El Gobierno y el FMI, en campaña

Actualidad28 de abril de 2025
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Por más que el gobierno realice comparaciones estadísticas forzadas y trate de negar la realidad, la situación cotidiana de los argentinos y las argentinas no mejora.

En estos días, el Indec publicó la información de ventas reales (descontando la inflación) en supermercados y autoservicios mayoristas, que sumadas cayeron en febrero un 0,4% mensual desestacionalizado. A su vez, si se compara contra noviembre de 2023, la caída alcanza al 10,2%. Está claro que si caen las ventas es porque está empeorando el empleo y el poder adquisitivo de la población. Estos valores difícilmente puedan mejorar en marzo y abril, en función de la evolución de la inflación, producto de las políticas aplicadas.

Tras conocerse estas estadísticas, el presidente Javier Milei señaló en una entrevista: “no me daba nada”, respecto de cuando él usaba esos datos “y quería explicar”. “La econometría de eso daba porquería”, agregó. Es una buena síntesis de la mirada “matemática” del gobierno, más propia de las ciencias duras, en desmedro de la realidad social. 
 
Mirando más allá, el acuerdo con el FMI, junto a toda una serie de desembolsos de organismos y otros préstamos de bancos internacionales, constituye una fuerte dosis de oxígeno para la administración libertaria, con la que trata de evitar que empeore el humor social.

Apoyo de Trump

El gobierno cuenta con el apoyo de Donald Trump y su equipo, que incidieron decisivamente en el Directorio del FMI para la aprobación del nuevo préstamo. Si el de 2018 –que por razones políticas también fue empujado por Trump en su anterior mandato– ya no cumplía con parámetros de solvencia y de razonabilidad, menos aún ocurre con el que se acaba de otorgar. Si sumáramos los montos de los dos préstamos que conviven, Argentina explicaría casi el 50% de la cartera del FMI. 

El Secretario del Tesoro norteamericano, Scott Bessent, afirmó que la administración republicana estaría dispuesta a otorgar una línea de crédito específica, a través del Fondo de Estabilización Cambiaria, en caso de que un shock mundial afectara la recuperación de nuestro país. De ocurrir, sería otra pésima noticia para la Argentina.

El propio Bessent acaba de apuntar contra el FMI: comentó que el organismo internacional le “dedica una cantidad desproporcionada de tiempo y recursos a cuestiones sociales, de cambio climático y género”. Si ya estamos ante un FMI que pide grandes ajustes, mejor no pensar en una alternativa más “despreocupada” del frente social.

Por su parte, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, indicó que: “sobre la base de los impresionantes esfuerzos en curso para desregular la economía, el programa busca profundizar las reformas estructurales para impulsar el crecimiento de Argentina, incluso a través de su vasto potencial en energía y minería”. Está claro que, además de las reformas, vienen por nuestros recursos naturales. También dijo que “esta vez es diferente”, cuando en realidad es más de lo mismo que se vio con las políticas económicas de la dictadura, del menemismo y del macrismo. 

Problemas de fondo

Todas estas experiencias en su momento mostraron la insostenibilidad de los modelos basados en el ajuste y la especulación. No hay soluciones financieras para problemas económicos que son de fondo. Los mismos se agravarán si se destruyen la industria y el empleo mediante la apertura importadora, y si se hipoteca al país cada vez con una mayor deuda externa.

El puente de Reservas le da certezas a quienes realizan operaciones especulativas con la denominada “bicicleta financiera”, promocionada por el gobierno, no sólo a través de declaraciones, sino de políticas concretas. Las bandas cambiarias para el dólar, la suba de tasas de interés, la eliminación de importantes regulaciones de la administración de divisas y la autorización del Banco Central para que inversores no residentes puedan ingresar divisas para invertir en bonos y letras argentinos con una permanencia mínima de seis meses (coincidente con las elecciones de octubre) alientan este tipo de operaciones financieras. 

Para la gestión mileísta, la estabilización del frente cambiario y una menor presión sobre los índices inflacionarios son elementos clave para llegar en buena forma a las elecciones legislativas.

El Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, dejó en claro que con este Parlamento y en este período preelectoral no va a avanzar con las reformas fiscal, laboral y previsional y que ello se hará con el “próximo Congreso”. Para ello es imprescindible que el gobierno haga una buena elección que le permita ganar bancas. Es lo que también piensan los denominados “mercados”. Las legislativas serán un momento crucial para que los ajustados y las ajustadas digan “basta” y le pongan un freno a estas políticas.

Por Carlos Heller * Diputado Nacional Unión por la Patria y Presidente Partido Solidario /P12

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