La inversión extranjera se derrumbó y Milei sólo se apoya en la bicicleta financiera
El Gobierno sustenta su esquema económico en el arribo de inversiones para sostener la estabilidad cambiaria y sortear la restricción externa. Para eso lanzó un ambicioso Régimen de Incentivo a Grandes Inversiones (RIGI) -que ubica a la Argentina como una economía de enclave, exportadora de recursos naturales- y un festival de deuda externa que administra el titular del Palacio de Hacienda, Luis Caputo. Sin embargo, la inversión extranjera directa en el segundo trimestre del año fue no se acercó ni a la mitad de la que se venía registrando hasta la llegada de la administración de Javier Milei.
El Banco Central informó que en el segundo trimestre se observaron ingresos netos en Argentina por 2.385 millones de dólares, un 55,9 por ciento por debajo de igual período del año pasado (5.406 millones). El cuadro de situación es todavía peor: el ingreso de este año estuvo explicado “principalmente por las transacciones de deuda (1.179 millones de dólares)” y la reinversión de utilidades es la más baja desde la pandemia, destacó el informe de ente monetario que conduce Santiago Bausili.
El año pasado el país lideró la región como receptora de inversiones extranjeras directas y con foco en la producción y la creación de valor agregado a la industria, según destaca el último informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que destacó en ese documento “los esfuerzos (del país) en materia de desarrollo productivo. Hoy el ingreso de capitales, más allá de los supuestos anuncios de inversión enmarcados en el RIGI, es para la timba financiera. Brasil fue el principal aportante de inversión, mientras el presidente Milei amenaza con romper el Mercosur.
Con la puesta en marcha de las obras de en Vaca Muerta, el stock de inversiones extranjeras estaba creciendo: 5.406 millones de dólares en el segundo trimestre del 2023, 6.602 millones en el tercer trimestre y 7.284 millones en el último trimestre del año pasado, según el informe del Banco Central. El documento informó así un fuerte desplome en el segundo trimestre del año y del gobierno libertario. De acuerdo con el Informe sobre Inversión Extranjera Directa, de los 2.385 millones de dólares de ingresos, 1.179 millones fueron por deuda, seguido por aportes de capital (652 millones), reinversión de utilidades (496 millones) y fusiones y adquisiciones (58 millones). “En términos interanuales, se evidenció una caída de los ingresos netos de 3.021 millones de dólares”, destacó el informe oficial.
La posición pasiva bruta de IED alcanzó los 165.032 millones de dólares al 30 de junio del 2024, con participaciones de capital de 109.377 millones de dólares e instrumentos de deuda por 55.655 millones.
Los sectores que captaron mayores flujos de IED en el segundo trimestre de 2024 fueron la industria manufacturera (969 millones de dólares), sociedades captadoras de depósitos, excepto el Banco Central (900 millones) y explotación de minas y canteras (851 millones). El principal origen de los flujos de IED fue Brasil, con ingresos netos por 839 millones de dólares, seguido por China (324 millones)
Estados Unidos se ubicó como el principal origen de la IED en Argentina, con un stock de 30.176 millones de dólares, lo que representó un 18 por ciento del total de tenencias. En segundo lugar, se encontró España, con una posición pasiva bruta de 24.602 millones de dólares (15 por ciento del total) y en tercera posición Países Bajos, 18.826 millones (11 por ciento del total). Esos tres países concentraron el 45 por ciento del stock de IED en Argentina. “Los flujos de deuda de carácter financiero estuvieron compuestos casi en su totalidad por los préstamos financieros, por 458 millones de dólares, mientras que los restantes 30 millones se explicaron por la ‘Otra deuda financiera’”, señaló el informe del BCRA.
En 2023 era otra historia
En un contexto de caída, por segundo año consecutivo, de los flujos mundiales de inversión extranjera directa (IED), en 2023 ingresaron a América Latina y el Caribe 184.304 millones de dólares de IED, cifra un 9,9 por ciento inferior a la registrada en 2022, informó la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Sin embargo, la Argentina fue a contramano de esa tendencia.
“Con relación a los sectores en que se realiza la inversión, se observa un patrón bastante concentrado Nueve sectores atraen el 80 por ciento del total de anuncios de IED en la Argentina (en monto), con solo tres sectores que representan el 47 por ciento del total. Estos son telecomunicaciones; carbón, petróleo y gas y autos y autopartes”, señaló el informe de CEPAL en un anexo sobre la Argentina.
El peso de las entradas de inversión extranjera directa en el PIB de la región también se redujo pero la participación de la región en el total mundial de flujos de IED (14 por ciento) fue mayor al porcentaje promedio de la década de 2010 (11 por ciento.
La disminución de los flujos de IED recibidos por Brasil (-14 por ciento) y México (-23 por ciento), los dos países con mayor participación en las entradas totales, explica, en gran medida, el resultado de la región, indica el estudio. En América del Sur, Perú también experimentó una disminución bastante pronunciada de las entradas de IED (-65 por ciento), mientras que Argentina y Chile experimentaron un aumento (57 y 19 por ciento respectivamente).
Desde el punto de vista sectorial, un 46 por ciento de la inversión extranjera directa en 2023 se dirigió a servicios, aunque este sector recibió menores inversiones que en 2022 (-24 por ciento). En cuanto a los componentes de la IED, la reinversión de utilidades aumentó un 15 por ciento, representando casi la mitad de las entradas en 2023, mientras que los aportes de capital y los préstamos entre empresas se redujeron un 22 y un 36 por ciento respectivamente.
Estados Unidos y la Unión Europea fueron los principales inversionistas, el primero con 33 por ciento del total y la UE con 22% (sin Países Bajos ni Luxemburgo). China, en tanto, redujo sus inversiones en la región.
Salvo excepciones, la IED continúa concentrándose en sectores y países que ofrecen recursos naturales o mano de obra relativamente barata, dice la CEPAL. El objetivo es lograr agregar más valor, en el caso de los recursos naturales, así como diversificar y escalar hacia sectores con mano de obra más calificada, e incrementar los derrames tecnológicos y encadenamientos productivos que se deriven de esta inversión, apunta el organismo regional de las Naciones Unidas.
Por Cristian Carrillo / El Destape