Papelón de Lady Malbec: celebró la incautación de "2 kilos de cocaína" que resultó ser talco

Actualidad - Nacional01 de noviembre de 2024
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El 6 de octubre último a las 9.53 de la mañana, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, publicó un tuit donde contaba con aire victorioso y acusador: "Un hombre intentó burlar un control en Mendoza, llevando más de 2 kg de cocaína ocultos en envases de talco dentro de un micro de larga distancia. Pero la Gendarmería lo descubrió rápidamente gracias a su nerviosismo y actitud sospechosa. ¡La seguridad de nuestro país va a un paso adelante de los delincuentes! Las hace, las paga". El posteo llevaba como título socarrón "MUCHO TALCO, POCO EFICIENT-E". El detenido, Ariel Maximiliano Acosta, pasó 21 días tras las rejas en tierra mendocina mientras la funcionaria se regodeaba, pero un estudio de laboratorio constató que lo que llevaba era un producto de higiene personal sin ningún rastro de estupefacientes: se trataba de talco para los pies. 

El miércoles de la semana pasada el juez Alberto Carelli dictó su sobreseimiento y ordenó dejarlo inmediatamente en libertad, según confirmaron a Página|12 allegados al expediente judicial. Estuvo alojado en la Unidad 32, el Centro de Detención Judicial de Mendoza, y luego en la cárcel federal de Cacheuta. 

Acosta, de 42 años, había ido a pasar un tiempo a esa provincia con la idea de probar suerte. Pensaba hacer venta ambulante, que es algo que comenta que le gusta. Decidió volver a su ciudad, Mar del Plata, antes de lo que había imaginado. Cerca de la terminal de ómnibus había visto que alguien vendía muy barato el talco para los pies y le pareció conveniente. "Compré la mercadería para revender, pero no la vendí (allá) porque ya tenía la plata para volver a mi casa", relató en una entrevista. Tenía el pasaje, además, para las 20 horas, y faltaba poco. En medio del viaje llegó el control de Gendarmería. "No les discutí nada porque ya sé cómo es la policía. Estaban re extasiados, salían y hablaban por teléfono como diciendo 'agarramos no sé a quién'. Hicieron todo mal, me bajaron sin testigos", reconstruyó. Vio que hacían alguna prueba reactiva que se veía "más o menos celeste" y "se felicitaban el uno al otro". "Nadie mi pidió disculpas por lo que tuve que pasar", se lamentó. Tanto el como su mamá, Laura, se mostraron particularmente enojados con la ministra Bullrich. 

El calvario

El ómnibus que fue requisado el 2 de octubre a la madrugada por un grupo de Gendarmería en La Paz, zona limítrofe entre Mendoza y San Luis. Al único que hicieron bajar fue a él porque le vieron cara de susto. Para ellos, acorde a lo que les enseñan, eso equivalía a que era sospechoso. Hicieron un "test orientativo" o "narcotest". Es un chequeo rápido que confirmó lo que los gendarmes esperaban de acuerdo al criterio portación de rostro: ¡Dio positivo! Le adjudicaron la tenencia de 2,444 kilos de cocaína. Intervino la fiscalía de María Gloria André, le imputaron tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, que tiene una pena mínima de cuatro años de cárcel y pidieron la prisión preventiva. La supuesta gran cantidad de droga hallada les parecía de por sí infrecuente. 

La fiscala ordenó, como siempre hacen en este tipo de casos, una pericia química para tener un resultado definitivo. El resultado demoró tres semanas y arrojó que lo que Acosta llevaba no era otra cosa que talco.  Enseguida André pidió el sobreseimiento al juez de garantías, Carelli, quien convocó a una audiencia oral y lo excarceló. En el transcurso de su detención a Acosta le robaron una campera y casi todas sus pertenencias. Cuando lo liberaron lo dejaron en la noche en medio de la ruta 7. 

Además del tuit de Bullrich, el gobierno había publicado antes en su página oficial argentina.gob.ar la (falsa) noticia, que sigue ahí. El título era "Un pasajero fue detenido cuando trasladaba más de 2 kilos de cocaína ocultos dentro de envases de talco". Decían que habían actuado los gendarmes del Escuadrón 64 “Mendoza” que "llevaban a cabo un operativo de prevención sobre la Ruta Nacional N° 7, altura del peaje La Paz, cuando solicitaron la detención de un ómnibus que realizaba el recorrido Mendoza – Buenos Aires" y ahí se encontraron con el pasajero que llevaba "18 pomos de plástico con la droga" en una mochila. "Ante la presencia de testigos, y con intervención de personal de la Unidad de Criminalística y Estudios Forenses dependiente de la Agrupación XI “Mendoza”, decía el texto, se sometieron las sustancias a las pruebas de orientación de campo" y detallaba el hallazgo de la supuesta droga.  

"Lo cuidaron los otros presos"

En Mendoza Ariel se había alojado en un hostel. Luego tuvo que buscar otro lugar porque el dueño le dijo que llegaría un contingente, pero no conseguía un nuevo alojamiento que le agradara y pudiera pagar. Intenó comprar golosinas para salir a vender, pero resolvió regresar a su casa. Como no conseguía pasaje directo a Mar del Plata sacó para ir a Buenos Aires. Empezaba el mes de octubre. A su madre la llamaba todo el tiempo. Ese último día, precisó ella a este diairo, él le mandó fotos, le hablaba de las estatuas que veía, y le envió una imagen desde la estación, cuando se estaba por subir al micro y estaba contento porque tenía conexión para cargar el celular. "De pronto dejó de responderme los mensajes y a la madrugada noté que tampoco los había visto", relató la mujer. Pasaron las horas y todo seguía igual. Probó llamar a la estación en Mendoza para chequear si efectivamente había subido al ómnibus. Le dijeron que sí. Después probó con Prefectura y con el 911.  

Acosta contó que lo que lo puso nervioso al ver a los gendarmes era que se había comprado dos cervezas para tomar en el micro mientras miraba una película en el viaje. Eso fue lo que lo inquietó. Además, explicó que antes de ir a Mendoza había hecho un tratamiento para tratar la adicción al alcohol y, de hecho, había viajado como quien arranca de nuevo con su vida. 

"Lo que pasó fue que cuando lo detuvieron ni siquiera le dieron la opción de comunicarse con su familia y llamar a un abogado. Recién a la noche, de tantos llamados que había hecho, me avisaron que estaba preso", dijo Laura. En la U32 apenas lo dejaban salir a un pasillo, luego lo trasladaron a un penal donde al menos, describió, tomaba aire. Después de tres días, pudo hacerle llegar una suerte de tarjeta prepaga para que pudieran hablar desde la cárcel. Ariel estaba temeroso en la cárcel. "Nunca había estado detenido y me metieron preso con un cartel de transa", remarcó para decir que temía por lo que pudiera pasarle.  

Según las palabras de su mamá al final "lo cuidaron los otros presos, mucho más que nadie, ya que lo único que escuchaba de Tribunales era que le podían tocar no sé cuantos años de cárcel. Le decían 'el porteño de Mar del Plata'. Cuando yo llamaba y me atendían se notaba ese trato", rescató al conversar con Página/12. "Recién me calmé cuando me dijo: 'mamá quedate tranquila porque si vos estás bien, yo estoy bien'. Es algo que nos decimos siempre --se le quebró la voz -- Cuando le tocó ir ante el juez de garantías se cansó de gritar '¡Es talco! ¡Es talco!', y no mentía". "A mí me gustaría al menos una disculpa pública de la ministra, pero no creo que lo haga", agregó Laura. 

Gendarmes en apuros
 
A pesar de todas las felicitaciones que desparrama Bullrich, la Gendarmería no estaría en un momento de gran performance. En las últimas semanas fueron detenidos 12 gendarmes en Tucumán que terminaron procesados por asociación ilícita y cohecho, junto con nueve civiles, con los que organizaban tours de compras desde Bolivia y cobraban para dejar pasar no sólo mercadería (ropa, neumáticos, celulares, toallas, sábanas, cigarrillos, electrodomésticos, entre otras cosas), sino también droga. Una mecánica similar se detectó con integrantes de Gendarmería que facilitan el ingreso de productos desde Chile. En Jujuy fueron imputados por eso diez gendarmes y dos comerciantes. En Salta hubo ocho gendarmes detenidos en septiembre por el mismo mecanismo de cobro de sobornos, y en esa provincia nueve fueron imputados por facilitar el contrabando de granos. No todo es una fiesta como muestra la ministra .O sea, por lo menos cerca de 40 gendarmes comprometidos en casos de coimas.  

Llamado de atención de Casación 

El martes de esta semana la Cámara Federal de Casación Penal firmó una advertencia que, si bien está dirigida a jueces/zas federales, tiene otra destinataria, que es Bullrich. Es por "por el significativo número de personas detenidas en comisarías de todo el país a disposición de la justicia federal". La decisión, en los hechos, fue notificada a la cartera de Seguridad, a la de Justicia y a la Corte Suprema. No puede haber presos en estos lugares provisorios por más de unas horas. 

Ya en 2023 había aumentado el número de personas privadas de la libertad alojadas en comisarías o destacamentos en un 10,8%. Este año comenzó a presentarse una situación sintomática en la Ciudad de Buenos Aires: de enero a junio 9659 fueron detenidas en dependencias de la policía porteña, o sea comisarías. De ese total, 88 eran detenciones del fuero federal. La pregunta es por que no están en unidades carcelarias, en este último caso federales. Casación hizo, además, una consulta a jueces fedrales de todo el país: de las respuestas que recibieron de 51 tribunales se desprende que entre el 31 de agosto y el 2 de octubre, hay 1392 persaonas privadas de la libertad a disposición de ellos: 686 están en establecimientos del Servicio Penitenciario Federal (SPF), 229 en cárceles provinciales, pero 245 están en comisarías, alcaldías y otras dependencias de la Policía Federal o Provincial, 148 de Gendarmería, 48 de Prefectura, 11 de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y 25 no se pudieron precisar.   

Todo esto implica que hay personas detenidas en condiciones de confinamiento, superpoblación, sin acceso a la salud, con alimentación deficiente y sin posibilidad de recibir visitas. La Procuración Penitenciaria advirtió que "el alojamiento en estos espacios no permite garantizar los derechos básicos establecidos en la Ley 24.660 de Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad". Esto implica que estos presos y presas no pueden acceder a lo que se llama "tratamiento penitenciario" (educación, trabajo y otras instancias para mejorar su vida y evitar la reincidencia) y el "régimen de progresividad". "Los datos reseñados revelan condiciones incompatibles con los estándares internacionales aplicables y falta de acceso a los derechos fundamentales (...) las comisarías no deben ser destinadas funcionar como centros de detención, en tanto no integran el Servicio Penitenciario e impiden a los detenidos acceder al régimen progresivo de ejecuón de la pena", sostuvo Casación. 

Los presos/as, explicaron, quedan expuestos a riesgos de salud fisica y mental, falta de atención médica, higiene y espacio para dormir . "Es una situación de gravedad que involucra la violación de los derchos humanos de un importante colectivo de personas", dice el texto, que advierte que quienes son responsables son los jueces que disponen estas detenciones. Por eso exhorta a jueces y juezas federales a que reviertan esta situación de detenciones masivas en alcaidías y comisarías para "prevenir situaciones irremediables" y que la privación de la libertad, en el caso de las causas federales, sea en dependencias del SPF, que depende desde la gestion de Javier Milei del Ministerio de Seguridad. 

Por Irina Hauser

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