La robotización de las fábricas

Actualidad13 de abril de 2024
Robots-working

La nómina de factorías que se apuntan a evaluar las posibilidades de la intersección entre la robótica y la inteligencia artificial generativa crece: a los ensayos cada vez más sofisticados de Tesla con su robot Optimus, el de BMW con Figure sobre el que escribí hace algunas semanas, o el de Apptronik con Mercedes-Benz, se une ahora el gigantesco fabricante canadiense de componentes y piezas para la automoción Magna, que comenzará a evaluar el funcionamiento de los robots humanoides de Sanctuary AI en su planta de Austria.

La compañía llevará a cabo una evaluación multidisciplinaria para mejorar el coste y la escalabilidad de los robots aplicados a su cartera de productos automotrices y a sus capacidades de ingeniería y fabricación, aunque como ocurre en el resto de casos en la industria, han preferido no desvelar el número de robots que participarán en esa prueba.

Estamos en un momento interesantísimo para el futuro de la economía: la aplicación de la inteligencia artificial generativa a la robótica ha hecho que los robots se conviertan en muy eficientes a la hora de aprender por imitación, simplemente observando acciones humanas. El desarrollo y perfeccionamiento de esa capacidad puede ser aplicado a prácticamente cualquier tarea física, sean las acciones de los operarios en una fábrica o las tareas domésticas en un hogar, un entorno en el que sin duda veremos muchas novedades.

De cara a la productividad, la posibilidad de entrenar a robots, capaces de trabajar sin descanso más allá de las necesidades de recarga de sus baterías (que podrían ser además intercambiables), para llevar a cabo prácticamente cualquier tipo de trabajo físico supone una nueva frontera para el diseño de procesos industriales, pero también para la totalidad de la economía. Durante décadas, muchos economistas negaron la idea de que los avances de la tecnología estuviesen reflejándose en una mayor productividad. La llamada «paradoja de la productividad» se convirtió en un azote de los directores de tecnología, que veían cuestionada la propia naturaleza de su trabajo. ¿Qué va a pasar cuando la inversión en robótica permita obtener fábricas en las que la masa salarial disminuye de manera radical, al tiempo que se multiplican las horas productivas y disminuye el número de errores e imprecisiones?

Adobe está ofreciendo comprar vídeos que ilustren todo tipo de acciones cotidianas a tres dólares por minuto, con el fin de construir un modelo generativo de vídeo capaz de competir con el Sora de OpenAI. ¿Veremos a las compañías grabar a sus empleados llevando a cabo todo tipo de tareas para poder entrenar a sus robots? ¿Qué ocurre cuando a un trabajador le piden que lleve a cabo una tarea determinada, con el fin de entrenar la tecnología con la que probablemente va a ser sustituido? ¿Qué posibilidades tienen las sociedades humanas de adaptarse a un futuro en el que la práctica totalidad de los trabajos físicos que llevan a cabo las personas pueden ser desarrollados de forma ventajosa mediante robots? ¿O simplemente no va a ocurrir?

Nota:www.enriquedans.com/

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