¿Es conveniente eliminar hoy la repitencia en la secundaria?

Actualidad - Nacional 18 de febrero de 2023
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El debate acerca de si es positivo o no eliminar la repitencia nos lleva a la pregunta del millón: ¿a qué van los chicos a la escuela?: ¿a aprender o a aprobar?

Los estudios afirman que la repetición no mejora los aprendizajes. Sin embargo, ¿es prudente eliminar la repitencia en este momento? NO. Claramente, no.

¿Por qué no es beneficiosa la repitencia?

  • Porque si un alumno no logró los objetivos en un año, salvo que cambiamos la matriz didáctica, no lo va a aprender por más que lo haga de vuelta.
  • Es sabido que la repitencia genera más abandono escolar.
  • Los alumnos desarrollan trastornos socioemocionales: la repitencia genera inseguridad, lo separa de su grupo de pertenencia, le hace sentir que él es el culpable, cuando en realidad, la responsabilidad es compartida.
  • Se le exige cursar al alumno materias que ya había aprobado.
  • Existen, además, estudios que dicen que a aquellos alumnos que repitieron les va peor en las pruebas estandarizadas, como las Aprender, que a aquellos que no repitieron.
    Y la lista sigue… 

Sin embargo, eliminar hoy la repitencia podría enviar un mensaje equivocado: que no es necesario esforzarse para avanzar en la vida. Terrible mensaje para una población escolar que necesita volver a los valores y comprender el valor del esfuerzo y la perseverancia. Por otro lado, está el alumno que se esfuerza: ¿qué mensaje le damos si igual avanzan todos? Y no nos olvidemos del docente: ¿qué docente puede sostener su entusiasmo cuando delante de sus ojos ve que su trabajo no cuenta, porque igual, pasan todos de año? Alumnos y docentes desmotivados: la mejor combinación para un fracaso contundente de la educación.

¿Entonces qué hacemos?

El foco debe estar siempre puesto en la calidad educativa.

Podríamos pensar en eliminar la repitencia cuando estén garantizadas las condiciones para que los alumnos aprendan. Es decir, trabajar una nueva matriz en donde el alumno vaya a la escuela a aprender, no simplemente a aprobar. Para eso necesitamos que exista un equipo interdisciplinario trabajando con los alumnos: identificando a quienes tienen dificultades, trabajando con trayectorias académicas personalizadas, y acompañándolos a lograr los objetivos.

Necesitamos que el sistema educativo ponga el foco en APRENDER, no en APROBAR. Sino, seguimos teniendo una especie de línea de producción que va sacando egresados uno detrás del otro, en donde todos aprueban independientemente de haber aprendido o no, y entonces la escuela se convierte en una GRAN MENTIRA. A través de la graduación y el diploma, les decimos a los alumnos: “¡FELICITACIONES, lo lograste!”, y en realidad no lograron nada.

Esto los deja solos frente a un mundo para el cual no están preparados y más que haberlos protegido, los habremos dejado solos.

El haber avanzado sin haber consolidado los aprendizajes los posiciona frente al mundo de los estudios superiores en inferioridad de condiciones, porque claramente no están preparados, los deja afuera de los mejores puestos de trabajo, y les genera una gran inseguridad y frustración porque lo que les tendría que haber dado la escuela, no se los dio.

¿Queremos mejores resultados en las escuelas?

Tenemos que dejar de enseñar de manera homogénea a cursos tan heterogéneos, con alumnos tan diferentes unos de los otros. Debemos dejar de enseñar en serie y empezar a enseñar en serio.

Cada alumno es único. Debemos comprender que treinta chicos que aprenden de maneras diferentes, a ritmos diferentes y en tiempos diferentes, no pueden seguir recibiendo una educación tipo “talle único”. Debemos personalizar la educación. Hoy, tener a un docente parado delante del pizarrón, transmitiendo contenido a 30 alumnos, de la misma manera, ya no funciona. Funcionaba hace mucho tiempo atrás en un mundo que hoy ya no existe. Estos tiempos, con estos alumnos, demandan una nueva escuela.

Es momento de retomar los valores del esfuerzo y la perseverancia, de ofrecer una educación acorde a los tiempos que estamos viviendo y garantizarles a los chicos que, aun en momentos tan caóticos y versátiles como estos, van a contar con las herramientas necesarias para avanzar en la vida. 

La transformación de la educación es necesaria no solo para los alumnos, sino también para el país. En las aulas de las escuelas del país están sentados los próximos médicos, gobernadores, abogados, comerciantes…gente que tomará decisiones por todos nosotros. ¿Cómo se están preparando para su mejor vida si la escuela sigue enseñándoles a memorizar y no a pensar; si les enseñamos que todo da igual, esforzándose o no?

Si lo que se busca es más egresados y menor deserción escolar, sacar la repitencia ayuda a lograr los objetivos.

Ahora, si queremos alumnos mejor preparados, que puedan pararse empoderados frente a un mundo absolutamente impredecible, debemos enseñarles a aprender, a despertar su curiosidad, acompañarlos, estimularlos, brindarles herramientas esenciales para la vida, como aprender a manejar el enojo, la frustración, desarrollar la curiosidad, la resiliencia, etc, darles cierta autonomía para que puedan hacerse responsable de sus trayectorias académicas, y ayudarlos a soñar: la escuela es el medio, no el fin- es el medio que les va a permitir convertirse en su mejor versión.

Por Laura Lewin / Autora, capacitadora y formadora docente * Ámbito Financiero

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