La vuelta de los dirigibles: un desafío para la ingeniería, pero con mucho potencial

Actualidad 01 de enero de 2024
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Llevo algún tiempo monitorizando el desarrollo de LTA Research, una compañía financiada por Sergey Brin dedicada al desarrollo de los llamador airships o dirigibles, aerostatos autopropulsados y con capacidad de maniobra para ser manejados como una aeronave.

Obviamente, hablar de los dirigibles como una innovación parece un poco absurdo: este tipo de aeronaves tuvieron su edad de oro a principios del siglo pasado, pero la imagen del Hindenburg cayendo envuelto en llamas en tan solo 32 segundos y los treinta y cinco muertos resultantes del accidente el 6 de mayo de 1937 parece suficiente como para hacer que cualquiera se piense las cosas dos veces antes de volver a reimaginar esa tecnología como algo de uso habitual, más allá de como simples soportes publicitarios.

Sin embargo, la tecnología ha avanzado mucho en ese tiempo, y ahora, la posibilidad de diseñar y construir un aparato de este tipo capaz de servir como primera ayuda en casos de desastres o de funcionar como alternativa logística limpia al transporte de mercancías – mucho más rápido y barato que un barco portacontenedores, por ejemplo – está haciendo que se vuelvan a ver iniciativas en este sentido. LTA Research, de hecho, ha pasado los últimos dos años construyendo un dirigible enorme que ya tiene licencia de vuelo, está llevando a cabo sus vuelos de evaluación, y que pretende plantearse como una revolución para el mundo de la aviación. Otras compañías, como Flying Whales, BASI, Sceye, Hybrid Air Vehicles o Straightline Aviation exploran este ámbito desde múltiples puntos de vista y con aproximaciones muy diversas.

La cuestión es perfecta, en términos de desafío, para el desarrollo de una industria interesante: elementos de ingeniería de materiales, de diseño, y de desarrollo de mercado empezando por cuestiones como la ayuda humanitaria o transportes especiales como los necesarios para las palas de los aerogeneradores, en las que los costes toman un segundo plano, pero con posibilidades de alcanzar un mercado con potencial de revolucionar el transporte de mercancías.

Si se empleasen dirigibles para transportar mercancías en lugar de los enormes buques altamente contaminantes que se utilizan hoy, los tiempos podrían pasar de ser una media de una semana en lugar de un mes, y el coste podría llegar a ser varias veces más barato, completamente limpio en términos de emisiones, con menor necesidad de infraestructuras en tierra y con capacidad de alcanzar directamente muchos destinos, incluso algunos con acceso complicado. Si una única compañía de este tipo fuese capaz de desplazar la mitad de las mercancías que hoy se transportan mediante barcos con un coste mucho más bajo, podría llegar a facturar 650,000 millones de dólares anuales.

Obviamente, las cosas no son tan sencillas, pero la posibilidad, al menos teórica, existe, y lo que pretenden algunas de estas compañías es, por el momento, comenzar a operar en mercados de alto margen o escasa sensibilidad al precio, para ir desarrollando y poniendo a punto la tecnología y aplicarla después de manera más generalizada. Este vídeo, largo pero muy interesante, entra un poco más en detalle en el tema:

Sin duda, un tema interesante, no exento de complejidad y de desafíos, pero también con un potencial enorme y capaz de solucionar muchos de los problemas vinculados con medios como el transporte marítimo o aéreo. Y por ello, muy digno de ser explorado.

Nota:https://www.enriquedans.com/

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