Tener auto, ropa y hasta casa propia ya no es sinónimo de éxito: por qué los jóvenes prefieren alquilar todo

Actualidad24 de noviembre de 2024
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Cuando Lucas cumplió 28 años, decidió que nunca compraría un auto. "No quiero pagar por algo que se va a depreciar mientras duerme en la calle la mitad del tiempo", pensó. En lugar de eso, recurre a plataformas como Rentennials para alquilar un vehículo cuando lo necesita. Al igual que él, cada vez más jóvenes optan por usar sin poseer, eligiendo servicios de alquiler que les permiten un ahorro, acceder a productos y experiencias sin comprometerse a largo plazo.

Este desapego hacia la propiedad refleja un cambio profundo en las prioridades de las nuevas generaciones. Tener cosas ya no es sinónimo de éxito: la libertad, la flexibilidad y la sostenibilidad son la clave de un tipo nuevo de consumo. En esta nueva mentalidad, lo importante no es acumular, sino utilizar solo cuando hace falta, liberándose del peso financiero y emocional de la propiedad; ya sea la casa propia o cualquier otro objeto.

El mercado global de alquiler de electrodomésticos y electrónica mostró un crecimiento acelerado en los últimos años. Según el Consumer Electronics and Appliances Rental Global Market Report 2024, se estima que este mercado pasará de los u$s66.000 millones en 2023 a u$s74.000 millones en 2024, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 12.2%. Este aumento se debe a diversos factores, entre los que se incluyen las condiciones económicas que favorecen la accesibilidad, los cambios en los estilos de vida de los consumidores, el incremento de la urbanización y la movilidad, una creciente conciencia ambiental y el auge de la economía colaborativa.

Alquilar desde herramientas, ropa y hasta autos
Este cambio de paradigma se refleja en sectores como la moda. Emprendimientos como Dress Code, en City Bell, La Plata, ofrecen la posibilidad de alquilar vestidos, zapatos, abrigos, accesorios y carteras para eventos puntuales como bautismos, casamientos o cumpleaños de 15. Fundado en 2023 por Maricel Núñez, Dress Code nació en respuesta a una demanda insatisfecha en su ciudad: "Tengo tres hijas adolescentes, y con tantos eventos, comprar vestidos se volvía muy costoso. Había opciones de alquiler, pero teníamos que viajar hasta la Ciudad de Buenos Aires, con todo lo que eso implicaba", comenta Núñez.

Esa realidad, sumada a su interés por la moda, la impulsó a abrir el primer local. Con más de 700 vestidos en su inventario, entre los más populares se encuentran los vestidos largos con lentejuelas, mientras que los vestidos importados encabezan las preferencias de las clientas. Los precios de alquiler varían, y los rangos van desde $45.000 hasta $90.000 según el modelo. "Con lo que gastarías en comprar un vestido, acá podés alquilar tres o cuatro. Esa es la diferencia que nuestras clientas valoran: optimizar los recursos", afirma Núñez, quien recientemente expandió su negocio abriendo una sucursal en Necochea.

La tendencia de usar sin poseer también se extiende más allá de la moda. En el ámbito de la tecnología, empresas como Viconex alquilan desde notebooks e impresoras hasta tablets y proyectores, adaptando sus planes a las necesidades de usuarios que buscan estar actualizados sin el temor a quedar atrapados con productos caros u obsoletos. Si siempre puedes tener lo último, ¿por qué comprar?", es la mentalidad que predomina entre los jóvenes, quienes valoran la posibilidad de devolver, renovar y seguir adelante.

En sectores profesionales como la construcción, el alquiler de equipos costosos es una práctica común durante años. Fernando Minervino, supervisor en Maquinaria Arco, una empresa dedicada al alquiler de andamios y herramientas, explica que los productos más demandados incluyen martillos demoledores, andamios, vibradores para hormigón y escaleras. "Las ventajas de alquilar son claras: el precio es accesible y los clientes evitan problemas de almacenamiento", señala. Además, su empresa reacondiciona los equipos para garantizar su ciclo de vida útil, un aspecto que lo que contribuye a la sostenibilidad.

El alquiler también es clave en la producción audiovisual. Empresas como Rowing Rental se especializan en el alquiler de equipos de filmación, un área en constante cambio tecnológico donde comprar equipo propio puede ser financieramente inviable. Este modelo permite a los profesionales acceder a cámaras y luces de última generación solo cuando los necesitan, optimizando así sus costos.

En el sector automotor, la revolución del alquiler por suscripción también avanza con fuerza. Rentennials, que opera en Argentina, México, Perú y Miami, es una plataforma que permite alquilar vehículos entre particulares. Con su propuesta, no solo se logra un ahorro de hasta un 30% en comparación con las empresas tradicionales de alquiler, sino que además se optimiza el uso de autos que, de otro modo, pasarían horas o días sin aprovecharse.

"La economía del acceso no es una tendencia pasajera; constituye una evolución natural en la forma en que las personas y las empresas piensan sobre la propiedad", señala Gerardo Germanó, CEO de Rentennials. Este modelo de negocio explica, responde tanto a la demanda de flexibilidad de los consumidores como a la necesidad de pensar en una movilidad sostenible. "El auto propio está quedando atrás y la movilidad compartida es el futuro", agrega Germanó. Al ofrecer vehículos bajo demanda, Rentennials no solo aporta accesibilidad, sino que también contribuye a reducir la cantidad de autos privados en circulación, fomentando un uso más racional de los recursos y ayudando a disminuir la huella de carbono en las ciudades.

Los servicios de alquiler en la economía del acceso crece en respuesta a consumidores que buscan conveniencia, flexibilidad y sostenibilidad. Según proyecciones, este mercado continuará en aumento, apoyado por la preferencia por el ahorro, la reutilización y la optimización de recursos. 

Nota:iprofesional.com

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