Enclave Extractivo

Actualidad 24 de mayo de 2024
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El objetivo en una confrontación es derrotar al adversario y desarmarlo, porque mientras no se lo haya desarmado se teme que pueda revertir su derrota. Esta concepción tomada del análisis de la guerra que escribió Karl von Clausewitz [1] puede ser usada también en el análisis de los conflictos políticos, ya que ambos tipos de conflictos solo difieren en los medios que se utilizan para derrotar al adversario.

Tanto en la política como en una guerra, enfrentadas dos fuerzas (A y B) con objetivos mutuamente excluyentes, puede suceder, por ejemplo, que A coyunturalmente triunfe sobre B; pero este triunfo puede ser tal que no imposibilite que B se reagrupe y finalmente intente con posibilidades de éxito revertir la situación; en este caso decimos que A solamente obtuvo una victoria táctica sobre B. Pero puede suceder que la victoria de A sea tal que no le sea posible a B reagruparse en un plazo previsible; en este caso decimos que la victoria de A fue estratégica.

El crédito de 45.000 millones de dólares concedido a Macri por el FMI, monto que después fue fugado, constituyó una iniciativa estratégica, ya que condiciona fuertemente y por años las decisiones de futuros gobiernos.

La ley Bases y, en particular, su capítulo del RIGI, son iniciativas estratégicas que buscan asegurar el completo control del sistema económico-productivo del país por parte de las multinacionales asociadas a Milei por lo menos por 30 años.

El que denominamos proyecto neoliberal periférico, que se expresa acabadamente en la ley Bases y en el RIGI, involucra lisa y llanamente la consolidación del status neocolonial de nuestro país (estatuto del coloniaje, lo llamó Cristina) [2].

El estilo tecnológico del proyecto anarco-neocolonial es el de un enclave extractivo: la primarización de la producción argentina, la apropiación de la rentas agrícola, petrolera (con una YPF privatizada ya sea de derecho o de hecho) y minera por las multinacionales de cada sector [3]. De esta forma se centraliza la producción nacional en las grandes multinacionales con sus centros de desarrollo tecnológico en el exterior y sus cadenas de proveedores también mayoritariamente en el exterior.

Las divisas producto de las exportaciones, hacia las que se focaliza el enclave extractivo, no tendrán la obligación de ser liquidadas en el país con lo que además de perjudicar a las pymes y al sistema nacional de ciencia y tecnología (SNCyT) que quedará aislado del sistema productivo, no habrá entrada de divisas.

El RIGI en petróleo y gas

En el campo del petróleo y el gas, en Vaca Muerta, el objetivo del enclave extractivo es que las multinacionales se apropien de la renta exportando libremente petróleo crudo y gas natural licuado (GNL); para esto:

  • los equipos utilizados en la explotación de los yacimientos podrán ser importados (salvo las cañerías que fabrica localmente TENARIS, miembro destacado de las multinacionales que apoyan a Milei). Con el RIGI las petroleras o compañías de servicio podrán importar equipos usados que hayan sido dados de baja en los yacimientos del Permian (Estados Unidos). Esto suprime oportunidades para industrias nacionales, contrariamente a lo que era la política de YPF hasta hace solamente cinco meses;
  • los insumos químicos que se utilizan durante el proceso de fractura o procesos posteriores de tratamiento del crudo podrán ser importados, suprimiendo oportunidades para pymes nacionales;
  • los equipos para la compresión del GNL serán aportados como inversión por empresas multinacionales y también podrán ser equipos usados.

En definitiva, para la industria del petróleo y gas los encadenamientos productivos que deberían dar trabajo a empresas pyme nacionales serán minimizados y los desarrollos tecnológicos de las empresas multinacionales se harán en sus casas matrices con la participación de universidades y centros de investigación del hemisferio norte.

El RIGI en el litio

En el tema litio, mineral de alta demanda y en permanente crecimiento impulsado por el avance de la transición energética, el carbonato de litio continuará siendo exportado sin ser industrializado en el país.

¿Hay alguna barrera tecnológica que impida industrializar el litio en el país?

Las plantas de baterías de litio que a escala industrial y con el apoyo del entonces MinCyT han construido en La Plata Y-TEC en conjunto con la UNLP más la planta de material catódico que ha construido Y-TEC en Berisso demuestran que la barrera tecnológica no resultó infranqueable para nuestro SNCyT.

Es importante resaltar que en Chile las empresas que hacen la minería del litio están obligadas por ley a destinar un 30% de su producción al mercado interno, obviamente, si hubiese demanda; pero en nuestro país esa obligación no existe y el problema más grave que debió enfrentar Y-TEC para materializar los desarrollos arriba comentados fue precisamente lograr la provisión nacional de una mínima cantidad de carbonato de litio con pureza “grado batería”, ya que las empresas extranjeras que explotan los salares argentinos se niegan a comercializar el material en el mercado interno, aun en las bajísimas cantidades requeridas; finalmente la venta a Y-TEC se realizó con carácter de excepcional para no sentar precedentes.

Otro tema que debe ser abordado en forma urgente es el modelado de la hidrogeología de los salares argentinos de forma de poder establecer científicamente, para cada salar que sea explotado, un caudal de bombeo máximo admisible para evitar formar depresiones en la salmuera que succionen la muy poca agua dulce que hay en la periferia transformándola en agua salada, con el consiguiente daño irreparable para las comunidades que habitan en esas zonas y necesitan agua dulce para su ingesta y para mantener una actividad agraria de subsistencia.

Nuevamente el ejemplo es Chile. Para el salar de Atacama se ha desarrollado ya hace algunos años el imprescindible modelo hidro-geológico, desarrollo que estuvo a cargo del Estado chileno, que obliga a las empresas mineras a respetar las recomendaciones del modelo.

El RIGI en el hidrógeno verde

El hidrógeno verde, es decir, el producido sin emisión de gases de efecto invernadero constituirá a mediano plazo un valioso producto de exportación hacia países europeos y hacia Japón. La Argentina, con los vientos patagónicos y la radiación solar del NOA, como fuentes de energías renovables, puede ser un poderoso productor de hidrógeno verde.

Pero la exportación de hidrógeno verde no debería constituir un nuevo enclave extractivo en el que nosotros ponemos los recursos naturales (algunos renovables y otros no renovables como el agua) y una multinacional (por ejemplo, la australiana Fortescue) sería quien provea los equipos de elaborada tecnología como los electrolizadores de alta potencia, las plantas de producción de electricidad utilizando energías renovables, las plantas de compresión y los medios de transporte del hidrógeno; seamos claros, la inversión de 7.000 millones de dólares que ofrecía Fortescue era una inversión en Australia para fabricar el equipamiento y traerlo a nuestro país.

Los proyectos de las multinacionales, como el proyecto de Fortescue, no impulsarán la industrialización y la creación de puestos de trabajo de calidad, sino que impulsarán las ganancias de esas empresas y el RIGI garantizará la estabilidad del esquema por 30 años, sin siquiera la obligatoriedad de liquidar las divisas provenientes de la exportación en el país.

El RIGI en las armadurías manufactureras

En las industrias automotriz, electrónica, de consumo, de electrodomésticos, etc., nuevamente el modelo es la falta de encadenamientos locales con lo que, en lugar de industrializar, se instalan armadurías.

Sacando al Estado de su rol productivo o al menos regulatorio, el RIGI profundizará esa falta de encadenamientos productivos.

El RIGI y las pymes

La falta de encadenamientos productivos, que ya hoy constituye una traba para el desarrollo nacional se verá agudizada con el desarrollo del proyecto anarco-neocolonial [4] [5].

Teniendo en cuenta que las pequeñas y medianas empresas, a junio de 2023, representaban el 99,4% del total de empresas del país y empleaban el 64% de los asalariados registrados, el problema reviste tal gravedad que incluso la UIA, que no es precisamente un organismo representativo de las pymes, lo denunció.

Según el INDEC, en marzo, el IPI (Índice de Producción Industrial) tuvo una caída interanual del 21.2% y una caída respecto del mes anterior del 6.3%; anualizando esta última cifra llegaríamos a que, de acá a un año, la caída interanual sería del 46%.

Otro dato a considerar es que mientras en febrero del 2023 la utilización de la capacidad industrial instalada fue del 65%, en febrero de este año fue del 57.2%.

Siguiendo con los datos del INDEC, la industria de la construcción, que es de alto factor de multiplicación y una gran empleadora de mano de obra, según el ISAC (Índice Sintético de Actividad de la Construcción), sufrió una caída del 42.2%

Todos los arriba comentados son síntomas de una recesión feroz que está provocando la política anarco-neocolonial y que le pega en forma directa a las pymes; las pocas que sobrevivan serán subordinadas a las empresas multinacionales.

El RIGI, las universidades nacionales y el SNCyT

Si la Argentina, en algún posible futuro gobierno, intentase evolucionar desde el sistema neocolonial a un sistema capitalista independiente, debería incrementar los encadenamientos en su sistema productivo, recurriendo al desarrollo tecnológico local.

Es estratégico para Milei y sus mandantes cortar esa posibilidad: la desfinanciación de las universidades nacionales y la destrucción del sistema nacional de ciencia y tecnología son objetivos prioritarios, no solamente para contribuir al ajuste, sino para asegurar la irreversibilidad del proyecto anarco-neoliberal.

 
[1] Von Clausewitz, De la Guerra, 1832.
[2] Dvorkin, ¿Qué ciencia quiere el país? Los estilos tecnológicos y los proyectos nacionales, Buenos Aires: Colihue, 2017.
[3] Varsavsky, Estilos tecnológicos. Propuestas para la selección de tecnologías bajo racionalidad socialista, Buenos Aires, 1974, Reimpreso por MinCyT y Biblioteca Nacional en 2013.
[4] Abeles y Amar, “La industria manufacturera argentina en la encrucijada”, en Manufactura y Cambio Estructural - Apuntes para pensar la política industrial en la Argentina, CEPAL, 2017.
[5] CEPAL, Boletín Vol. 2 No. 1, 2023.

Por Eduardo Dvorkin / El Cohete

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