In your face
Por estas horas en la Casa Rosada lo que predomina es una furia continua. El presidente Javier Milei vive en estas últimas 48 horas una sucesión de malas noticias, donde el PRO tiene una participación protagónica importante. El miércoles, la Cámara de Diputados sesionó y le rechazó el DNU con el que le otorga a la SIDE la friolera de 100 mil millones de pesos en gastos reservados. El PRO acompañó el rechazo. El oficialismo también perdió la presidencia de la Comisión Bicameral de Seguimiento de los Organismos de Inteligencia. Este jueves, el Senado fue el escenario de otro duro tropiezo cuando la oposición (con votos del PRO) sancionó la reforma de la movilidad jubilatoria con 61 votos a favor y solo 8 en contra.
La ley aprobada en la Cámara alta aumenta las jubilaciones en un 8,1 por ciento --para compensar el "olvido presidencial" de enero--, contempla la fórmula de movilidad por inflación y dispone que en marzo de cada año se habilite otra suba por el 50% del índice de variación salarial. Para los que impulsaron este proyecto "aprobar esta ley es un acto de justicia y reparación", como dijo el senador de UxP, Mariano Recalde. Pero también, como afirmó el radical Martín Lousteau es exponer las prioridades del gobierno que muestran que "para gastos reservados de la SIDE hay plata, pero para los jubilados no. Esto es inmoral". El Presidente, para confirmarlo, ya prometió vetarla.
En su origen, esta sesión no incluía el tratamiento de la refoma jubilatoria sino que tenía como objetivo frenar el incremento de las dietas de los senadores, algo exigido por el propio presidente Milei que, a través de su cuenta de X, afirmó: "Es una traición al pueblo argentino". La vicepresidenta, enfrentada con Milei, promovió esta sesión, pero también sumó el tratamiento de la reforma jubilatoria. Cuando se aprobó en Diputados el Presidente había anunciado que en caso de sanción la vetaría: "Me importa tres carajos", bramó entonces. Ahora debe estar bramando de nuevo.
Con más de los dos tercios
La sanción, que obtuvo más de los dos tercios de los votos, respeta el texto aprobado por los diputados. Una prueba del fracaso de los senadores de La Libertad Avanza que intentaron incorporar modificaciones para obligar a que regrese a la Cámara baja. Ahora, el texto normativo va camino a la Rosada que ya decidió que vetará la ley. Lo que no está definido es si el veto abarca todo el texto o algunos de sus artículos.
Lo que trascendió es que hay dos artículos en la mira de la presidencia. Por un lado está el artículo dos que pone en funcionamiento una cláusula gatillo anual que se aplicará de manera automática siempre que los sueldos le ganen a la inflación. El monto será del 50 por ciento de ese diferencial. El otro artículo es el 10, que impone un plazo para cancelar las deudas previsionales con sentencia fija. Esto beneficia a los jubilados que reclamaron en la justicia, pero sobre todo abarca a la deuda que tiene el Estado nacional con las cajas previsionales de las provincias. Esto es dinero. El ministro de Economía, Luis Caputo puso el grito en el cielo a través de las redes sociales: "El equilibrio fiscal es innegociable".
Los riesgos del veto
Un veto puede significar un costo político importante para el gobierno ya que ataca directamente a los ingresos de los jubilados. Y también porque se lo hace en un momento donde la economía no repunta, crece el riesgo país y las presiones para devaluar se intensifican.
Ahora bien, en caso de que el Ejecutivo vete total o de manera parcial la norma sancionada, las dos Cámaras legislativas tienen, de acuerdo a los votos obtenidos, la suficiente cantidad de voluntades como para insistir en el texto. Tanto Diputados como el Senado aprobaron el proyecto con dos tercios de los votos. Eso es un antecedente importante a la hora de insistir con la sanción.
Durante el debate del proyecto, la senadora de Juliana Di Tullio (UxP) respondió con dureza al presidente Javier Milei: "Si quienes vamos a votar este proyecto que viene con dos tercios de la Cámara de Diputados somos degenerados fiscales, (el Presidente) es un degenerado social", dijo la bonaerense. Es más, advirtió que "un degenerado social que lo que hizo fue construir un escenario con el 55,5 por ciento de pobres y 17,5 por ciento de indigentes en ocho meses".
Para los ricos todo, para los jubilados nada
José Mayans, titular del interbloque de UxP se preguntó si en el gobierno "¿están mirando los números de la economía argentina? Esto ya se lo advertí al grupo Macri, cuando empezó su caída. Después nadie era amigo de Macri, así como ahora nadie es amigo de Alberto, ¿verdad?", dijo para luego convocar a que "resolvamos este tema hoy acá. Está mal el programa económico, le deben a las provincias".
Para Lousteau, el ahora presidente de la Bicameral de Inteligencia, el costo que pueda tener esta nueva ley "es un poco menor de lo que se bajó al que grava los Bienes Personales, es decir, del impuesto que se les cobra a los más ricos de los más ricos. Nuestro bloque hizo una propuesta y el Gobierno no quiso cobrar más por el Blanqueo. Al que nunca pagó IVA, Ganancias, Bienes Personales le condonamos. Ahora, darle a los jubilados está mal. El Presidente dijo que el evade es un héroe. Claro, después falta la plata para pagarle a los jubilados que pusieron el lomo durante muchos años".
El libertario Bartolomé Abdala intentó argumentar el rechazo. Por un lado dijo que es comprensible el reclamo, pero advirtió que desde la oposición "quieren venir a decir que el problema es desde el 10 de diciembre y le faltan la palabra a la ciudadanía".
Lo cierto es que a la hora de votar, el PRO aportó todos menos uno de los votos que tiene en el Senado. Ni siquiera la cena que Milei le ofreció la noche anterior a Mauricio Macri logró evitar el morder el polvo de la derrota en el recinto. Al momento de votar, los senadores de LLA quedaron solos. Ni siquiera la vicepresidenta Victoria Villarruel estuvo en el recinto a la hora de la votación.
Las dietas
Después de que se sancionó la reforma jubilatoria, llegó el turno de las dietas de los legisladores. Por unanimidad el cuerpo aprobó retrotraer los aumentos de las dietas de los senadores y congelar esos haberes hasta diciembre, tras la polémica que se había generado por la suba del 6,6 por ciento que elevaba los sueldos de los legisladores a los nueve millones de pesos.
De este modo, el plenario legislativo decidió con 65 votos anular la suba que se había dispuesto la semana pasada, al acoplarse a los aumentos dispuestos para los empleados del 3,5 por ciento para julio y el 3 por ciento para este mes. La decisión se adoptó con el respaldo de los legisladores de LLA, la UCR, Frente Nacional y Popular, Unidad Ciudadana, Cambio Federal, Unidad Federal, PRO, Frente Renovador de la Concordia Social, Juntos por Río Negro, por Santa Cruz, por la Justicia Social y Comunidad Neuquén. Se decidió que sea un proyecto de resolución para que solo afecte al Senado. El autor fue el oficialista Juan Carlos Romero que propuso "suspender" el aumento hasta fin de año "o hasta encontrar a la verdadera solución".