Se calienta la previa electoral de 2025: el trasfondo del cruce entre Elisa Carrió y Patricia Bullrich

Actualidad - Nacional08 de octubre de 2024
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La pelea pública entre Elisa Carrió y Patricia Bullrich funcionó como el botón de muestra de lo que será la batalla por la Ciudad en las elecciones del año que viene. Si bien ninguna está lanzada -aunque la primera ya dijo querer candidatearse y la segunda le rehúye a esa opción-, ambas se preparan para ocupar lugares enfrentados en las boletas del 2025. La reedición de Juntos por el Cambio o un UNEN actualizado versus la topadora libertaria.

En el marco del debate por el financiamiento universitario, Carrió trató de "roedor" a Javier Milei, aseguró que a Mauricio Macri se "lo están tragando" desde La Libertad Avanza y denunció que la ministra de Seguridad "va comprando dirigente por dirigente". Bullrich no se hizo esperar y la acusó de haberse movido "por el vil metal" en la campaña "más corrupta de la historia de Juntos por el Cambio", la de Horacio Rodríguez Larreta. 

La relación entre Carrió y Bullrich no es la mejor, hace tiempo. Ambas compartieron espacio entre el 2007 y el 2009, pero en 2011, cuando Cristina Kirchner ganó las elecciones con el 54% de los votos, la actual ministra decidió irse para formar "una nueva mayoría". A Patricia se la conoce por su habilitad para utilizar estructuras partidarias ajenas para promoverse a sí misma. Ahora, llegó el turno del PRO. 

Con esos antecedentes, el deterioro del vínculo se profundizó cuando, para las elecciones generales del año pasado, Bullrich la llamó para pedirle su apoyo en el Parque Norte, donde tuvo su búnker. A las pocas horas de haber perdido en las urnas, se volvió libertaria. Esa fue la gota que rebalsó el vaso. Desde entonces, ambas se empezaron a medir y todo estalló ahora. 

A Horacio Rodríguez Larreta le pasó lo mismo. Compartió toda la campaña con Bullrich, fue su virtual jefe de Gabinete, estuvo a su lado para la foto de la derrota y, cuando se dispusieron a discutir la posición del PRO de cara al balotaje, se enteró del pacto firmado por Mauricio Macri para apoyar a La Libertad Avanza. Ese día, se rompió el PRO.

El telón de fondo de la disputa es la elección del año que viene. Si bien falta, empezó a sonar como una posibilidad concreta la reedición de Juntos por el Cambio, sin libertarios y sin PRO Libertad. De ello dependerá la decisión de Macri, si rompe con los libertarios y compite o no. De separarse, podría plegarse, aunque un dirigente aseguró que no lo aceptarían y que el acuerdo no sería con él.

En el bullrichismo, sin embargo, están convencidos de que el PRO de Macri no podrá hacer más que acordar con LLA si no quiere quedar tercero en la ciudad que gobierna hace casi veinte años. En esa construcción incipiente, Carrió, Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau, además de otros espacios ubicados en el centro, podrían encontrarse en un mismo armado. Sin el partido amarillo, tal vez se trate de un UNEN actualizado.

La misión más difícil es la del Senado. La CABA deberá renovar sus tres legisladores. Lousteau podría virar hacia Diputados, para garantizarse una banca mientras que se espera por la definición de Larreta, a quien cada tanto el oficialismo sube al ring. Del lado bullrichista, Patricia podría no formar parte de la boleta pero poner a alguien de su confianza. La ministra estaría en condiciones de jugar sólo si el PRO de Mauricio decide ir aparte y pone toda la carne al asador. No quiere ir al mundo legislativo ni ser una candidata testimonial.

El mapa electoral no será sencillo. Se estima que los libertarios solos, sin el PRO de Macri, estarían cerca de los 30 puntos pero, con los amarillos, podrían crecer. Unión por la Patria tendría el segundo lugar, con entre 20 y 25 puntos, dejando un amplio espectro para otras alternativas. La Ciudad está mega fragmentada, y la Legislatura es un espejo de ello.

El bloque oficialista, Vamos por Más, de 15 miembros no está garantizado para el jefe de Gobierno que no tiene ninguna banca propia. Jorge Macri no puede contar con los bullrichistas, que son tres, y la Coalición Cívica ya no vota a libro cerrado. La UCR, de otros ocho miembros, también tiene autonomía y es un aliado a conversar en cada votación, sin contar la proximidad libertaria de Republicanos Unidos. Por eso, por primera vez, se podría avanzar con proyectos resistidos por el gobierno como el reconocimiento de los enfermeros como profesionales de la salud.

Esa debilidad oficialista puede ser una fortaleza, principalmente para una UCR que no tuvo el reconocimiento que cree merecer en los lugares de poder y toma de decisión después de una campaña muy caliente contra Macri el año pasado.

Por Carla Pelliza / El Destape

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