Las paritarias jaqueadas entre la inflación y el techo que fijó el Gobierno





Al calor inflacionario la alta temporada paritaria clásica de abril se extenderá hacia mayo. Gravitan el acuerdo con el FMI, el devenir de los precios y la pauta salarial libertaria, que ratificaron desde la Casa Rosada con advertencia de “no homologar acuerdos” por encima de los valores ya fijados.
La coyuntura incluye la caída del consumo como dato testigo vinculante.
Son parte de las conclusiones que ofrecieron a BAE Negocios analistas de la negociación colectiva. Y todas ellas parten desde un dato: a partir de enero 2025 la intensidad de los precios comprimió tanto a los sueldos como a jubilaciones y los gremios reclaman la reapertura de la discusión por mejoras. Los estatales de UPCN, por ejemplo, pidieron volver a negociar horas después de aceptar el número fijado por el Gobierno.
Este mes se negocian un 60% del total paritario pero ese valor puede llegar a más del 80% y actualizando con F5 el conteo diario.
Desde el Instituto de Estudios y Formación de la CTA Autónoma el investigador Luis Campos estima que la situación paritaria/salarial se agravará. “Difícilmente la inflación de este mes se ubique por debajo de la de marzo. Mientras tanto son muchas las actividades que tienen aumentos ya pactados e inferiores al 2%, como Alimentación, Carga y descarga, Entidades Civiles y Deportivas, el Sistema Nacional de Empleo Público (Sinep), Gastronómicos, Camioneros, Textiles, Sanidad, entre otras”.
Para Campos a menos de una reapertura generalizada y no solo de aquellas paritarias que deberían negociarse para abril sino también de las que ya se pactaron, el escenario más factible es un nuevo retroceso de los salarios de convenio en términos reales.
El economista Federico Pastrana, de la consultora C-P, abocado al estudio de paritarias desde 2008 a la fecha expresó que en los planes de estabilización la distribución del ingreso se congela “y los gobiernos apelan a esto porque la inflación tiene un componente en la puja distributiva”.
En ese punto agregó que el trabajo de su consultora también abarca 90.000 precios de supermercados, el cual a posteriori del viernes de los anuncios oficiales sobre FMI y cepo cambiario ofreció un incremento de 1,1% en 48 horas. Sin menoscabar que hay una situación de arrastre y agravada desde el macrismo a estos días Pastrana enfatizó que la gestión de Javier Milei “busca ubicar un salario objetivo en una versión de hace 15 años y que además esté vinculado a una pobreza del 35%” .
Y en razonamiento conceptual agregó “cuando se negocia una paritaria es una gestión que te adelanta el futuro y le pone un precio al salario. ¿Cuantas variables hay en economía que hacen eso? Dos: las paritarias y la tasa de interés”.
Sobre la relevancia de la duración de los acuerdos salariales, el economista dijo “es un fracaso grande de este Gobierno no haber podido extender esos períodos”. Y como ejemplo refrendó la paritaria de Bancarios, que se indexa cada mes, haciendo hincapié en la heterogeneidad.
A consideración de Pastrana la única forma de superar la pauta salarial libertaria se aprecia a través del negociado de sumas fijas, como en el caso de Camioneros.
En cuanto a la alta temporada de paritarias de abril, el economista dijo que el escenario hoy no respeta calendarios y la pulseadas llegan “¡cuando pinten!”, apelando al lenguaje popular.
Nuevo ajuste sobre el salario real
Sobre la dinámica de la negociación salarial en los primeros meses de 2025 la CTA Autónoma insiste que la misma tuvo un cambio sustancial en comparación con 2024.
La intención del Gobierno apuntaba, en el mejor de los casos, a congelar el salario real en los niveles del año pasado. “Para el sector privado registrado ello hubiera implicado en promedio volver a los niveles de noviembre de 2023, mientras que para el sector público se trataba de establecer una 'normalidad' aceptando un recorte en torno al 15% en términos reales”, dijo Campos.
El nuevo equilibrio salarial hubiera implicado, de ser exitosa la política oficial, una caída del 20% en el sector privado y del 35% en el sector público en comparación con finales de 2017.
La inflación de febrero, levemente superior a la de enero (2,4% contra 2,2%) puso en duda que el Gobierno fuera a conseguir este objetivo. “El 3,7% de marzo mostró el fracaso de la política oficial en este punto y volvió a poner presión sobre el salario real y sobre las paritarias. Frente a un escenario de precios acelerándose, el congelamiento de las paritarias tiene como consecuencia una caída del salario real.
El impacto de este proceso en el primer trimestre del año fue muy heterogéneo. Mientras algunas actividades pudieron sostener el valor real del salario de convenio, principalmente aquellas que tenían cuotas pendientes pactadas en negociaciones de los últimos meses de 2024, otras tuvieron retrocesos muy significativos.
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