No hay 2001 para los sub 35

Actualidad30 de noviembre de 2024
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Los datos parecen darle la razón: después de todo, el poder adquisitivo de las familias se hundió este año hasta alcanzar niveles que no se veían desde el 2001 y el salario de los trabajadores no mejora. De acuerdo con un informe elaborado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el salario mínimo perdió 1,3% en octubre y acumuló una pérdida de 28% entre noviembre 2023 y octubre de 2024, lo que marca el derrumbe de ingresos más fuerte desde la mentada crisis de 2001.

Para mayor desconcierto, la fuerte caída de los salarios se explica tanto por el aumento de la inflación, con el pico de 25,5% registrado en diciembre tras la devaluación dispuesta por la flamante administración nacional, como por un alza de las tarifas que en algunos casos ya supera el 300%.

"¿Por que no explota todo?", se preguntan los analistas prudentes, los militantes opositores y hasta algunos liberales progresistas y otros progresista liberales. Pero la respuesta no es tan simple. Acaso el reporte "Panorama del empleo asalariado formal y de las remuneraciones", que dejó en evidencia que la merma del salario se inició en diciembre de 2023, cuando se contrajo un 15% de la mano de la aceleración inflacionaria y se profundizó aún más en enero con una contracción del 17%, no permite elaborar una respuesta clara a esa incógnita.

¿Será uno de los factores determinantes la confianza de los más jóvenes en el Gobierno para que el espectro del 2001 siga siendo solo eso? De acuerdo con lo que midieron Isasi y Burdman en su último trabajo, este hecho podría ser decisivo. Para ambos los consultores políticos, los sub 35 de Argentina pasaron de ser el sector más pesimista en lo que respecta a las previsiones de largo plazo a compartir el optimismo del resto de los segmentos de edad: el 51% de los argentinos cree que el 2025 será un año mejor en materia económica que el 2024.

Una mirada a la derecha europea y a Trump

En julio, solo 23% le recomendaba a los sub 35 quedarse en el país. Actualmente, ese grupo representa el 37% y se identifica tanto con Milei como con Donald Trump: tiene un discursos antigénero, es profamilia tradicional y crítica la inmigración, compartiendo una identidad que conecta con movimientos de las nuevas derechas de Europa y de América. En los hechos, están más cerca de apoyar a Meloni en Italia, a Le Pen en Francia y a Abascal en España (incluso a Vladimir Putin en Rusia, aunque lo digan en voz baja) que a Macron en Francia, Sánchez en España y a Trudeau en Canadá.

"¡Pero como puede ser que la ideología le gane al bolsillo!", repiten azorados intelectuales orgánicos, inorgánicos y hasta descompuestos. Si se releen los datos del IIEP de la UBA, la sorpresa es todavía mayor: a la tendencia decreciente del salario en los últimos dos años se le suma adicionalmente la fuerte contracción de estos meses, lo que posicionó el salario mínimo en un valor inferior al registrado en 2001, antes de la crisis de la convertibilidad. Esto implica una erosión de casi el 60% frente al valor máximo de la serie, anotado en septiembre de 2011. Somos todos más pobres, pero el Presidente conserva al menos un 50% de imagen positiva entre los jóvenes sub 35, según señalan diversos encuestadores. Sorprendente.

Fisher, quien que se suicido en 2017, afirmaba en sus clases que el actual comportamiento político de los sub 35 se podía entender por el aumento del desempleo, la automatización, la pérdida del poder adquisitivo y la "década del yo", que se encaminaba hacia una cultura del individualismo: la "cultura del narcisismo" tal como fue planteada por Christopher Lasch (el historiador y crítico social estadounidense que argumenta que la evolución social del siglo XX promueve el miedo al compromiso y a las relaciones duraderas, así como también un temor a envejecer, fomentando la individualidad y el consumismo a expensas de la comunidad y del bienestar colectivo).

Todas ideas que aclaran por qué no estamos reviviendo un 2001, año en que incluso muchísimos votantes de la Libertad Avanza aún no habían nacido.

Por Ernesto Hadida / BaeNegocios

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