El proceso electoral aún gira en torno a la incertidumbre. Por la intención del gobierno nacional de eliminar las PASO, la pretensión de los aliados de sostenerlas y, a lo sumo, suspenderlas por un año, en las provincias reina la incógnita a la hora de pensar en la modalidad de votación. ¿Las elecciones serán concurrentes? ¿Serán desdobladas? La respuesta a esas preguntas terminará de definir la estrategia partidaria, con la intención de evitar daños.  

Lejos de la premisa de que en año electoral no se tocan las reglas del juego, el gobierno logró acorralar a las fuerzas políticas con la discusión en torno a la eliminación de las PASO. Si la Casa Rosada quiere avanzar con su supresión, otros sectores apuestan a dejarlas sin efecto solo por un año. El PRO planea una reunión por estos días para, justamente, discutir esta cuestión y llegar a una posición uniforme. En el espacio prima la idea de suspender las primarias en 2025, pero sostener la herramienta.

El diputado de Unión por la Patria, Leopoldo Moreau, explicitó este fin de semana en X la preocupación de la derecha por la falta de unidad para enfrentar una posible candidatura de Cristina Kirchner en Buenos Aires. Bajo la idea de que, a nivel nacional, La Libertad Avanza se va a imponer al resto de las fuerzas políticas, genera temor la chance de una derrota ruidosa en la provincia y, tal vez, en la Ciudad.

Este escenario, como viene contando El Destape desde hace semanas, fue advertido por el PRO de Mauricio Macri a Javier Milei: lo catastrófico de un resultado lapidario en las urnas de ambos distritos. Es que, hasta ahora, las encuestas se encargaron de mostrar que una unión de la derecha nacional está en condiciones de sobreponerse a una propuesta de unidad peronista, con la salvedad de que, separados, se podría complicar.

El PRO y La Libertad Avanza no atraviesan los mejores momentos de relación, pero así como el bullrichismo espera saltos políticos cuando se aproximen las elecciones, en el partido amarillo no se descartan acuerdos locales que incluyan alianza con los libertarios.

Juan Ibarguren, intendente de Pinamar y dirigente del PRO, adelantó en declaraciones a FM RE que, posiblemente, haya acuerdos electorales con La Libertad Avanza por distrito. En el caso de su municipio, el caudal electoral es bajo, por lo que el impacto no será mayor pero, en otras zonas, como General Pueyrredón, el peso de un acuerdo será clave. Justamente es Guillermo Montenegro una de la figuras más mencionadas, desde el bando oficialista, como uno de los potenciales conversos.

En el caso de Pinamar, el PRO y La Libertad Avanza trabajan prácticamente de igual a igual, por lo que sería hasta natural pensar en un acuerdo electoral entre ambos. De todos modos, el distrito es amarillo y se estima que pesará más el sostenimiento del partido que otro tipo de especulaciones.

Más allá de los casos puntuales, será central la resolución de la modalidad de votación. Al no tener boleta única en papel, los comicios de la provincia y la Nación irán separados, ya sea el mismo día pero en urnas diferentes, como en días distintos. Esto puede permitir acuerdos locales desligados de las negociaciones macro.

La modalidad independentista de los gobernadores del PRO, como Ignacio Torres y Rogelio Frigerio, que se encaminan a acordar con el gobierno en Chubut y Entre Ríos, respectivamente, también quiere ser replicada por intendentes.

En general, donde el PRO gobierna, existe Juntos por el Cambio a nivel local y, en muchos de esos casos, también existe una buena relación con el oficialismo nacional. “Es antinatural, en distritos en donde hay 99% de coincidencias, tener que ir separados”, dijo un dirigente amarillo. Ahora bien, de haber acuerdo, con la lapicera en manos de los macristas.

Desde el partido fundado por Mauricio Macri se repite una suerte de consigna u objetivo máximo para intentar acercar posiciones: si la causa es la misma, no debería haber problemas para llegar a las elecciones en unidad y si alguna de las partes no apuesta por ese acuerdo, será porque quiere hacerle el juego a Unión por la Patria.

La posibilidad de tener boletas separadas para las elecciones locales y nacionales permite jugar un poco con los acuerdos distritales para renovar la legislatura bonaerense en unidad, con la intención de complejizarle aún más la gestión a Axel Kicillof, sin romper las negociaciones macro. No termina de quedar claro cómo se fiscalizará en caso de darse esa situación extraña de unidad en el territorio pero división y competencia nacional.

La historia más reciente demostró que el PRO le ofreció su estructura a La Libertad Avanza en los comicios 2023 y si bien hoy la Casa Rosada no tiene una territorialidad potente, esperan que el salto de dirigentes PRO a filas violeta contribuya a fortalecer la capilaridad y fiscalizar. A nivel nacional, el hecho de avanzar con la boleta única también les permitiría prescindir de un número abrumador de fiscales por escuela, facilitando un poco la tarea.

Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero, es una de las principales figuras del gobierno y del bullrichismo en Buenos Aires. En declaraciones a Radio Rivadavia, el alcalde aseguró que la prioridad es “recuperar la provincia en 2027". Él es uno de los dirigentes que considera necesario un acuerdo amplio de la oposición bonaerense, no entre partidos sino “entre dirigentes que tienen un valor estratégico en cada jurisdicción". La expectativa en torno a esta frase puede explicarse por esa intención de arribar a acuerdos locales, según la necesidad de cada referente.

Lo cierto es que ambos espacios tienen en claro que la unidad es la clave para intentar ganar en la provincia. Valenzuela recordó que en 2023, “el candidato a gobernador del PRO, Néstor Grindetti, sumado a la candidata de LLA, Carolina Píparo, "daban 51 puntos y sin embargo ganó Kicillof con 45, y así pasó en muchos municipios". No quieren que vuelva a ocurrir.

Por Carla Pelliza / El Destape