Los amigos que crearon una “universidad tecnológica” y prometen ayudar a descubrir un mundo nuevo laboral
Que la tecnología avanza a pasos agigantados ya no es novedad, eso hace que también sea más complejo para muchos subirse a ese barco. Justamente, ante esas necesidades y los nuevos desafíos que ahora proponen las aplicaciones y la Inteligencia Artificial, Jan Kostadinov, Julián Di Iulio y Matías Carrera, de 20, 25 y 34 años respectivamente, crearon una empresa educativa que forman profesionales para que puedan ingresar en empresas de tecnología o fundar sus propias startups aprendiendo de expertos que ya trabajan en empresas líderes.
GrowthX College es una startup que busca convertirse una escuela referente en su tipo en América Latina y que tiene el objetivo de “formar talentos” en algunas de las profesiones más demandadas por el mercado laboral actual y vinculadas al ecosistema tecnológico, como growth marketing (estrategias para lograr el crecimiento exponencial de startups), product manager (innovación y gestión de producto) y startup blueprint (un programa para fundadores y emprendedores).
“Buscamos crear una universidad, o un centro de aprendizaje, donde los estudiantes no se formen solamente para conseguir un trabajo sino también para tener un crecimiento que le otorgue un alto valor personal, para poder así insertarse en el mundo de la tecnología y generar impactos en proyectos reales y sin tener que estar cuatro o cinco años aprendiendo sino en lapso más reducido”, explica Jan Kostadinov, Co-Founder & CEO de GrowthX y Bookster App.
El programa de formación dura entre seis y ocho meses, y tiene el objetivo de que sus estudiantes puedan conseguir trabajo en una startup, que aprendan a escalar productos a millones de usuarios y tengan las herramientas para desarrollar su propio proyecto.
Las historias detrás de una universidad de vanguardia
Jan es uruguayo. A los 15 años se metió de lleno en el mundo de la tecnología y nunca más salió. “No tenía experiencia previa, no tenía mucho más para aportar, excepto que sabía cómo utilizar las redes sociales a favor de un producto. En ese proceso encontré una aplicación que me gustaba y le mandé un mail al fundador explicándole lo que yo haría para mejorar ese negocio. No me contestó, así que le mandé un mensaje a la madre, otro al padre, al tío, a la abuela, a los cinco hermanos y al perro, que tenía una cuenta de Instagram”, cuenta Jan sin exagerar sobre cómo fue en busca de lo que sabía era lo suyo.
Emocionado por esa parte de su historia, cuenta: “Realmente le escribí absolutamente a todo el mundo cercano a él hasta que, finalmente, leyó mi mail y me dio la posibilidad de trabajar con ellos”. Ya tenía 16 años y se mudó a los Estados Unidos para trabajar en esa empresa por cuatro años.
“Tuve la chance de liderar equipos de más de 30 personas, de escalar un producto a más de 20 millones de usuarios, de generar decenas de millones de dólares y recibí mucho aprendizaje. Ahí fue, justamente, cuando descubrí cómo funcionaba verdaderamente el mundo de la tecnología, supe cómo escalar productos, cómo hacer marketing y, además, pude definir mi propósito: mi cumpleaños 100 quiero festejarlo en un estadio con las 100.000 personas a las que impacte positivamente. También fue donde terminé de entender cómo puedo generar ese impacto con productos y con contenido. Por el lado de producto, hay un proyecto que tengo con otro socio; pero la idea por el lado del contenido surgió ayudando a jóvenes de Latinoamérica que estaban empezando a emprender o que querían empezar en el mundo de la tecnología. ¿Qué hice? Comenzar a enseñarles, a mentorearlos, y en ese proceso lancé un producto con el cual ayudaba a distintas personas de Argentina a insertarse en el mundo de la tecnología y ahí participaba un amigo de Julián”, resume los meses previos a que se produjera el encuentro que marca la vida de ambos.
Cuando habla de Julián se refiere a Julián Di Iulio, su actual socio y amigo argentino, y además director de Operaciones de GrowthX College. En ese momento, que joven de ahora 25 años cursaba el quinto de Medicina y le quedaban pocas materias para recibirse, pero no se sentía del todo conforme con lo que lo rodeaba.
“Yo veía que las personas que me formaban no se veían felices o no tenían algunos aspectos de la vida cubiertos, por ejemplo, el lado financiero. Y del otro lado, veía toda la polenta que tenía Jan, en términos de visión, de llevar ideas a la realidad, de impactar en las masas, y pensé en por qué no llevar todo este conocimiento que viene siendo más en términos educativos, porque al fin y al cabo lo que hacía con mis pacientes era un modelo educativo que tenía resultados en la salud de ellos. Entonces, a partir de ahí, comencé a conectar lo que mi amigo que estaba en la formación me iba pasando con lo que yo hacía. Después, me puse a a profundizar mucho los conceptos de growth marketing y me encantó porque me di cuenta de que es también generar movimientos, ideologías y poder llevarlo a las masas. A partir de ahí empecé a contribuir al equipo, porque sentía que le faltaba orden y demás, y terminamos trabajando juntos. En un momento, me uní a una llamada en la que estaba Jan y el equipo y no sé qué habrá visto él en mi, pero me propuso que elaboremos juntos. Hoy creo que se juntan ambos propósitos”, resume sobre cómo comenzó la sociedad entre ellos.
Luego de que Julián cuenta su parte de la historia, Jan le responde sobre qué fue lo que vio en él. “En ese momento que describe, yo estaba ofreciendo un producto, un servicio, que Juli en concepto, había robado, básicamente, pero había aportado tanto valor de una manera desinteresada no solo a su amigo sino toda la gente que estaba trabajando conmigo, y quiso sumarse a la llamada mostrando un montón de ganas, de energía, de proactividad, que quise saber quién era y ahí supe que estaba casi recibido de médico y trabajando casi a tiempo completo por 30 dólares al mes. Y me dije que él era una persona en la cual quería invertir, y comenzamos a compartir, a convivir y de ahí nació lo que hoy es GrowthX College”.
Eso ocurrió hace poco menos de un año. Entonces, lo que más impactó a Julián de ese nuevo mundo fue saber que él podría crear su propia startup en el mercado o también ayudar a escalar otras que iban en dirección a su propósito. “A partir de ahí entendí qué es muy importante que las personas pueden llevar sus ideas a la sociedad y resolver problemas reales, que ayudan a las personas, a las masas. Se trata de resolver. Yo, en paralelo, veía lo que son los sistemas educativos, las problemáticas de los profesores y, realmente, sentí que eso no era lo que yo quería replicar”.
Para Jan, su gran inspiración fue su mentor (el fundador de la app en que trabajó durante unos cuatro años en los Estados Unidos) tenía un lema: “Ser la persona que vos necesitabas cuando eras chico”. “Con ese afán, comencé a meterme más a Argentina y Uruguay, que para mí es uno, y ahí fue que conectamos con Julián”.
Para Julián el impacto también pasó en comprender que con las nuevas herramientas podría “hacer cosas grandes”. Lo explica: “No dudé ni un segundo en pausar lo que estaba haciendo, porque después se puede retomar, pero pensando que el que tenía enfrente era uno de los caminos y que me iba a dar una salida y también queriendo cumplir un poco ese rol del inconsciente colectivo que dice que está bien estudiar o trabajar, pero nunca estuvo la opción de emprender, más allá del rubro”.
La idea educativa que tienen está también basada en la creatividad, resolución de problemas y liderazgo.
Qué es una startup
Julián cuenta que aunque el termino startup es conocido aún no se conoce el concepto real ni qué es. Lo explica: “Noto que las personas, sobre todo Latinoamérica, a veces no saben a qué nos estamos refiriendo al hablar de una startup y, por lo general, es una empresa de crecimiento rápido. Para dar una idea, son empresas como por ejemplo, Uber, no que llegó para resolver un problema como la falta de transporte de accesible y conveniente en las ciudades: Airbnb, que transforma la manera en que las personas se encuentran alojamientos de manera más fácil y económico o Spotify que cambió la forma de escuchar música. Estas startups tienen una problemática en la mira y generan una solución. Entonces, a eso también apunta nuestro programa. Por ejemplo, si resonás con Spotify y te gustaría llevar la música a niveles masivos, tenés varias maneras de hacerlo como contribuir en el desarrollo del producto desde la programación, desde el diseño, etc. Podés hacer que llegue a más personas y que las personas, por ende, terminen siendo usuarios”.
Con ese concepto, lo que proponen como creación es que “si estás enamorado de un problema, aprendés qué paso a paso es necesario realizar para poder llevarlo a al mercado y y resolver ese problema a las personas que lo estén teniendo”, define.
En ese aspecto, Jan aclara: “Cuando alguien piensa en el mundo en la tecnología, usualmente piensa en lo que es programación, en 0 y 1, en estar sentado 8 horas atrás de la computadora y justamente para mí ha sido todo lo opuesto. Para mí ha sido pensar creativamente, resolver problemas de manera en las que nadie lo ha hecho antes, vivir viajando por el mundo con mis equipos, por proyectos propios, para empresas importantes en las que he estado que alquilaban casas y vivíamos todos juntos con el equipo en Miami, Londres o Nueva York”.
“Cuando hacés un trabajo, podés apuntar a impactar a las personas que están alrededor tuyo o exportar soluciones al resto del mundo. Si se trabaja en un pequeño negocio, quizás se puede impactar en el barrio y en la ciudad, pero si realmente hacen cosas bien puede llegar a todo el país. Cuando se trabaja con esta tecnología se está cambiando las dos variables con las que las personas interactúan y se tiene un impacto masivo sobre todo el mundo. Creo que eso es lo hermoso porque si realmente creas un producto que vale la pena crear y lo llevas a una escala masiva, estás teniendo un impacto sobre sociedades enteras y cambiando el comportamiento de millones de personas globalmente”, enfatiza sobre el impacto que se puede generar.
El 15 de noviembre comenzarán las nuevas clases en modalidad online, presencial y live online. “Tenemos profesores que vienen de startups que ya han logrado miles de millones de dólares en capital, otros que han vendido negocios por cientos de millones. Nuestra diferencia es que nuestros profesores actualmente están resolviendo los problemas a los que después se van a enfrentar los estudiantes. Tienen la posibilidad de aprender de los mejores en la industria porque nuestro cuerpo docente incluye líderes en growth marketing, gestión de productos y fundación de startups. Traen una gran experiencia y conocimientos para ayudar a tener éxito.”, destaca y cuenta que entre ellos hay un profesor de Apple, por ejemplo.
Nota:infobae.com