La cultura, el camino al éxito de las organizaciones

Recursos Humanos 27 de abril de 2023
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Vivimos tiempos en los que lo único constante es el cambio, y continuamente vemos cómo las organizaciones se ajustan para adaptarse rápidamente y mantenerse competitivas. Estos cambios pueden tener diferentes orígenes, por ejemplo, cambios en el entorno, la competencia, tendencias de mercados, cambios internos, una fusión o adquisición, etc.

Estas situaciones requieren de un inminente cambio organizacional y, con ello, será necesario realizar ajustes en la estructura, procesos, tecnologías, políticas o estrategias; con el objetivo de mejorar el desempeño de todo el equipo. Sin lugar a dudas, para que estos cambios sean efectivos y sostenibles debemos pensar en un cambio cultural.

Pero ¿qué es cultura organizacional? Según Edgar Schein, destacado teórico de la cultura organizacional, la cultura organizacional se refiere a los valores, creencias y supuestos compartidos que influyen en el comportamiento y la forma en que se hacen las cosas en una empresa”. Podríamos decir que refleja la personalidad de una organización y juega un papel fundamental en la forma en que los colaboradores perciben su trabajo, interactúan con los demás y se relacionan con los clientes y proveedores; y al estar tan interiorizada en la organización se desarrolla a través de un proceso de aprendizaje social, esto es, los nuevos miembros de una organización aprenden los valores y normas culturales a través de la socialización y la experiencia en el trabajo.

Según un estudio de la consultora Great Place to Work, las empresas con una cultura organizacional sólida tienen un 50% menos de rotación de personal y un 29% menos de absentismo laboral que las empresas que no priorizan la cultura. Además, estas empresas tienen un 24% más de productividad y un 21% más de rentabilidad.

Queda claro que contar con una cultura organizacional sólida es una herramienta poderosa para atraer y retener colaboradores talentosos. En la medida que las empresas se preocupan por valorar las contribuciones de sus empleados y los tratan de manera justa y equitativa, contarán con personas con deseos de permanecer en dicha empresa y de trabajar más arduamente para alcanzar los objetivos de la organización.

Esta es la clave por la que muchas empresas en España han tomado una mayor conciencia de la importancia de la cultura organizacional. Un estudio de Adecco revela que el porcentaje de empresas españolas que consideran importante contar con una cultura empresarial sana ha reflejado un incremento considerable, al pasar del 31% en 2016 al 72% en 2020.

Entonces, ¿cómo hacemos para contar con una cultura organizacional sólida? Lo primero que debemos entender es que es un proceso que requiere tiempo, esfuerzo y compromiso por parte de todos los miembros de la organización.

Una vez mentalizados de esto, deberíamos:

Definir la misión y los valores: Es importante que la organización tenga una misión clara y valores que guíen su comportamiento y decisiones. Estos deben ser creados entre los miembros de la organización.
Fomentar la comunicación abierta: Los empleados deben sentirse cómodos hablando con sus compañeros y líderes sobre cualquier tema que les preocupe. Se deben establecer canales de comunicación que permitan una comunicación abierta y efectiva. 
Reconocer el ajuste a los comportamientos de la cultura: Es recomendable reconocer a las personas que se comportan de manera consistente con los valores de la organización. 
Formar y desarrollar a los colaboradores: Debe ser una prioridad asegurar que las personas cuenten con las habilidades y conocimientos necesarios para desempeñar sus trabajos de manera efectiva.
Promover un ambiente de trabajo positivo: La organización debe fomentar un ambiente de trabajo positivo y saludable, donde los colaboradores se sientan respetados y valorados.
Ser consistente: La organización debe ser consistente en su comportamiento y decisiones para construir confianza y credibilidad.
Lograr construir una cultura sólida nos ayuda, pero también es importante que tengamos la capacidad de ajustarla para poder sobrellevar los cambios que se presenten a nivel interno o en el mercado.

Como hemos mencionado antes, el cambio cultural es imprescindible para lograr un cambio organizacional exitoso. Cuando hablamos de un cambio cultural hablamos de un proceso complejo y desafiante que implica revisar y realizar cambios en los valores, creencias, normas y comportamientos de los miembros de la organización, lo que afecta a la forma de pensar, trabajar y la forma de colaborar entre sí. Este cambio cultural es necesario para que los miembros de la organización acepten y adopten los nuevos procesos, sistemas y prácticas que se han implementado.

Y ¿cómo nos podemos asegurarnos de implementar un cambio cultural exitoso? Es importante tener en cuenta que trabajar en el cambio de cultura es un proceso complejo y desafiante. Sin embargo, lo principal es asegurar que el equipo entienda la necesidad del cambio, el rol que juegan en este cambio y que vean en los líderes a los principales embajadores. En resumen, liderar el cambio de cultura en una empresa requiere un enfoque colaborativo que involucra a varios actores clave, incluyendo a los líderes, el equipo de recursos humanos y los empleados.

La experiencia del empleado y la cultura empresarial
Factores como la competencia por el talento y foco en la productividad han hecho que la importancia de la experiencia del empleado aumente al ser un factor clave para atraer, retener el talento y crear una cultura empresarial positiva y sólida. Algo que se viene viendo desde hace años: Randstad desveló ya en el 2020 que el 91% de las empresas españolas consideran importante la experiencia del empleado y están trabajando en mejorarla.

Y exactamente, ¿qué entendemos por experiencia del empleado? En Zinkgular lo consideramos como la percepción general que tienen los colaboradores sobre su trabajo y la organización para la que trabajan. Esta percepción se forma tomando en cuenta muchos factores, como son el liderazgo, las oportunidades de desarrollo y crecimiento, el ambiente de trabajo, la compensación, los beneficios, la comunicación y el trabajo en equipo.

Por lo dicho hasta el momento, es evidente que hay una estrecha relación entre la experiencia del empleado y la cultura organizacional. De esta manera, si la cultura organizacional de una empresa promueve una cultura de trabajo saludable y positiva, es probable que las personas tengan una experiencia laboral más satisfactoria, de la misma manera que si los empleados tienen una experiencia positiva en la organización, pueden ser más propensos a contribuir de manera positiva a la cultura organizacional.

En resumen, el cambio hacia una cultura centrada en el colaborador es un paso importante hacia el éxito empresarial a largo plazo. Las empresas que priorizan el bienestar y la satisfacción de sus empleados están mejor posicionadas para retener y atraer talentos, aumentar la productividad y mejorar su reputación. Al prestar atención a aspectos clave de la experiencia del empleado, las empresas pueden construir una cultura que fomente la felicidad y el éxito tanto de los empleados como de la organización en general.

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