Código abierto e inteligencia artificial: no puede estar más claro

Actualidad - Internacional26 de julio de 2024
Open-source-and-AI

Cuando Linus Torvalds, en agosto de 1991, anunció en un hilo de un foro que estaba trabajando en un sistema operativo, es bastante dudoso que tuviera en la cabeza una estrategia para hacer de Linux el sistema operativo más relevante de todos los tiempos, y de hecho, su mensaje no es precisamente grandilocuente en ese sentido («no será grande y profesional como gnu», decía).

Hoy, Linux, además de ser el germen del sistema operativo más utilizado en todo el mundo, es también el más utilizado en desarrollos en la nube, incluyendo la nube propiedad de una compañía que hace años odiaba todo lo relacionado con el código abierto y consideraba a Linux como un cáncer: Microsoft.

Veinte años después de las declaraciones del que seguramente sea el peor directivo de todos los tiempos, y después de que un Satya Nadella mucho más inteligente declarase que «Microsoft   Linux» y enderezase la situación, Linux es el sistema operativo más utilizado en Azure. Más del 60% de las ofertas de Azure Marketplace se basan en Linux, lo que representa aproximadamente unos 20,000 servicios, y más del 60 % de los núcleos de máquinas virtuales se basan en Linux. La compañía dedica innumerables recursos a conseguir que todas las versiones de Linux corran sin problemas en Azure, mantiene su propio kernel, Azure Linux.

Pero Azure Linux es solo una pequeña porción de todos los demás sabores de Linux que se ejecutan en Azure, con los que Microsoft trabaja para brindar soporte: la compañía mantiene un conjunto de distribuciones de Linux completamente respaldadas, que incluyen Red Hat Enterprise Linux, Debian, Flatcar, Suse, Canonical, Oracle Linux y CentOS. La compañía recibe alrededor de mil imágenes al mes tan solo de estos socios respaldados, con muchas distribuciones con múltiples imágenes (Suse, por ejemplo, tiene una normal y otra para computación de alto rendimiento).

Linux está en todas partes, como también lo están infinidad de desarrollos de código abierto de todo tipo, para todas las funcionalidades imaginables. Una filosofía de desarrollo descentralizada que fomenta la colaboración abierta y que, claramente, domina el mundo.

En este contexto, la inteligencia artificial, lógicamente, no podía ser una excepción. El futuro de todos esos grandes algoritmos que hoy copan la atención está en el código abierto, aunque la vía por la que llegaremos a ello no esté clara todavía. Mark Zuckerberg acaba de anunciar que Meta ha lanzado la versión más grande de Llama 3 hasta el momento, y que el camino hacia adelante es el código abierto, aunque en realidad, sus modelos no sean de código abierto y solo reflejen, una vez más, el carácter psicopático de una persona que no duda en aprovecharse de lo que sea para conseguir sus fines.

La francesa Mistral también acaba, a su vez, de lanzar una actualización de su modelo, Mistral Large 2, que supera a la de Meta, aunque también tenga algunas restricciones en su interpretación de la licencia. Pero de una forma o de otra, este tipo de modelos, por su naturaleza, terminarán estando en código abierto, listas para que otros construyan sobre ellas. Si piensas en el futuro de la inteligencia artificial y de sus aplicaciones, piensa si ese futuro está representado por quienes desarrollan los modelos, con una OpenAI que es una máquina de perder dinero, o por quienes, con total pragmatismo, son capaces de utilizar y apalancar esos modelos de manera completamente agnóstica para desarrollar sobre ellos inteligencias artificiales verticalizadas, capaces de proporcionar soluciones para problemas o contextos específicos. Y ya veremos, a partir de ahí, cómo evolucionan las valoraciones.

 
 Nota: www.enriquedans.com

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