La caída del salario real marcará el ritmo de la conflictividad laboral

Actualidad - Nacional 25 de enero de 2024
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El primer paro opositor llegó a menos de que se cumplan dos meses de la asunción del presidente Javier Milei. Las reformas en torno a las obras sociales y el régimen laboral y la vuelta atrás con la quita del mínimo no imponible de Ganancias a trabajadores conspiraron en favor de la celeridad de los sindicatos. Pero además eso se dio en el contexto de la que fue una caída de 10% de lo sueldos en diciembre. Un informe de PxQ indagó en el asunto y concluyó que, más allá de los alineamientos políticos, desde 1983 hasta hoy hubo correlatividad entre las caídas del salario y los paros.

La extraordinaria aceleración inflacionaria dejó picos históricos desde 1991 para el IPC y la erosión del salario fue elevada en diciembre, que llegó a una inflación de 25,5%. La mayor incertidumbre actual es si comenzará una lenta desaceleración o no. Por un lado, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que realiza el BCRA entre consultoras y bancos de la city proyectó un escenario optimista, con un enero en niveles similares pero un febrero ya recortando a 18,2%, marzo en 15% y abril en un 12% ya similar a los niveles de noviembre.

Otras visiones apuntan a que la necesidad de volver a devaluar entre marzo y abril y los aumentos de tarifas hacen difícil que ese escenario se cumpla y, por ende, complica la posibilidad de que los salarios no salgan perdiendo, luego de una contracción de alrededor del 10% en el poder adquisitivo durante diciembre. 

Desde Ecolatina señalaron: “Dada la inflación esperada, para que el poder adquisitivo no se erosione en los próximos meses los salarios deberán correr al mismo ritmo. Si bien las ya aceitadas paritarias jugarán su papel en los próximos meses, morigerando el deterioro del poder adquisitivo, salir empatados de este proceso parece difícil: solamente el salto de la inflación en diciembre dejará perdidas del orden del 10% en términos reales”. En ese mismo sentido, el investigador de Fundus, Hernán Herrera, estimó en 14,9% la baja del salario mínimo solo en diciembre.

Un informe de PxQ mostró a través de un gráfico (ver ilustración) que, más allá de los alineamientos políticos que podrían influir en la decisión de los sindicatos de hacerle o no paro a un presidente, históricamente hubo correlación entre la caída de los sueldos en términos reales y la cantidad de paros. También entre la suba del desempleo y la cantidad de paros.

El informe señaló: “Para ver los 2 casos extremos, el gobierno de Alfonsín, afectado por la hiperinflación tuvo la peor performance en cuanto a poder adquisitivo desde la vuelta de la democracia (el salario real cayó 28% durante su presidencia) y fue el presidente que más paros generales enfrentó (un total de 13). Al contrario, el mayor crecimiento del salario real tuvo lugar durante la presidencia de Néstor Kirchner (creció 60%) y esto generó solo una huelga general”. 

Y agregó: “El poder adquisitivo con el que comienza LLA es bajo en términos históricos, razón por la cual es esperable que la conflictividad laboral sea elevada. Aún más, si se toma en cuente que el presidente Milei comenzó con un decreto que tiene por objetivo flexibilizar el mercado de trabajo y desregulador las obras sociales sindicales, que la inflación del primer mes fue de 25,5% y que la Ley Bases busca reestablecer el impuesto a las ganancias para los trabajadores en relación de dependencia, es claro que el desafío de que el movimiento obrero no se transforme en el principal actor político de la oposición es mayúsculo”. 

La consultora dirigida por Emmanuel Álvarez Agis remarcó que el gráfico deja entrever casos de anomalías en las que los sindicatos fueron más y menos racionales (entendiendo por racional parar cuando el salario cae tal como marca el patrón graficado) y tolerantes. En ese sentido, durante la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner se observaron más paros que lo que la baja del salario indicaba, “principalmente explicado por el reclamo para la eliminación/reducción del impuesto a las ganancias, hecho de particular relevancia en la coyuntura actual, en la que la LLA intenta volver a implementar el impuesto a los ingresos ”.  

También el Gobierno de Mauricio Macri mostró una anomalía, con menos paros que lo que su caída del salario permitiría prever. “Las razones detrás de esta tolerancia pueden obedecer a la fragmentación del movimiento obrero y los acuerdos políticos de Macri logró con algunos líderes sindicales, sobre todo en el tramo inicial de su presidencia”, sostuvo el informe.  

Finalmente, durante la presidencia de Alberto Fernández también se observaron menos paros que lo esperable “y las razones podrían encontrarse en el sostenimiento del empleo durante el año y medio de pandemia y un aumento de los recursos económicos manejados por las obras sociales sindicales”.

Por Mariano Cuparo Ortíz/ BaeNegocios

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