Amigos y colegas, ¡qué tema el de hoy! Esa instancia tan particular en la vida profesional donde uno se para en la puerta, listo para dar el siguiente paso. Hablamos de la salida de una empresa, un momento que, créanme, define mucho más de lo que parece. No es simplemente cerrar una puerta; es dejar una huella, es cimentar una reputación. Y como siempre digo, hasta en el adiós hay que ponerle estilo y estrategia.
He visto de todo en estas lides. Salidas estrepitosas que dejan tierra arrasada, y partidas elegantes que abren nuevas avenidas. La diferencia no está en el motivo de la salida, sino en cómo se gestiona. Es un arte, una danza sutil donde cada movimiento cuenta. Y para que no se me pierdan en el camino, les he preparado cinco claves que considero fundamentales para navegar este proceso con la prestancia que se merece.
1. Hablá con quien tenés que hablar primero
Esto es innegociable, damas y caballeros. Desde el primer instante en que la decisión de partir toma forma, la discreción debe ser su mejor aliada. Compartir la noticia antes de tiempo, especialmente con compañeros, puede generar un clima de incertidumbre y desestabilizar equipos. Hable primero con quien debe hablar: su superior directo o Recursos Humanos. Y cuando lo haga, que sea con la seriedad y el respeto que la situación amerita. Recuerden: la información es poder, y en este caso, la información mal utilizada puede ser una bomba.
2. Traspaso ordenado
Una salida sin planificación es como un barco a la deriva. ¿Cuánto tiempo necesita para organizar la transición? ¿Quién tomará sus responsabilidades? ¿Cómo documentará sus procesos y proyectos? No se trata de irse dejando un vacío, sino de asegurar una continuidad sin sobresaltos. Diseñe un plan de traspaso detallado. Ofrezca su apoyo para capacitar a quien lo reemplace. Demuestre que su compromiso va más allá de su fecha de egreso. Esto no solo habla bien de usted, sino que también le asegura una salida prolija y sin cabos sueltos.
3. Sin chismes no critique
Es tentador bajar la guardia cuando uno ya tiene un pie afuera. ¡Error garrafal! Mantenga su nivel de rendimiento, su ética de trabajo y su actitud positiva hasta el último día. No caiga en chismes, no critique, no se queje. Su legado no se construye solo con los años de servicio, sino también con el espíritu con el que se retira. Un profesional se mantiene profesional hasta el final, independientemente de las circunstancias. Su nombre es su marca, y esa marca debe brillar siempre.
4. Agradecimiento
Cuando llegue el momento de comunicar su partida al resto del equipo o a sus clientes, hágalo con claridad, gratitud y una perspectiva positiva. Evite justificaciones complicadas o culpas. Puede ser algo tan simple como: "Ha llegado el momento de emprender un nuevo desafío, y estoy muy agradecido por las oportunidades y el aprendizaje que esta empresa me ha brindado". Un mensaje sincero y bien formulado refuerza la buena relación y deja una puerta abierta para el futuro. Recuerden que el mundo es un pañuelo.
5. Red de Seguridad Laboral
Nunca se vayan sin haber cultivado sus relaciones. El final de una etapa no es el fin de los vínculos. Agradezca a sus colegas, a sus superiores, incluso a aquellos con quienes tuvo diferencias. Mantengan el contacto profesional. Uno nunca sabe cuándo volverá a cruzarse con estas personas, ya sea para una futura colaboración, una recomendación o simplemente para un café amistoso. El networking es la red de seguridad de su carrera, y cada salida es una oportunidad para fortalecerla.
En definitiva, la salida de una empresa es un capítulo más en su libro profesional. Escribirlo con maestría, con la elegancia que solo la madurez y la estrategia pueden dar, es la clave. Así que, cuando les toque emprender vuelo, háganlo con la cabeza en alto, el corazón agradecido y la certeza de que dejaron una estela de profesionalismo.
Por Carlos Contino- Experto en Recursos Humanos |/ BaeNegocios
Te puede interesar
Lo más visto
