¡Rebequita for president!
Rebequita y Tobías en la mesa del bar de siempre.
–Qué frío que hace, Rebequita de mis trenes rigurosamente vigilados. ¿Sabés si bajo mucho la temperatura?
–Ay, Tobías de mis ingenuidades más descarnadas, ¿cómo va a bajar la temperatura? ¿En qué país vivís vos? ¿No sabés que acá nunca baja nada? No baja la carne, ni el transporte, ni la luz, ni el alquiler, ¿me querés decir por qué va a bajar la temperatura? Mirá si el Gobierno, tan pro-mercado, va a bajar la temperatura y así privar a los empresarios de obtener ganancias por la venta de estufas, caloventores, café, sopa de verduras, bolsas de agua caliente, pulóveres con tejidos peruanos, guantes de tela de gato persa, abrazos cálidos, masajes, medias de lana de surubí. El frío es el motor de muchísimos negocios, es un aliado del mercado. ¿Por qué el Gobierno bajaría la temperatura?
–Ay, Rebequita de mis consonantes vibratorias, ¡no entendés nada! Si baja la temperatura, ¡hace más frío, no menos! Y además no es algo que dependa del Gobierno, sino del clima.
–¡El que no entiende nada sos vos, Tobías de mis fantasías autoeróticas no logradas! Es cierto que el frío depende del clima, pero… ¡el clima, depende del Gobierno! ¿O nunca oíste hablar del «clima electoral, clima de crisis, clima político»?
–Sí, Rebequita, pero esos son climas culturales, mientras que el frío depende del biológico, el de la naturaleza.
–¡Qué vintage te has venido hoy! Qué siglo 20 cambalache te has despertado esta mañana. ¿Acaso no sabés que desde hace rato la biología no rige más? ¿No te enteraste de que ahora es todo autopercepción?
–Bueno, algunas cosas sí, pero otras no, Rebequita.
–Por favor, Tobías, lo que acabás de decir es un resto diurno del patriarcado chistestereodeformativo.
–¿Lo qué?
–No sé, Tobías, lo escuché en un podcasta y me gustó la expresión, porque sea lo que sea, te queda perfecto. Bueno, mi querido tiranosaurio, la biología ya no tiene nada que hacer… es más, si el Gobierno dice que la plata te alcanza, te alcanza, si te dice que es fin de mes el día 18, es fin de mes el día 18, y si te dice que hace calor, hace calor, pero eso no te lo va a decir, porque quiere que compres estufas. ¡Ah… si yo fuera presidenta!
–¿Querés ser presidenta?
–Eso no importa, Tobías, lo que importa es: ¿vos resignarías tu propia candidatura a presidente de los Estados Unidos a mi favor?
–Pero Rebequita… yo no soy candidato.
–¿Ves cómo sos, ves cómo sos? ¡Joe Biden me quiere más que vos
La charla siguió. Por un rato se olvidaron del frío… y de Alberto.
Por Rudy / Acción