





Los salarios reales sufrieron en marzo su mayor caída desde diciembre de 2023, mientras se perdieron 9.000 puestos de trabajo asalariado. Sucedió en medio de una mayor tensión en los mercados cambiarios y un freno en la actividad económica.


Según informó la Secretaría de Trabajo a partir de los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA), el poder adquisitivo de los trabajadores asalariados registrados en el sector privado se contrajo 2,6% en el tercer mes del año.
Se trató del mayor deterioro desde el primer mes de gestión libertaria, cuando los salarios se derrumbaron casi 11% tras la devaluación convalidada por el Gobierno de Javier Milei. Con este último dato, los sueldos quedaron apenas 1,4% por encima del nivel de noviembre de 2023.
Asimismo, el dato preliminar de abril mostró la tercera caída consecutiva. Según el SIPA, en ese período el descenso acumulado giró en torno al 4%.
Este indicador había dado mejores resultados que sus pares en febrero, debido al efecto positivo que significó la mayor cantidad de horas trabajadas (algo que no contempla, por ejemplo, el índice de INDEC). En marzo la dinámica se revirtió debido a que, con caída del empleo y achicamiento de la actividad, hubo menos horas trabajadas.
En la era Milei ya se perdieron casi 200.000 empleos formales
En paralelo, en marzo se verificaron 7.300 asalariados registrados menos en el sector privado, 800 menos en el sector público y 900 menos en el segmento de trabajadoras de casas particulares, lo cual en el agregado dio un saldo negativo de casi 9.000 empleos. En este caso, hay que remontarse a julio de 2024 para ver una merma de mayor magnitud.
A partir de estos últimos datos, en la era Milei ya se perdieron más de 195.000 puestos de trabajo, de los cuales más de 115.000 correspondieron al sector privado. A nivel sectorial, la construcción y la industria manufacturera fueron las actividades más golpeadas, con una destrucción de 62.000 y 31.300 empleos, respectivamente (la industria fue la más afectada en marzo, con una baja de 4.000 fuentes laborales.
La incertidumbre macro impactó en el empleo y los salarios: ¿qué se espera hacia adelante?
Los números coincidieron con un deterioro mensual del 1,8% en la actividad económica, en medio de un incremento en la brecha cambiaria, como reflejo de la insostenibilidad del "crawling peg" del 1% mensual que venía aplicando el Banco Central (BCRA) para el precio del tipo de cambio oficial. Ese esquema incentivó la salida de reservas y profundizó el encarecimiento en dólares del país, algo que no se solucionó con el nuevo régimen de bandas de flotación, pese a que el financiamiento de los organismos internacionales le dio a la autoridad monetaria un mayor respaldo para defender el valor de la divisa.
"Marzo fue el mes de más volatilidad previo a la flexibilización del cepo, por lo cual era cantado que ibas a tener grandes problemas. El tema es que la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), que mira un mes adelante de eso, no da muy buenas perspectivas", dijo en diálogo con Ámbito Juan Graña, economista del Grupo Paternal.
Por su parte, Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma, aclaró que la relación entre actividad y empleo no es lineal, ya que el crecimiento previo que venía mostrando la economía no se reflejó en una creación de puestos de trabajo.
Para mayo, la consultora C-P estima una recuperación salarial, sobre todo a partir del 1,5% de inflación que reportó este jueves el INDEC. Sin embargo, su director Federico Pastrana pronosticó que el rebote no significa que se extienda hacia adelante, ya que la inflación puede encontrar un piso en estos niveles, mientras muchos gremios están negociando sumas fijas por única vez, por lo cual los salarios reales pueden subir en un mes y al mes siguiente volver a retroceder.
Graña ve que "este modelo de dólar muy barato y apertura comercial está fragmentando la estructura productiva y el empleo en dos partes": una vinculada a sectores con perfil exportador y escasa generación de empleo, y otra parte más abocada al mercado interno, al empleo urbano y al consumo masivo, que está muy deprimida y sin recuperar los niveles que tenía en 2023.
Por ende, sostuvo que, ese perfil de crecimiento económico poco intensivo en creación de empleos, sumado a que la pauta salarial para los privados viene quedando por debajo de la inflación, y a que hay una decisión política de bajar salarios públicos, hacen que el mercado interno no reaccione y que las perspectivas no mejoren.
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