La importancia de teclear adecuadamente
Un artículo en The Wall Street Journal que está siendo muy comentado, «Gen Z-ers are computer whizzes. Just don’t ask them to type«, incide en las dificultades de las generaciones más jóvenes a la hora de hacer uso del teclado, algo supuestamente contraintuitivo en una generación que ha convivido con la tecnología desde edades muy tempranas y que hacen un uso prácticamente constante de sus dispositivos.
¿Cómo de preocupante es que la habilidad de teclear con una técnica adecuada, que solía entrenarse y perfeccionarse durante buena parte del pasado siglo, se esté perdiendo completamente, y que las velocidades de entrada de texto, que alcanzaban en muchos casos las cien palabras por minuto – se suele considerar una buena velocidad a partir de las 60 palabras por minuto – hayan caído dramáticamente? Del 44% de estudiantes que tomaban cursos de mecanografía en el año 2000, hemos pasado hoy a tan solo un 2.5%
A medida que los jóvenes van convirtiéndose en adultos, la posibilidad de llevar a cabo tareas serias desplazando simplemente las puntas de dos dedos sobre la pantalla táctil de un smartphone con teclado predictivo tiende a desaparecer, y el teclado físico se convierte en la interfaz habitual. Si al enfrentarse a esa interfaz, un usuario tiene que estar mirando constantemente buscando las teclas, alcanzará únicamente unas trece palabras por minuto. Y aunque su trabajo no consista en reproducir textos mecánicamente a gran velocidad, esa cifra supone una seria desventaja para muchos trabajos.
¿Hablamos tal vez de un momento de inflexión en el tiempo, antes de que los teclados de toda la vida empiecen a ser sustituidos por algún otro tipo de interfaz, probablemente basada en inteligencia artificial generativa, capaz de transcribir correctamente y sin errores lo que un usuario le va diciendo? O de convertir los teclados de los smartphones en algún tipo de interfaz ubicua? El fin del teclado un dispositivo arcaico que debe la disposición de sus teclas a un intento de evitar que los martillos que portaban los caracteres se atascasen, se ha anunciado en infinidad de ocasiones, pero nunca acaba de producirse. ¿Va a llegar a tiempo para ayudar a una generación que parece extremadamente torpe a la hora de enfrentarse con él?
Pero el hecho de que esa habilidad se pierda no indica únicamente un problema de interfaz. En general, la generación de los llamados «nativos digitales» ha respondido a lo que la mayoría de expertos anunciaban: lejos de ser «expertos en computación», son en realidad capaces de llevar a cabo unas pocas tareas, muy concretas, de manera repetitiva, y no precisamente aquellas que les preparan para un futuro desarrollo profesional. La carencia de educación formal destinada a extraer partido a la tecnología les ha dejado con muy pocas nociones, generalmente autoaprendidas o explicadas por sus pares, que distan mucho de responder a ningún tipo de mejores prácticas.
¿Deberíamos preocuparnos por entrenar a la generación Z en habilidades de manejo del teclado, mecanografía y similares? No lo tengo claro. Yo tiendo a teclear muy rápido y sin mirar demasiado al teclado aunque no aprendí a hacerlo de manera formal, simplemente por una cuestión de práctica. Sin embargo, si mi dispositivo habitual no hubiese sido un ordenador sino un smartphone, probablemente hoy sería capaz de escribir más rápido en éste y mucho menos en un teclado físico como tal. Pero mientras la mayoría de los trabajos administrativos se lleven a cabo con un teclado, todo indica que la generación Z se va a encontrar con una desventaja importante, que tardarán un cierto tiempo en ser capaces de solucionar. ¿Preocupante, o cuestión de unas cuántas semanas de práctica? Sinceramente, no lo sé.
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