Los Milei contra los Macri y el punto ciego del vamos por todo libertario

Actualidad - Nacional29 de diciembre de 2024
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Cuando Jorge Macri decidió cruzar la General Paz, no pensó que iba a terminar con dos décadas de dominio del macrismo en la ciudad de Buenos Aires. Tampoco ahora lo piensa, aunque guiado por la ruleta rusa de las encuestas. El jefe de gobierno adelantó las elecciones municipales en un intento que coincide con una presunción que se extiende: Mauricio Macri no quiere ser candidato ni poner el cuerpo para defender lo más importante que le queda. 

Para que su jugada tenga éxito, el primo Jorge necesita una figura con capacidad de convocar al electorado porteño y voluntad de ser candidata a legisladora. Que los nombres de Laura Alonso y Maria Eugenia Vidal circulen junto con el de Fernán Quiros delata que no hay tantas y que el sello del PRO es una identidad en desuso. El territorio más rico del país, que desde 2007 funciona como zona franca del macrismo, entró en una disputa prematura donde también se define la fisonomía de la derecha que gobierna.

La jugada de Macri recibió un primer rechazo de los hermanos Milei y es probable que tenga el apoyo de las distintas facciones del peronismo que hoy reúnen en total 18 legisladores. En los bloques del peronismo porteño, hay quienes piensan que se avecina un escenario de la derecha dividida y el PJ unido detrás de la candidatura del radical Leandro Santoro.  

En la ciudad, La Libertad Avanza que dirige Pilar Ramirez y responde a Karina Milei se mueve hace tiempo como oposición: votó en contra del Presupuesto, del Código Urbanístico, la ley tarifaria y del Código fiscal. Lo mismo hizo el sector del viejo PRO que remite a Patricia Bullrich. Solo Ramiro Marra negoció su apoyo a las leyes del jefe de gobierno desde un gris obligado. Aunque en el oficialismo dicen que fue el encargado de presentar a Santiago Caputo con Milei, Marra se define como antiK porque Karina lo posterga sin remedio.

Refugiado en Cumelen, el ex presidente enfrenta su agonía política, producto tanto de su fracaso en el poder como de las decisiones que tomó. Entre la dirigencia que lo acompañó, hay una estampida. Muchos de sus ex ministros volvieron a trabajar en el sector privado, otros se alejaron del PRO y los que todavía están con vida intentan por su propio instinto acercarse a la costa de los Milei. Lo mismo y más preocupante pasa entre sus antiguos votantes.

Un dirigente que lo acompañó durante más de una década coincide con los que dicen que Macri fomentó la destrucción de todos los candidatos de su espacio. Bullrich, que primero tuvo su apoyo y después lo vio migrar hacia Milei, ejerce una venganza que podría incluir una candidatura, si los hermanos de gobierno la necesitan. 

La sensación extendida en la derecha es que LLA quieren llevarse puestos a los Macri y sueña con Bullrich en el papel de victimaria. Peleado con la autocrítica, Macri repite que fue el único que defendió la permanencia de la ministra de Seguridad en el PRO y que el resto de la dirigencia quería echarla. El uso mutuo encontró su límite cuando Bullrich aspiró a demasiado. No es historia antigua: Macri todavía pretende que Milei sacrifique a su ministra, hoy entregada a la enésima ¿y definitiva? conversión de su carrera. 

Bullrich dice que no quiere ser candidata porque prefiere mantener el control de la seguridad, pero sus movimientos muestran predilección por el territorio de los Macri. Es lo que acaba de pasar con la fuga de presos en la ciudad, donde Bullrich difunde la recaptura de cada fugado como un triunfo propio, en contraste con la ineficacia del macrismo residual. 

Con comisarías y alcaldías que tienen alojados al doble de detenidos (2300) que les permite su capacidad (1050), la crisis de seguridad porteña incluye 17 hechos de fuga en lo que va del año, una cifra que desde Uspallata intentan minimizar cuando señalan que en 2023 los episodios similares fueron 41. La diferencia está en el enfrentamiento entre las distintas facciones de la derecha y el loteo de ministerios al estilo Frente de Todos.  

La salida de Diego Kravetz de la secretaría de Seguridad porteña y su salto a la SIDE de Santiago Caputo dejó expuesto el enfrentamiento sin retorno con Waldo Wolff y la tensión entre la Nación y la Ciudad. Kravetz está vinculado al asesor estrella que es enemigo de Macri por intermedio de los hermanos Tomás y Manuel Vidal -uno de la consultora Move, el otro del ministerio de Educación de Soledad Acuña-. Pero el garrochista de Lanús también tenía un vínculo menos expuesto: el que lo une a Dario Wasserman, el poderoso desarrollador inmobiliario que es esposo de la legisladora karinista Pilar Ramirez y vicepresidente del Banco Nación. En Casa Rosada dicen que Kravetz y Wasserman se conocen desde que fueron compañeros en el colegio alemán Cangallo Schule. Autorizada por la hermana presidencial, la sociedad Ramirez-Wasserman tenía abierto un canal de negociación con Jorge Macri que en los últimos tiempos parece anegado.

Mientras la relación de Wolff con Bullrich siempre fue pésima, Kravetz es uno de los aliados históricos de la ex candidata. En el gobierno de la ciudad, lo culpan por las fugas que ahora utiliza la ministra para su campaña. Dicen que Kravetz llevó a lugares estratégicos de la policía de la ciudad a 34 ex miembros de la policía bonaerense, la mayoría de Lanús y algunos exonerados. Florencia Arietto mostró la punta del ovillo el 17 de diciembre pasado, en un tuit que publicó sin saber que Kravetz ya era el subjefe de la SIDE. La ahora senadora de Milei decía que lo habían echado porque designó como subcomisario en la Ciudad a un exonerado de La Bonaerense. Se refería a Pablo Adrián Morales y decía que había truchado su declaración jurada. Cuando Arietto se enteró de que Kravetz se integraba a las fuerzas del cielo, borró el tuit. 

Cerca del primer Macri piensan que la llegada de ex policías bonaerenses a la Ciudad generó un descontrol en beneficio de sectores de la política que crecieron en recaudación en el último año. “Las brigadas volvieron a manguear en los restaurantes. Te venden las fugas, te cobran visitas, te cobran ascensos”, dice un dirigente del PRO. Según esa información, que también conocen en el gobierno porteño, hoy un ascenso en la policía del macrismo puede costar, además de buenas conexiones, el pago de tres sueldos por adelantado. Algo bastante distante de la publicidad que suele acompañar a la fuerza y más cercano a la realidad de una policía que no combate sino que regula el delito a su antojo. Kravetz da otra versión y señala a Wolff como parte de un entramado que conecta con los mismos servicios de inteligencia que ahora, se supone, tiene a su cargo. Así está la pelea intestina en la derecha, cuando el año electoral está a horas de comenzar. 

Según el procurador y ex ministro Martin Ocampo, Bullrich y Milei continuaron la política de hostigamiento del Frente de Todos al gobierno de la ciudad. La ministra estimuló la superpoblación en comisarías porteñas y se negó a autorizar cupos para que los presos del sistema federal fueran alojados en cárceles federales. Como parte de lo que parece una tregua forzada desde la debilidad, Macri y Wolff designaron como reemplazante de Kravetz a Ezequiel Daglio, un hombre de Bullrich y Juan Pablo Arenaza sin antecedentes para el cargo. Bullrich tiene una relación ambigua con la cuna del macrismo. Sus propios aliados admiten que su construcción política incluye el ofrecimiento de cargos tanto en el gobierno nacional, como en el gobierno porteño. El calabrés lo sabe y tampoco le hace gracias financiar a una de sus peores enemigas. 

Con el fin del loteo, el adelantamiento de las elecciones y la suspensión de las PASO, Jorge Macri aspira a iniciar su verdadero gobierno. No la tiene fácil: la elección del 6 de julio depende de cómo juzguen su gestión los porteños y está en medio de la ofensiva de Milei. 

Consolidada la transferencia de ingresos a sectores de alta rentabilidad que tuvieron en 2024 ganancias exorbitantes y digerida a nivel social la licuación de jubilaciones, Milei quiere acelerar con su proyecto en su segundo año de mandato en base al esquema del dólar planchado para reducir la inflación. Es lo que crujió en los últimos días con la ampliación de la brecha al 15% y la quema de reservas récord U$S 778 millones en apenas dos días. Mientras la conducción del radicalismo se inclina en Casa Rosada y el peronismo transita entre la división y las fugas, Milei avanza. Su objetivo es posponer las contradicciones del modelo para después de las elecciones legislativas y profundizar los cambios. 

Corte a lo Trump para blindar el ajuste

En el triángulo de poder, se discute por los pliegos de Ariel Lijo y Manuel Garcia Mansilla. Lijo disfruta de shows de rock y se siente adentro de la Corte Suprema por el apoyo de los gobernadores y el Instituto Patria, pero el puro Mansilla devino en obstáculo. Entre los aliados judiciales del gobierno, dicen que Milei no quiere más dilaciones y pretende reabrir la discusión con el cristinismo para ampliar la Corte. Por eso apura a Santiago Caputo, el responsable de un operativo que lleva meses atascado. Primer ministro de facto, Caputo reconoce a Lijo como candidato de Ricardo Lorenzetti y no quiere entregar a Mansilla, el candidato propio. En el peronismo no kirchnerista, piensan que el número mágico es 9 porque  remite a la epopeya menemista y una Corte de 9 miembros abriría a una negociación que reconcilie a distintas tribus de la casta. 

Milei se enfureció en los últimos días cuando vio a Horacio Rosatti en el programa de Carlos Pagni, el columnista al que había atacado tres días antes en la Bolsa de Comercio de Córdoba. Rosatti sugirió que la misma Corte puede definir la suerte de Lijo si su pliego recibe impugnaciones. El entorno presidencial tiene presentes cada una de las apariciones públicas de Rosatti durante la campaña 2023 y está convencido que jugó para Sergio Massa.

Aunque la Corte no tomó ninguna decisión importante que complicara el ajuste más grande de la historia, Milei no quiere un tribunal de tres. En su entorno dicen que necesita la Corte ampliada y se inspira en el modelo de Trump, un bastión ultraconservador que tiene 9 jueces -6 nombrados por el primer Trump- y ametralló a Biden en los últimos cuatro años. De momento, en Casa Rosada piensan que la salida de Juan Carlos Maqueda y el sistema de conjueces ya los beneficia porque los  presidentes de la cámaras nunca interrumpieron su línea directa con Lorenzetti. De todas maneras, en tribunales remarcan que el esquema que viene no será tan permeable al deseo de Milei: todos los años cambian los presidentes de cámara y algunas tienen más de una sala. Milei y su entorno no se cansan de apuntar contra La Nación por su rechazo a Lijo, pero se reconocen más agradecidos con Daniel Hadad y no solo por su alianza histórica con Lorenzetti. Para el presidente, el dueño de Infobae está entre los que la ven. 

Con una inestabilidad de fondo que permanece, reservas negativas en U$S 10 mil millones y la misión prioritaria de cumplir con los fondos de inversión, los planes de Milei tienen un punto ciego y deben superar tanto el impacto de la devaluación en Brasil como la baja de los commodities, que sacude al agronegocio, como lo muestra el default de Los Grobo.  La salida de dólares por el récord de turistas argentinos en Brasil  no impacta por ahora en la cuenta general. Lo muesta un estudio reciente de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia. La devaluación en Brasil fue de casi 14% en el cuarto trimestre. En el mismo período, dice, aunque el Banco Central de Brasil fijó una tasa de interés (12,25%) que duplica la inflación (6%), las reservas brutas cayeron un 9,7%, desde U$S 372.000 millones a U$S 336.000 millones, una cifra todavía 10 veces superior a lo que tiene el BCRA de Santiago Bausili.

La contracara de la crisis es que el crecimiento de Brasil compensó los efectos negativos de la devaluación sobre Argentina. Los números del INDEC muestran que en noviembre, las exportaciones argentinas a Brasil crecieron 40% interanual, superaron los 12 mil millones de dólares en lo que va del año y acumulan una suba de 14% interanual. Para el jefe del centro de estudios del Provincia, Matías Rajnerman, el riesgo más importante es otro: que la inestabilidad en Brasil y la caída de los mercados emergentes termine arrastrando a la Argentina de Milei, que enfrenta en 2025 vencimientos de deuda por 25000 millones de dólares. Un efecto Caipirinha 2.0 puede alterar la fiesta paleolibertaria.

Por Diego Genoud / El Destape

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