Cuatro años después, nos estamos dando cuenta de que los efectos más devastadores de la pandemia del Covid están relacionados con nuestra salud mental. En las empresas, por ejemplo, un término de nuevo cuño está definiendo el estado emocional de muchos empleados, sobre todo de jóvenes pertenecientes a la llamada Generación Z: el Goblin Mode o Modo Duende. En este artículo explicamos sus características y la forma de gestionarlo desde Recursos Humanos.

Cómo surge y en qué consiste el Modo Duende
El Modo Duende es una de las palabras de moda en los últimos tiempos, y hace referencia a un estado en el que se ven inmersos sin remedio muchas personas, principalmente jóvenes de la Generación Z, que viven con una sensación de constante insatisfacción.

Según el Oxford Dictionaries el goblin mode es “un tipo de comportamiento autoindulgente, perezoso, descuidado  o codicioso sin disculpas, que generalmente lleva a rechazar las normas o expectativas sociales”.

Es, por lo tanto, una especie de procrastinación de nuestros propios sueños y objetivos tanto personales como profesionales, que está llevando a muchas personas al aislamiento, la ansiedad y la depresión. Aparentemente, es un acto de rebeldía, de rechazo, de insumisión ante las expectativas y exigencias sociales pero, en el fondo, es un estado peligroso que sume a la persona en una oscura infelicidad.

Pero, ¿dónde están los orígenes de este estado de salud mental?

La sensación de vulnerabilidad, el aislamiento y la modificación de muchas de nuestras rutinas que trajo consigo la pandemia, generaron en las personas muchísima angustia y resistencia. Este estado interno de alerta e incertidumbre comienza a día de hoy, a manifestarse en forma de absoluta desidia, cansancio físico, falta de motivación, desinterés y desconexión del modo de vida que manteníamos habitualmente.

Por otro lado, las enormes expectativas que generamos respecto a nuestra vida actual, hiperconectada y cada día más ficticia, extremadamente exigente y competitiva, provoca un estado de cansancio mental y físico en la persona, que nos lleva a decidir “tirar la toalla”, a rebelarnos contra nuestra forma de vida autoimpuesta y a asumir un estado de inacción permanente como respuesta a la misma.

¿Existe Goblin Mode en el ámbito laboral?
El bienestar laboral es una parte muy influyente en la salud mental de las personas y cuando es deficitario, la productividad y el clima organizacional se ve afectados de forma directa. El modo duende también está teniendo enormes consecuencias en el ámbito de las empresas.

Descensos de productividad, altos niveles de estrés y ansiedad, una sensación de no estar haciendo aquello que se desea y que provoca abandonos y cambios de trabajo, son algunas de las situaciones que este estado provoca en el ámbito de las empresas y, muy especialmente, en perfiles como los de la Generación Z.

Sin embargo, desde RRHH se pueden poner en marcha ciertas estrategias laborales ayuden a los empleados a mejorar su salud mental y combatan este estado tan complejo. Algunas de ellas, podrían ser las siguientes:

Crear vinculación bidireccional: para generar contextos de convivencia basados en la confianza y la empatía.
Establecer retos alcanzables y atractivos: que no provoquen estados de ansiedad o frustración, pero que sean capaces de atraer lo suficiente al empleado.
Generar estructuras de trabajo innovadoras: que permitan a los trabajadores adaptar el trabajo a su modo de vida, y no al revés.
Ofrecer acciones de formación en habilidades modernas: como en aquellos aspectos relacionados con una utilización más consciente de las nuevas tecnologías, con la gestión del tiempo o en contenidos relacionados con el compromiso medioambiental de personas y organizaciones.
Actividades de promoción de la salud: como clases de yoga, mindfulness, talleres de alimentación sana o servicios de psicología o coaching empresarial.
No obstante, algunos expertos y psicólogos aseguran que ciertos estados de abandono y desconexión son, hoy en día, fuente de reafirmación y reactivación mental y física, que nos ayudan a conectar de nuevo con nuestros intereses más profundos y a modificar aquellas conductas que nos dan bienestar.

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