Salarios, empleo, dólar y consumo: las proyecciones que alarman y movilizan el paro general de la CGT

Actualidad - Nacional07 de abril de 2025
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Esta semana estará atravesada por un nuevo paro general -el tercero en la gestión de Javier Milei- convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) con amplia adhesión de las demás centrales sindicales. El apoyo es fácil de explicar. Diferentes proyecciones encienden la alerta de cara a los próximos meses y a la posibilidad de que empeoren aún más las condiciones de vida de las y los trabajadores. Spoiler: el panorama no es nada alentador hacia adelante. 

¿Qué escenarios aparecen en el horizonte? En base a información del primer trimestre de 2025,  los datos de empleo marcarían una baja en 2025, sobre todo si continua el estancamiento de las actividades clave en la generación de puestos de trabajo como construcción e industria. Respecto de esta última, las estimaciones sectoriales indican que 6 de cada 10 firmas industriales no aumentarán sus inversiones productivas este año y menos del 20% proyecta una suba del empleo. Se suma en materia cambiaria la incertidumbre sobre la política oficial, mientras se mantiene la pérdida de competitividad local.  

Hacia adelante, las y los trabajadores tampoco verían mejoras en sus ingresos -con salarios que se mantienen pisados por debajo de la inflación mensual- y, por ende, continuaría la crisis del mercado doméstico. Para este año, el gobierno busca sostener a toda costa el proceso de desinflación, apostando de lleno al ancla salarial y, en ese sentido, la recuperación del consumo masivo parece lejana y así lo anticipan datos privados (en febrero pasado anotó catorce caídas consecutivas).

“Los trabajadores paramos por paritarias libres y homologadas, aumento de emergencia a los jubilados y un proyecto de actualización del bono, plan nacional de empleo, en defensa de la industria nacional y porque se retome la obra pública”, señaló el comunicado de la central obrera convocando a la jornada. En ese sentido, agregaron el pedido de “más presupuesto para educación y salud” así como “el fin de la represión a la protesta social y por la justicia social”.

La jornada de 36hs comenzará el miércoles 9 de abril con una movilización en apoyo a las y los jubilados que vienen reclamando cada miércoles frente al Congreso nacional, en tanto que el jueves 10 de abril habrá un paro general de actividades aunque, como anticipó este medio, la UTA se bajó finalmente del convite, mientras que el resto del transporte sí será de la partida.

El largo derrotero a la baja: empleo y salarios

La contracción económica y el deterioro salarial se expresan en una realidad concreta: el shock económico no solo afectó a los sectores bajos, sino que deterioró en gran medida las condiciones de vida de los sectores medios, impactando en ambos casos en la capacidad adquisitiva de hogares que, con suerte, sobreviven el día a día en medio de la incertidumbre y el terror concreto de quedarse sin un ingreso que les permita vivir.  

Al respecto, la recesión económica del primer año de gestión de Javier Milei afectó directamente las posibilidades de empleo de la población. Los últimos datos de mercado de trabajo, al cuarto trimestre del 2024, son contundentes: en comparación con el mismo trimestre del año anterior la desocupación subió del 5,7% al 6,4%, los ocupados demandantes del 15,5% al 16,6%, y la presión sobre el mercado de trabajo del 27,4% al 29,4%. Estos números plantean el interrogante sobre ¿qué esperar para este 2025?

“Las señales de la coyuntura no son alentadoras. Dejar que la mano invisible del mercado acomode las variables solo consolidará sectores poco demandantes de fuerza de trabajo, y abrirá la puerta a conflictos de mayor o menor intensidad por la distribución del excedente”, analizó el investigador Luis Campos, del Instituto de Estudios y Formación de la CTA–Autónoma. A la vez, agregó que la población sin empleo “no se va a quedar en su casa a esperar que la inanición haga lo suyo. Si a ello sumamos una larga experiencia y tradición organizativa de los trabajadores y trabajadoras en nuestro país, el conflicto tarde o temprano aumentará”.

Por otro lado, un informe elaborado por el centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) sostuvo que el empleo no solo se estancó, sino que evidencia una tendencia negativa para este 2025 ¿Qué ven hacia adelante en puestos laborales? “Hasta diciembre de 2024 se recuperó el 12% de los puestos de trabajo perdidos entre agosto 2023 y julio 2024 (22 mil de un total de 176 mil). Sin embargo, de acuerdo a nuestro Indicador Predictivo del Empleo en marzo observamos que la situación de estancamiento se mantendría durante los primeros meses de 2025, aunque ahora con variaciones levemente negativas”, señaló Matías Maito, director del espacio. Según sus estimaciones, “de mantenerse ese ritmo moderado de crecimiento del empleo, recién en enero de 2026 se recuperarían todos los empleos que se perdieron desde agosto de 2023”.

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En materia salarial, después del golpe de la devaluación de diciembre 2023, los salarios empezaron a recuperar, en la segunda mitad del año, parte de lo perdido. Sin embargo, habrían llegado a un techo a fines de 2024 mientras que, este año, volvieron a caer como resultado de subas paritarias por debajo de la inflación ¿Cuáles son las probabilidades de que la situación se revierta? “Mientras los salarios continúen funcionando como ancla inflacionaria, difícilmente podamos observar recuperación”, señaló Maito. Así lo analizan también desde la consultora Ecolatina: “La pauta del propio gobierno del 1% mensual es una referencia que pretende que los salarios funcionen más como ancla de la desinflación”. Según dicha fuente, al menos nueve de doce gremios importantes tuvieron un saldo negativo al inicio del año y las perspectivas de mejora son pocas ya que “para los primeros meses del 2025 los salarios estarían creciendo cada vez más cerca del 2% que del 3% mensual”.

Otro ingreso clave de los hogares argentinos son las jubilaciones. Solo en 2024 cada jubilado/a acumuló una pérdida promedio de $2.031.242 (según el Mirado de la Actualidad del Trabajo y la Economía- MATE) con una caída promedio de la jubilación mínima del 18% que llevó su poder de compra a un nivel similar al de 19 años atrás. En relación, el haber mínimo apenas superó los 350.000 pesos contando el bono congelado desde hace un año en 70.000 pesos, mientas que la canasta básica (CBT) para jubilados llegó a $1.200.523 (Defensoría de la Tercera Edad CABA)

¿Qué esperar para este año? “Los haberes dibujarán una línea horizontal similar a la que se observa en la década del ‘90, sin perder, pero sin ganar poder adquisitivo, luego de ubicarse sensiblemente más abajo”, analizaron desde el centro CEPA y recordaron que el gobierno "confirmó que el bono se mantendrá en el mismo monto durante todo 2025”. De cumplirse las proyecciones inflacionarias, los guarismos indican que “le estarán negando a los jubilados de la mínima $97.341 adicionales por mes”, indicaron. Se suma que días atrás terminó, por decisión del oficialismo, la moratoria previsional y, de ahora en más, el 50% de los varones y el 69% de las mujeres con la edad legal cumplida no podrá acceder al derecho a una jubilación (un total de 243.000 personas). 

Alerta industrial: las pymes no la ven

Si se pone el foco en los diferentes sectores de la economía se observa que, en el primer año del actual gobierno nacional, solo tres actividades tuvieron un crecimiento significativo: la actividad agropecuaria, la explotación de minas y canteras y hoteles y restaurantes. En cambio, nueve actividades retrocedieron lideradas por la construcción, el comercio, la industria y los servicios comunitarios, sociales y personales.

En particular, las pymes manufactureras registraron la segunda mayor caída del nivel de producción (después de 2020) y de empleo (después de 2009) de toda la serie histórica. Esta situación, todavía muy lejos de revertirse, tiene impacto directo en las proyecciones para este año: el 60% de las pequeñas y medianas firmas industriales no planifica aumentar sus inversiones productivas en 2025. Los datos se desprenden del último informe del Observatorio Pyme que puso el ojo, además, en los principales problemas que enfrentan dichas empresas: “la amenaza importadora, los elevados costos de producción y la incertidumbre sobre la sostenibilidad de la demanda”, generan alarma en las pymes. Un dato no menor: 7 de cada 10 considera con la caída de las ventas es la preocupación central.

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¿Cómo impacta en la producción nacional? “De mantenerse esta dinámica, el daño sobre el tejido productivo no va a afectar solamente a las pymes industriales, sino también a las grandes empresas, muchas de las cuales ya han comenzado un plan de desinversión local”, alertaron desde el Observatorio de los Industriales Pymes Argentinos, en tanto que la última encuesta de la Unión de Industriales Argentinos (UIA) refirió que “de cara a futuro se moderaron las expectativas, con una menor proporción de empresas que prevé mejoras en su situación económica empresarial (61,7% vs. 67,8% en el relevamiento anterior), en su sector de actividad (58,1% vs. 68,1%) y a nivel país (68,6% vs. 75,5%)”.

Política cambiaria: incertidumbre de lo que viene

El programa económico del gobierno de La Libertad Avanza apuesta a paritarias pisadas que, junto con el ancla del tipo de cambio, le permiten mantener la inflación a la baja en un año electoral y mientras intenta cerrar un nuevo ciclo de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un escenario de pérdida sostenida de reservas en el Banco Central (BCRA). Las reservas internacionales terminaron el viernes en 25.119 millones de dólares (en la semana la caída fue de 656 millones y en el año ya se perdieron 4.488 millones de dólares).

“La estabilidad del dólar es siempre importante para la Argentina, pero hoy asume un rol superlativo por su centralidad en la baja de la inflación. De cara a las elecciones de medio término, contener el dólar es esencial para el programa económico”, sostuvieron desde la consultora C-P.  En ese sentido señalaron que la estabilidad actual se construye sobre dos pilares “la canalización de dólares a la contención de los tipos de cambio paralelos y los aportes del endeudamiento privado que propició el blanqueo de capitales” pero “se trata de volúmenes incompatibles con el crecimiento y, en el segundo caso, sobre un proceso frágil cuyos riesgos de reversión amenazan una posición de reservas internacionales magra”.   

Sobre 2025 los economistas del centro de estudios dijeron que “las tensiones propias de los años electorales en Argentina deberán convivir con los efectos de la recuperación económica, la apreciación y apertura y un esperable paulatino agotamiento del aporte financiero del blanqueo”. Así “la programación cambiaria arroja como resultado la necesidad de conseguir fuentes alternativas de financiamiento, lo cual explica la relevancia de las negociaciones con el FMI, y aun suponiendo la concreción de un acuerdo, no puede descartarse que el mismo sea interpretado como un esquema de transición al que sucederán importantes reformas tras el proceso electoral”. Esto implica entonces que “no puede garantizarse entonces que el apoyo del FMI permita al gobierno sostener la credibilidad de la política cambiaria (y con ella la potencia del ancla cambiaria) en los meses previos a las elecciones”.

Precios al alza: alimentos y servicios

El último dato de inflación mensual (+2,4% febrero) mostró una menor desaceleración de los precios respecto de los meses previos, con un impacto especial de la suba de alimentos y de los servicios y alquileres. En paralelo, la economía argentina arrastra una significativa apreciación del tipo de cambio real que impacta directamente en el costo de vida de la población. 

De cara a los próximos meses desde el Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) estimaron que la inflación del mes de marzo de 2025 superó a la registrada durante febrero debido a que “el rubro Alimentos y Bebidas sin Alcohol (el de mayor incidencia en inflación) nuevamente registró un sensible incremento, atribuido tanto a la suba estacional de algunos alimentos, como al alza del dólar paralelo en los últimos días de marzo”. De esa manera, la inflación rondaría el 2,7% mensual mientras que la acumulada durante en el primer trimestre sería de 7,8% y la interanual de 57,6%. La proyectada para todo el año se ubicaría en torno al 35%. Considerando lo anterior, el centro de estudio también señaló que el costo de la Canasta Básica Total para una familia tipo de 4 integrantes, determinante de Línea de Pobreza, alcanzó durante el mes de marzo 2025 un valor de $ 1.374.360. 

Como otro factor no menor se suman los cuestionamientos actuales al cálculo del IPC-INDEC, en particular sobre la canasta de consumo que utilizan para mediar los hábitos de las familias y que corresponde a veinte años. “Se estaría subestimando el aumento de algunos servicios que tienen un bajo peso relativo en el índice oficial -como los de las tarifas de servicios públicos, el transporte y las comunicaciones- y cuyo precio se incrementó sustantivamente por encima del promedio en los últimos meses”, subrayaron desde CIFRA-CTA.

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Lo anterior tiene correlato en la canasta de servicios que releva el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP- CONICET). El último dato indicó que en marzo un hogar promedio del AMBA, sin subsidios, gastó $146.641 pesos para cubrir sus necesidades energéticas, de transporte y de agua potable en el hogar (+7,7% mensual). Desde diciembre de 2023 la canasta de servicios públicos del AMBA se incrementó 429% mientras que el nivel general de precios lo hizo en 133%. Con respecto de marzo 2024, el costo de la canasta total se incrementó 92% a partir de las actualizaciones de tarifas mientras que el nivel general de precios tuvo un incremento del 54% en igual periodo. 

Consumo: el ajuste en bienes básicos

Resulta paradójico que, mientras las estadísticas oficiales indican una disminución de los niveles de pobreza e indigencia en Argentina en 2024, diversos indicadores señalan una caída significativa en el consumo masivo. Sobre ello, el consumo privado mantuvo una tendencia contractiva (el consumo per cápita de leche en 2024 fue el más bajo de los últimos 34 años y el de carne vacuna quedó en el nivel más bajo de las últimas tres décadas.) a la vez que, según anticipó la consultora Scentia, dicha performance continuaría este año (se contrajo tanto en enero -10,6% como en febrero -9,8%) acumulando en el bimestre una caída del 10,2% (14 bajas consecutivas).

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Frente a esta realidad, que implicó cambio de hábitos y ajustes directos en consumos habituales, así como mayor endeudamiento familiar para comprar alimentos (más de mitad de las familias lo destina a ese fin) y hacer frente al pago de un alquiler cada vez más inaccesible, desde el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP) se propusieron “obtener visión más precisa de la evolución del poder adquisitivo y la pobreza, mediante el consumo masivo”. En ese sentido, calcularon la evolución del indicadores de pobreza proyectando el comportamiento de los indicadores de consumo (supermercados de INDEC y ventas minoristas de CAME) como el poder adquisitivo de los ingresos del estrato de bajos ingresos.

En conclusión, “la tasa de pobreza estaría más cercana al 46,8% lo cual implica un descenso respecto del pico que significó el shock de empobrecimiento abrupto de la devaluación pero todavía se ubica por encima del último trimestre del año anterior en aproximadamente 3 puntos porcentuales”, cerraron.

Por Eugenia Rodríguez / El Destape

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