Bronca, acusaciones cruzadas y gritos en la UCR por los "radicales con peluca"

Actualidad - Nacional16 de octubre de 2024
multimedia.normal.97783d5e6dace5ef.bXVsdGltZWRpYS5ub3JtYWwuOGQ4ZTA5YTc5MjYyN2Zfbm9ybWFsLndlYnA=

Los radicales se juntaron en una reunión de bloque sin los cuatro diputados que votaron para sostener los vetos del Gobierno. El encuentro había sido pedido para expulsarlos del bloque, pero el sector de Martín Lousteau y Facundo Manes no logró reunir los votos. Los moderados impusieron otra posición: dijeron que no los van a expulsar, pero que para quedarse en el bloque deben aceptar la regla de la mayoría y votar orgánicamente con el partido. Traducido: no pueden seguir en el bloque y votarle todo al Gobierno. Fue el resultado al que llegaron tras una reunión que empezó a las 18.30 y seguía pasadas las diez de la noche con discusiones cada vez más picantes. Hubo diputados que remarcaron que no pensaban seguir en el bloque con los radicales "con peluca". No obstante, esos diputados están cada vez más desafiantes y puede ser que, reunión en Casa Rosada mediante, anuncien en breve que forman su propio bloque.

El objetivo del encuentro era, de una vez por todas, resolver la situación de los diputados Mariano Campero, Luis Picat, Federico Tournier, Martín Arjol y Pablo Cervi. Los cinco se sacaron una selfie con Milei y votaron en contra de los jubilados, y en contra de un proyecto de su propio partido que habían apoyado antes del veto presidencial. Cuatro de ellos (todos menos Cervi, que se abstuvo) volvieron a votar con Milei en el veto a las universidades. Esto generó la furia ya no de los diputados de Manes -que ya venían pidiendo la expulsión- sino del sector más moderado de Julio Cobos.  "¿Ustedes siempre piensan votar con el Gobierno de ahora en más?", le espetaron a uno de los radicales "con peluca".

De hecho, el mismo día de la votación de las universidades intentaron forzar un encuentro para discutir la expulsión, pero el jefe de bloque Rodrigo De Loredo esquivó el planteo e intentó postergar el encuentro. Al mismo tiempo, avanza un pedido de expulsión del partido que inició la Convención nacional y actualmente está en el Tribunal de Ética de la UCR. 

Sin expulsión

Pero De Loredo no pudo postergar para siempre el encuentro del bloque. Se lo volvieron a pedir Cobos y Mario Barletta y finalmente lo fijó para el martes a las 18. Arrancó media hora tarde y siguió hasta que las velas no ardieron, aunque lo que sí ardieron fueron los ánimos, entre gritos y acusaciones.

Los implicados, sujetos a una posible expulsión, no participaron de la reunión dado que les pidieron que no estuvieran. De todas formas, cuatro de ellos estaban en Brasil cuando ocurrió el encuentro. 

El sector de De Loredo picó en punta y consideró que, si había que expulsar por votar distinto, también estaba en problemas Lousteau, que varias veces se diferenció del resto del bloque de Senadores. "Acá hay doble vara para evaluar las votaciones", planteó un diputado que buscaba evitar la expulsión. Enfurecidos, del lado de Lousteau respondieron que no se podía comparar una diferencia de criterios con bajar las banderas de la UCR, irse a comer un asado con Milei y votar en contra del propio partido y cambiando el voto.

Nuevamente, quienes impulsaron la inmediata expulsión de los radicales que votaron con Milei fue el sector de Lousteau y de Manes. Insistieron en que les generaban un descrédito al partido y que debían ser separados del bloque. Algunos hasta opinan que deberían devolver la banca, cosa que -todos saben- no va a ocurrir. No obstante, pese a que se creía que la postura de este sector iba a sumar el voto de los "moderados", el tiempo que tuvo De Loredo para dilatar en el encuentro rindió sus frutos: pronto quedó en claro que los moderados no iban a acompañar la expulsión. 

Cuanto más claro quedaba esto, más crecía el enojo: hubo diputados que dijeron que no toleraban seguir en el mismo bloque con esa gente. Y que había que elegir entre expulsarlos o que se rompiera nuevamente el bloque.

Con condiciones

En cambio, el planteo al que llegaron el sector de Cobos y al que terminó adhiriendo De Loredo fue otro. Consideraron que no había que expulsar a los diputados, porque la UCR contiene distintas expresiones. No obstante, el planteo que hicieron es que quien quiera permanecer en el bloque deberá respetar las reglas internas de funcionamiento, que incluyen votar como disponga la mayoría y siguiendo la línea del partido. "El que se quiera quedar, se tiene que comprometer a cumplir las reglas", insistieron. Fue una forma de decir: se terminó el integrar el bloque, pero votar siempre con La Libertad Avanza. 

A su vez, desde este sector moderado, dijeron que quien no quiera seguir estas reglas básicas de funcionamiento político, es libre de marcharse. Fue una forma de abrirles la puerta para que se vayan, en lugar de echarlos a patadas como quería el sector de Manes. No obstante, al cierre de esta edición, la discusión seguía hasta bien entrada la noche, entre reproches y gritos.

No obstante, De Loredo aspira a que los cuatro o cinco diputados que se vayan formen un bloque autónomo y hagan un interbloque con el de la UCR, para seguir teniéndolos en su esfera de influencia.

Habrá que ver cómo responden los radicales "con peluca" cuando vuelvan de Brasil a este condicionamiento. En principio, se resistían a irse. Pero puede que decidan algo muy distinto, como pasarse con todo y petates al bloque de La Libertad Avanza. Por lo pronto, los cinco tienen previsto el lunes que viene ir a Casa Rosada a participar de una de las reuniones que viene teniendo el gobierno con sus aliados: allí tendrán una silla junto al bloque de Oscar Zago, el PRO y los representantes de LLA. Habrá que ver si deciden, después de eso, armar su propio bloque. Puede ser el comienzo de una hermosa amistad.

Por Werner Pertot / P12

Te puede interesar