Inteligencia artificial contra estupidez natural…

Actualidad14 de septiembre de 2024
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Un estudio publicado en Science, «Durably reducing conspiracy beliefs through dialogues with AI« llevado a cabo sobre 2,190 norteamericanos autodeclarados seguidores de una serie de teorías de la conspiración completamente absurdas, demuestra que la interacción con un chatbot de inteligencia artificial sobre el tema reducía significativamente la fuerza de esas creencias, y que ese efecto se prolongaba incluso dos meses después.

El secreto del éxito: el chatbot, con su capacidad para acceder a cantidades masivas de información sobre una enorme variedad de temas, era capaz de adaptar con precisión sus contraargumentos para cada individuo.

Más del 50% de los norteamericanos afirma creer en al menos una de las llamadas «teorías de la conspiración», explicaciones extravagantes para un evento o situación que afirman la existencia de una conspiración por parte de grupos poderosos y siniestros, a menudo con motivaciones políticas. Por lo general, esos individuos tienden a convertir esas teorías que creen que dan soporte a alguna de sus creencias en una parte fundamental de su esquema vital o cosmovisión, de los cimientos del edificio que soporta sus creencias, y a reaccionar de manera exacerbada o incluso violenta cuando esas teorías se ven amenazadas o desafiadas.

Es el llamado backfire effect, o perseverancia de las creencias, que los lleva a mantener una creencia a pesar de la disponibilidad de nueva información que la contradice firmemente. De lo mejor que he visto para explicar este tipo de cuestiones es este largo cómic de The Oatmeal, «You are not going to believe what I’m about to tell you«, que llevo bastantes años utilizando al principio de todos mis cursos.

Las teorías de la conspiración varían mucho de una persona a otra, son bastante heterogéneas y los intentos de desacreditarlas en los que se intenta argumentar ampliamente en contra de una teoría de la conspiración no suelen ser efectivos, porque las víctimas de esas teorías suelen tener diferentes versiones de esa conspiración en sus cabezas. Por el contrario, un chatbot de inteligencia artificial, además de dificultar el desarrollo de reacciones agresivas o de perseverancia de las creencias, puede adaptar los esfuerzos de desacreditación a todas esas diferentes versiones de una conspiración. Por lo tanto, en teoría, un chatbot podría resultar más eficaz para disuadir a alguien de su teoría de la conspiración favorita, y a hacerlo, además, de manera sostenible en el tiempo.

Para poner a prueba su hipótesis, los investigadores crearon un chatbot especializado en teorías de la conspiración, DebunkBot, y llevaron a cabo una serie de experimentos con 2,190 participantes que creían en una o más de esas teorías de la conspiración. Los participantes mantuvieron varias «conversaciones» personales con un ese LLM (desarrollado con GT-4 Turbo) en las que compartieron su teoría de la conspiración favorita y las pruebas que, según su opinión, respaldaban esa creencia. El LLM respondía ofreciendo contraargumentos basados ​​en hechos y evidencias, adaptados a cada participante en particular. Las respuestas del LLM fueron sometidas a una verificación profesional, lo que demostró que el 99,2% de las afirmaciones que hacía eran ciertas, mientras que solo el 0,8% fueron calificadas como engañosas, y ninguna de ellas como falsa.

Los participantes respondieron a un conjunto de preguntas sobre su teoría de la conspiración favorita antes y después de sus diálogos con el chatbot, que duraron unos ocho minutos en promedio. Estos diálogos específicos dieron como resultado una disminución del 20% en las creencias erróneas de los participantes, una reducción que, además, persistió incluso dos meses después, cuando los participantes fueron sometidos a una nueva evaluación.

El desarrollo de teorías de la conspiración y su soporte por parte de amplios niveles de la población son uno de los aspectos más preocupantes de la hiperabundancia de información y de la desinformación en general. Ahora podemos empezar a entender que mientras tengamos inteligencia artificial, podemos seguir manteniendo la esperanza de que esas teorías de la información, que hace no tanto tiempo eran simplemente consideradas como una prueba de ignorancia o de estupidez, puedan llegar a confinarse en segmentos de la población puramente residuales, debidos simplemente a la ignorancia, la incultura o la enfermedad mental. Mientras hay IA, hay esperanza: la inteligencia artificial pueda llegar a vencer a la estupidez natural. Algo es algo.

Nota:https://www.enriquedans.com/

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