Inventó las gomitas de oso, casi pierde todo y sus hijos lo convirtieron en un imperio

Historia 10 de febrero de 2023
1D4663E4-7BB8-4E85-B70F-BF25D50B66FA

Todos los días la alemana Haribo produce más de 160 millones de ositos de goma. Ellos no solo los elaboran, sino que fueron los creadores de esta golosina. Es uno de los grandes jugadores de la industria dulce y a más de 100 años de su nacimiento continúa en manos de la familia fundadora.

Hans Riegel aprendió el oficio de confitero en la compañía Kleutgen & Meier y rápidamente decidió independizarse. Primero se asoció a la firma Heinen y así conformó Heinen & Riegel, sin embargo al poco tiempo quiso marchar completamente en solitario. Compró una casa en Bonn, al oeste de Alemania, y en el primer piso instaló su primera fábrica.

La planta era bastante rústica. Solo contaba con una losa de mármol, una olla de cobre, un palo de amasar, un taburete y una estufa. Ahí Riegel elaboraba golosinas junto a su esposa, Gertrud. El emprendimiento se creó formalmente en diciembre de 1920 con el nombre Haribo, el acrónimo de "Hans Riegel Bonn".

EL OSO ORIGINAL
Su cocina tenía un producto estrella: las gomitas. Eran un dulce elaborado con jugo de fruta natural, azúcar y goma arábiga. Pero Riegel quería darles personalidad. Entonces en 1922 lanzó las primeras con forma de oso, las cuales bautizó Dancing Bear (Oso bailarín). Estas eran mucho más grandes que las gomitas de oso actuales y la figura era más delgada y con pies más largos.
Las ventas explotaron y la demanda era tal que Haribo tuvo que comprar un auto para poder repartir sus productos. Antes de eso, Gertrud se encargaba de hacer los envíos en su bicicleta. En 1925 lanzan los primeros dulces de regaliz. Al principio eran unas barritas y luego los reconvirtieron en ruedas. A su vez, el oso original sumó un primo: el oso negro de regaliz.

VOLVER A EMPEZAR
Para 1933 la compañía ya contaba con 400 empleados y una fábrica propiamente dicha. Pero la Segunda Guerra Mundial los hizo retroceder varios casilleros. La falta de materia prima y el conflicto bélico llevó a Haribo al borde de la desaparición. A esto se le sumó el fallecimiento de Riegel en 1945. Gertrud manejó la operación durante un año y en 1946 tomaron el mando sus hijos, Hans Jr. y Paul.

 No era solo un cambio generacional, sino que tuvieron que volver a empezar. Haribo reabrió sus puertas con solo 30 empleados. Paul se ocupó del área productiva, mientras que su hermano mayor asumió el control de la pata comercial. Juntos lograron recuperar la empresa familiar y para 1950 ya contaban con una plantilla de más de 1000 personas. Y entonces apareció su personaje estrella.

UN DULCE PARA CONQUISTAR EL MUNDO
El Osito de oro vio o Goldbear salió al mercado en los 60. Este fue la punta de lanza de su primera incursión publicitaria en televisión. "Haribo hace felices a los niños. Y a los adultos también", aseguraba el slogan. En 1967 la Oficina de Patentes de Alemania reconoció a este producto como marca registrada.

Haribo inició su expansión internacional a fines de esa década. Empezó por Francia y siguió por el resto de Europa. La marca recién llegó a los Estados Unidos en 1982 con una oficina de ventas en Baltimore, Maryland. Hoy, sus gomitas ganaron tanta popularidad en ese mercado que para 2023 espera tener su propia fábrica en Wisconsin con una inversión de más de u$s 242 millones.

Paul murió en 2009 a los 83 años. Su parte la heredó su hijo, Hans Guido Riegel, que actualmente se desempeña como director ejecutivo de la empresa. En tanto, Hans Jr. no tuvo hijos y continuó en la compañía hasta su muerte en 2013. A los ositos se le sumaron cerezas, botellitas, frutas, gusanitos y malvaviscos.

Nota:apertura.com

Te puede interesar