Un mundo que se rearma

Actualidad - Internacional 22 de enero de 2024
Armas-Mapa-Gastos-militates-curvas

Ucrania, Gaza, los Balcanes, el Mar Rojo, el Pacífico… el rugido de las armas está en boga. El Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) señala que el gasto militar mundial, en alza en 2022 por octavo año consecutivo, nunca había sido tan significativo en los últimos treinta años y el fin de la Guerra Fría: 2,055 billones de euros, es decir el 2,2% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. El general Pierre Schill, jefe del Estado Mayor del Ejército francés, alerta sobre “el estruendoso regreso de las grandes guerras, que nuevamente se han convertido en el modo preferido para resolver disputas” (1) y “que ponen en marcha un desencadenamiento de violencia paroxístico, en donde los cerrojos morales y jurídicos se hacen añicos bajo los violentos golpes de la barbarie desenfrenada, cuando los creíamos relegados a los libros de historia”.

Las riendas se soltaron en 2014 con la anexión por parte de Rusia de las dos regiones ucranianas de Crimea y el Donbás. Los Estados se rearman, las bases industriales de defensa aumentaron el ritmo de producción y compiten por las ventas de exportación. Rusia, tras haberse retirado de varios tratados sobre armamento, aumenta en un 70% las partidas militares en su presupuesto de 2024, recuperando los niveles de los años 1980-1990: “Todo para el frente, todo para la victoria”, proclamó Anton Siluanov, ministro de Finanzas ruso, al presentar su presupuesto. Los 10,8 billones de rublos anunciados (109.000 millones de euros), es decir el 6% del PIB de la Federación, servirán principalmente para relanzar las cadenas de producción acelerada de obuses, tanques y drones, así como para pagarles a los soldados movilizados y para indemnizar a las familias de los fallecidos en el frente. Según una estimación, el Ejército ruso habría lanzado en 2023 más de dos millones de obuses, es decir el doble del año anterior. El sitio Oryx evalúa en 10.000 el número de equipos terrestres rusos dañados o destruidos en Ucrania. 

Los proveedores rusos, habitualmente en segundo lugar en ventas de armas, detrás del indiscutible campeón estadounidense, representan un quinto del armamento adquirido en el mundo, principalmente en Asia, Medio Oriente y África. Abocados al apoyo a la ofensiva en Ucrania, que ocasionó pérdidas sin precedentes desde la última guerra mundial, no les ha ido bien en materia de exportaciones desde 2022. Además, las sanciones occidentales, principalmente estadounidenses, impidieron que Moscú concluyera importantes acuerdos con Filipinas (helicópteros Mil Mi-17), Indonesia (cazas-bombarderos Su-35) y Kuwait (tanques T-90).

Armas-Grafico-fabricantes-curvas 

El “efecto Ucrania”

Rusia tampoco puede esperar beneficiarse con los encargos de los ex miembros del Pacto de Varsovia o de los países bálticos, actualmente miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN): no obstante, los gastos militares de Lituania entre 2014 y 2022 aumentaron en 270%, los de Letonia en 173%, y los presupuestos de Defensa de Finlandia, Hungría, Rumania, la República Checa o Eslovaquia se dispararon, al igual que el de Polonia. Este país dedica hoy en día el 4% de su PIB a la defensa y quiere duplicar los efectivos de su Ejército; se abastece, entre otras cosas, de tanques Abrams, de lanzacohetes Himars y de helicópteros Apache de compañías estadounidenses y compra tanques y obuses a Corea del Sur, convirtiéndose de repente en uno de los pesos pesados de la OTAN, particularmente junto a Alemania. Esta última aún no adjudicó los 100.000 millones de euros atribuidos en 2022 al Fondo Especial para la Modernización de la Bundeswehr (2), pero –poco sensible al argumento de la “preferencia europea”– no esconde su atracción por los sistemas antimisiles estadounidenses-israelíes, y acaba de encargar cazas F-35 a la estadounidense Lockheed Martin, la mayor fabricante de armas del planeta.

Los reveses rusos le permiten a Francia mantener provisoriamente el segundo lugar en la clasificación mundial de vendedores de armas, con un monto total de exportaciones de 27.000 millones de euros en 2022. Un récord histórico que se alcanzó principalmente gracias al “contrato del siglo” conseguido por Dassault en los Emiratos Árabes Unidos: durante mucho tiempo considerado como invendible, el Rafale se convirtió en un activo importante en el abanico de exportaciones francés. Además de los habituales fabricantes europeos de armamento como el Reino Unido, Alemania, Italia y España, se posicionan nuevos actores. En particular Corea del Sur, ya en el “top 10” de los países abastecedores, aspira a convertirse en uno de los mayores exportadores del mundo. El país de la mañana en calma apunta abiertamente al cuarto lugar de los países exportadores, detrás de Francia y Rusia, aprovechando al máximo el “efecto Ucrania” (3). 

Por su parte, a pesar de sentirse incómodo con la cuestión del rearme, Japón teme que “lo que sucede en Ucrania pueda suceder en Asia del Noreste”, según la fórmula del primer ministro Fumio Kishida. Tokio teme un aumento de las tensiones entre China y Estados Unidos –del que es un aliado cercano desde la rendición de 1945–. Decidió “dar vuelta la página del pacifismo” (4) y su nueva estrategia de seguridad nacional señala el “desafío sin precedentes” que constituyen las ambiciones regionales de China. Su presupuesto militar –actualmente de 49.300 millones de dólares, pero limitado al 1% del PIB del país– debería alcanzar el 2% en 2027 y convertir al archipiélago a la vez en un actor regional de peso y en un nuevo cliente para los vendedores de armas. Washington ya le prometió misiles de largo alcance Tomahawk –un privilegio reservado hasta ahora únicamente al Reino Unido y a Australia–.

En Europa del Este, varios países –entre ellos Polonia– se despojaron de una parte de sus antiguos equipamientos, a menudo de procedencia soviética, en beneficio del Ejército ucraniano: es el caso de la República Eslovaca, cuya industria del armamento hibernaba, a falta de clientes, desde fines de la Guerra Fría, pero que –con el estímulo de la guerra entre Kiev y Moscú– actualmente produce obuses sobre vehículos blindados destinados a la modernización de su propio Ejército, así como a las fuerzas ucranianas. Un equipamiento presentado in situ como menos caro y más moderno que su equivalente francés, el César (5).

Por su parte, Francia ya destinó, en 2023, 2.000 millones de euros a la compra de municiones, en parte para reconstituir sus propios stocks, tras extracciones en favor del Ejército ucraniano. Su presupuesto de Defensa para 2024 –47.200 millones de euros– aumentó un 7,5% respecto del año anterior. En total, según un informe de la Asamblea Nacional, Francia figura –junto a Alemania y el Reino Unido– entre los primeros países que contribuyeron a “darle a Ucrania los medios para aguantar la presión frente al Ejército ruso” (6), con una ayuda total estimada en 3.200 millones de euros, que comprende cesiones de cañones y tanques blindados, obuses y misiles, así como partidas de formación. Sin olvidar la amplia contribución francesa al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (FEAP), un fondo extra-presupuestario creado por la Unión Europea, que sirve sobre todo a financiar material de guerra para Kiev. Invocando siempre, tanto en el caso de Francia como de las demás naciones implicadas, la habitual cantinela: “Proveer armas a un país agredido, en estado de legítima defensa, no es ser cobeligerante”. Y el deseo de que los industriales nacionales del armamento –en este caso los franceses– puedan aprovechar estas nuevas oportunidades (7).

Principios soslayados

La producción y el comercio de armas son un área en la que la ética y la moral pasan a un segundo plano. En junio pasado, por ejemplo, Washington decidió entregarle a Ucrania bombas de racimo –“una decisión muy difícil”, aseguró el presidente Joe Biden, aunque se tratara, según él, de “lo correcto”–. 

Ciento veinte países –aunque no Estados Unidos, Rusia o Ucrania– renunciaron a estos explosivos que matan a ciegas, provocando con el tiempo numerosas víctimas civiles. Otro ejemplo: el “blanqueo” político de Viktor Bout, traficante de armas de origen ruso, conocido en el mundo entero al punto de haber inspirado la película Lord of War (2005). Encarcelado durante quince años en Estados Unidos, Bout fue intercambiado en diciembre de 2022 por una jugadora de básquetbol estadounidense acusada de uso de drogas por las autoridades rusas y fue imprevistamente designado en septiembre pasado diputado “de oposición” en el Parlamento de Uliánovsk, una recóndita región de Rusia.

Otro caso de infracción a los grandes principios: el descubrimiento, en junio pasado, por parte del Instituto KSE de Kiev, en asociación con el grupo de trabajo internacional Yermak-McFaul sobre las sanciones, de un intensivo uso de componentes electrónicos fabricados en Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Países Bajos, Japón, Israel y China en una gran parte del armamento ruso, incluidos los misiles balísticos y de crucero. Un material sensible normalmente sometido a las sanciones, pero adquirido ilegalmente con la complicidad de negociantes chinos.

El gasto militar mundial nunca había sido tan significativo en los últimos treinta años y el fin de la Guerra Fría.

El comercio de armas a veces es asunto de actores inesperados. En Ucrania, la organización no gubernamental “Regresa vivo” es sin lugar a duda la única en el mundo que puede entregar drones, lanzacohetes u otras armas pesadas a soldados, gracias a la recaudación de fondos y a un permiso oficial. Otras organizaciones ucranianas proveen tabletas de guiado de artillería, protecciones individuales… y cualquier cosa que mejore el equipamiento común del combatiente (8).

El mercado mundial de las armas, exaltado por las guerras presentes, también se enriquece con nuevos materiales: además de drones de todo tipo, actualmente indispensables a la panoplia de los ejércitos, se generaliza el recurso a los satélites para uso militar. Y los estadounidenses tienen una ventaja considerable en lo que respecta a la gran altitud. Citemos también las herramientas de exploración de los fondos marinos, en una perspectiva de control (por ejemplo, de los cables submarinos) o de una exploración futura (de los nódulos polimetálicos) (9) así como las armas hipersónicas, un terreno de competencia entre estadounidenses y rusos, por las que cada vez más ejércitos deberán interesarse seriamente. Otros ejemplos, los equipamientos de ciber-protección y ciber-ataque, los instrumentos de lucha informática y de amenaza o defensa de las redes de comunicación; sin hablar de lo que atañe a la concepción de las futuras versiones de tanques, aviones de caza, buques de combate, en el horizonte 2035-2045. Investigaciones a las que se ha dedicado la industria del armamento de los países más avanzados en la materia.

Armas-Grafico-compras-ventas-curvas 

1. “Le retour des guerres majeures”, B2 Le quotidien de l’Europe géopolitique, Bruselas, 13-10-23, www.bruxelles2.eu
2. Thomas Schnee, “Comment l’austérité a vaincu la Bundeswehr”, Le Monde diplomatique, París, noviembre de 2023.
3. Yann Rousseau, “La Corée du Sud, nouveau géant de la défense mondiale”, Les Échos, París, 24-7-23.
4. Jordan Pouille, “Tokio da vuelta la página del pacifismo”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Buenos Aires, marzo de 2023.
5. Anne Dastakian, “En temps de guerre, l’armement prospère”, Marianne, París, 28-9-23.
6. Documento informativo sobre el balance del apoyo militar a Ucrania, presentado por Lionel Royer-Perreault y Christophe Naegelen ante la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional, 8-11-23.
7. Ariane Lavrilleux, “L’État français, VRP de l’industrie de l’armement”, Le Monde diplomatique, París, noviembre de 2023.
8. Hélène Richard, “Ucrania, una sociedad dividida por la guerra”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, noviembre de 2023.
9. Didier Ortolland, “Geopolítica de los abismos”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, diciembre de 2023.

Por Philippe Leymarie * Periodista / El Diplo

Te puede interesar

Ultimas noticias

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email

                  02_AFARTE_Banner-300x250

--

                

Te puede interesar