Proyecciones que oscurecen

Actualidad - Nacional08 de abril de 2025
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Los economistas volvieron a ajustar sus pronósticos y ya van dos meses consecutivos de empeoramiento en las expectativas de inflación. Así lo reveló el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central, que recopiló estimaciones de 39 consultoras, centros de investigación y bancos. La suba de los precios proyectada para marzo es del 2,6 por ciento, cuando en el REM anterior se esperaba un 2,2 por ciento. 

El deterioro en las proyecciones ocurrió incluso antes del nuevo capítulo de incertidumbre global que abrió Donald Trump con el anuncio de una batería de aumentos de aranceles que sacudió a los mercados internacionales. Se trata de una situación que amenaza con escalar hacia una guerra comercial y de monedas, lo cual agregaría más presión sobre los precios y la política cambiaria argentina. 
 
La revisión de las proyecciones inflacionarias no se limita a marzo. Para el 2025 completo, los analistas ahora prevén una suba de precios del 27,5 por ciento, lo que representa un salto de 4,2 puntos porcentuales respecto del informe anterior. 

Cada vez más economistas aseguran que la nueva guerra comercial pone entre las cuerdas el programa económico del gobierno argentino. Desde la consultora PXQ interpretaron la situación global como un quiebre histórico. El informe indicó que “El Día de la Liberación” —en referencia al paquete arancelario de Trump— marca el final de la etapa de la globalización y el comienzo de una nueva era marcada por la incertidumbre.

Desde PXQ, conducida  por Emmanuel Alvarez Agis, indicaron que las medidas de Trump, que sorprendieron a los mercados internacionales, generaron el peor sacudón financiero desde 2020. Para agregar que en Argentina este combo de malas noticias internacionales se potenció con las dudas sobre el acuerdo con el FMI. 

Mientras el mundo discute cómo evitar una guerra de monedas, el principal accionista del Fondo —Estados Unidos— parece interesado en empujarla. Esto deja a la Argentina en una situación incómoda, atrapada entre su promesa de bajar la inflación y un esquema cambiario cada vez más vulnerable.

Sin un respaldo político claro desde Washington, es probable que el FMI siga con su pedído clásico de corrección del tipo de cambio. Pero el Gobierno busca evitar un salto brusco del dólar, aun al costo de recibir menos dólares frescos.

En ese escenario, el refuerzo a las reservas sería insuficiente, y eso podría presionar al dólar financiero. Con el riesgo país en ascenso por el nuevo clima global (trepó a 960 puntos), el plan de llegar a las elecciones con inflación a la baja, actividad en alza y brecha cambiaria controlada queda en jaque.  

El problema adicional es que buena parte de la economía privada, sobre todo la ligada al comercio exterior, había sido incentivada a tomar deuda y operar en pesos bajo el esquema del "carry trade". La reversión de este flujo podría acelerar una nueva corrida cambiaria.

Según el informe de PxQ, la guerra comercial lanzada por Estados Unidos encuentra al gobierno de Milei totalmente desacomodado. Tras años de controles a las importaciones, el gobierno avanzó en una apertura comercial acelerada: se eliminaron las SIRAs, se redujeron aranceles, se flexibilizó la importación puerta a puerta y se desactivaron mecanismos de protección como los valores de referencia y las medidas antidumping. Además, se bajó el impuesto PAIS y el crawling-peg se redujo al uno por ciento mensual.

Estas medidas apuntaban a facilitar la importación y a desacelerar la inflación bajando los precios de los bienes transables, en un contexto donde las tarifas públicas y servicios estaban subiendo. Pero el shock internacional actual pone en cuestión toda esa estrategia. Se indicó que abrirse cuando el mundo se cierra es, como mínimo, arriesgado. Y mantener una moneda apreciada en medio de una guerra de divisas, directamente peligroso. 

"El objetivo principal fue apuntalar la desinflación sobre la base de una reducción de los precios de los bienes transables, en un marco de recuperación de los precios de los no transables (tarifas públicas y servicios privados)", indicó PxQ. 

Y cerró asegurando que "ante el shock internacional disparado por Trump, este combo de medidas van a contramano. Abrirse en un mundo que se cierra es una pésima estrategia. Apreciarse en el marco de una guerra de monedas, ni hablar. El nuevo escenario internacional pondrá una vez más a prueba el trade off entre ideología y pragmatismo del gobierno".

Pagina12

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