundación Premio Génesis israelí y el gobierno argentino se empeñan en describir como "el premio Nobel judío". Según explicó la fundación, eligieron homenajear al presidente argentino por "su apoyo inequívoco a Israel durante uno de los momentos más difíciles desde su creación", en referencia a la última ofensiva militar que Netanyahu lanzó contra la Franja de Gaza tras el ataque de Hamas.
El ataque de Hamas mató a más de 1.000 israelíes, secuestró a más de 250 -hoy 90 siguen en Gaza, aunque fuentes oficiales israelíes hicieron trascender que poco más de 50 estarían vivos- y cosechó una solidaridad mundial para la sociedad y el Estado israelíes. Muy distinto fue lo que sucedió después. Con apoyo nacional e internacional, Netanyahu lanzó la peor ofensiva militar que cualquier territorio palestino ocupado por Israel desde 1967 haya conocido: bombardeó sin cesar las ciudades más pobladas de la Franja de Gaza, atacó los hospitales colapsados y las escuelas convertidas en improvisados campamentos de desplazados, y sumó al bloqueo que mantenía desde 2007 un asedio aún mayor que no permite el ingreso de periodistas y redujo a un mínimo inhumano el ingreso de comida, medicamentos y agua potable.
Todo en nombre de destruir a Hamas, un objetivo que los propios israelíes reconocen que no lograron. Lo que sí lograron es matar a casi 55.000 palestinos, herir a más de 126.000 -la gran mayoría mujeres y niños- y dejar a más de 14.000 chicos menores de cinco años al borde de morir de hambre en los próximos meses, según cifras de las autoridades locales, la ONU y la iniciativa global que analiza las crisis alimentarias en el mundo, IPC. Las imágenes de niños palestinos con el cuerpo destruido por las bombas o completamente desnutridos por el férreo bloqueo fueron cambiando la opinión pública global: se multiplican las protestas masivas en el mundo occidental -como la de 300.000 personas de este fin de semana en Roma- y hasta los aliados más cercanos de Israel hoy lo acusan provocar una hambruna en una diezmada población de dos millones de personas. En cambio, el apoyo del Gobierno argentino se mantiene inquebrantable, indiferente a las denuncias de genocidio y los llamados públicos de "limpiar" el territorio de palestinos, como dijo el propio Trump y fue celebrado por sus aliados israelíes.
¿Qué apoya Milei cuando apoya al gobierno de Israel?
En estos últimos 20 meses, Milei y su Gobierno defendieron una y otra vez "el derecho de Israel de defenderse" al ataque de Hamas. Seguramente, durante la visita que comienza este lunes lo repita. Pero la ONU, todas las organizaciones internacionales que trabajan en la Franja de Gaza y hasta líderes de las potencias europeas -que no son conocidos justamente por tener una posición pro palestina- hace tiempo que denuncian que lo que sucede en ese devastado territorio donde nadie puede salir o entrar y donde las personas arriesgan su vida todos los días para conseguir algo de comida, agua potable o medicamentos no tiene nada de "defensivo".
La superioridad militar de Israel es evidente sino grosera. Ocupa el territorio de la Franja desde 1967, retiró sus colonias en 2005 pero dos años después lo bloqueó y pasó a controlar todo lo que entra y sale por tierra, aire y mar. A finales de 2008, en 2012, 2014 y 2021 lanzó cuatro ofensivas militares -en general como represalia de algún ataque contra soldados israelíes-, en la que murieron miles de palestinos, una generación joven entera quedó traumada y la poca y deficiente infraestructura que tenía el territorio quedó dañada. Y, ahora, Israel volvió a ocupar con soldados más del 40% de la Franja -promete alcanzar el 75% en menos de dos meses-, declaró como zona habilitada para bombardear y atacar alrededor del 80% del territorio, y más del 70% de los edificios ya fueron destruidos o dañados.
Más de dos millones de palestinos viven hacinados en improvisados campamentos en escuelas u hospitales que no funcionan o, directamente, en las calles y, como si esa precariedad no fuera suficiente en medio de bombardeos y ataques constantes, ahora Israel le prohibió a la ONU y a respetadas organizaciones internacionales distribuir ayuda y comida a una población cada vez más desnutrida y desesperada. Puso a cargo a una flamante empresa estadounidense sin experiencia y con probados vínculos con el ejército y las autoridades israelíes que no se queja cuando los soldados israelíes disparan contra los desesperados palestinos que buscan comida para sus familias y los matan.
Hace dos semanas que la llamada Fundación Humanitaria para Gaza dice que no puede entregar bien la comida por problemas de logística y de infraestructura, no porque el ejército israelí ataca a los palestinos que se acercan a sus centros y los acusa de actuar de manera intimidatoria. La ONU acusó a Israel primero de utilizar el hambre como un arma y, ahora, denuncia que utiliza la ayuda humanitaria con el mismo fin. El problema es que por más que las críticas internacionales se multiplican, los países más poderosos se niegan a pasar a la acción: Estados Unidos vetó un intento de exigir una tregua en Gaza y otras potencias europeas dieron marcha atrás en su amenaza de imponer sanciones a Israel o reconocer a Palestina como un Estado.
Pero aún frente a esta comunidad internacional tibia que abandona a la población palestina de Gaza a su suerte, la visita de Estado de Milei a Israel en medio del esfuerzo cada vez más declarado del Gobierno de Netanyahu de cometer una limpieza étnica en ese territorio ocupado sobresale. A lo largo de este año, Netanyahu consiguió fotos con dos aliados internacionales importantes como Trump y el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, pero ninguno viajó a Israel. Quizás por eso, el Presidente recibe una condecoración esta semana, por su excepcional apoyo en un momento en que una parte cada vez más grande del mundo rechaza la radicalización y los crímenes de guerra del Gobierno israelí.
El Destape







