A la CGT no le cumplieron los pedidos y endureció su postura frente al Gobierno

Actualidad - Nacional26 de julio de 2024
1721967882409

El sector dialoguista de la CGT -que suele ser el mayoritario- es resultadista. Justifica su postura de abrir canales de negociación con el gobierno de turno, sea del color que sea, con la premisa que de esa forma consigue mejores resultados que repitiendo paros y movilizaciones, que incluso terminan generando malhumor en la población despolitizada. En esta oportunidad, el problema fue que tenían poco para mostrar porque, en un contexto de recesión brutal y despidos, el Ejecutivo ni siquiera les concedió el pedido de actualizar el piso del reflotado impuesto a las Ganancias a los trabajadores.

Tampoco la petición de que retire la apelación para mantener la reforma laboral incluida en el DNU 70/2023, rechazada en la jusiticia laboral. "El Gobierno no ha dado respuestas a temas que para nosotros eran fundamentales", explicó el co-secretario general, Héctor Daer, explicó la decisión de bajarse de la convocatoria tripartita de la secretaría de Trabajo para consensuar con el sector empresario la reglamentación de la reforma laboral. Un golpe a la estrategia del Ejecutivo.

"Lo que queremos discutir es cómo generamos empleo, cómo subimos el salario, cómo resolvemos las jubilaciones que cada vez están más bajas y cómo generamos trabajo digno y desarrollo para nuestro país", explicó Daer en la conferencia de prensa posterior junto a Pablo Moyano y Omar Plaini, dos de los representantes de los sectores más combativos, y Carlos Acuña, el tercer co-secretario general. Con toda lógica, Daer argumentó que a la CGT no le cumplieron con dos pedidos mínimos, casi sin costo para el Gobierno, pero que ya los invitaban a avanzar en una agenda favorable a los empresarios. Como reveló El Destape, la reforma laboral de segunda generación que imagina el Gobierno contempla mayor flexibilización y menos derechos para los trabajadores.

En la previa, las suposiciones eran que, luego de una fuerte discusión, terminarían prevaleciendo los sectores dialoguistas, que suelen ser los de mayor peso. Pero la postura del Gobierno de ignorar olímpicamente las demandas sindicales y atender con esmero los reclamos que le hicieron llegar las entidades patronales nucleadas en el G6 -a las que recibió esta semana el secretario de Trabajo, Julio Cordero- modificó las previsiones. No conformes con lo ya aprobado en la ley Bases, los empresarios elucubran cómo seguir "modernizando" las relaciones laborales, sin importar las consecuencias de un modelo económico que está llevando al país a niveles recesivos de catástrofe. En la sede de Azopardo concluyeron que debían ponerle freno a esa nueva avanzada.

Con todo, tampoco se retomará el plan de lucha con la convocatoria a un paro general, como pretendían los sectores más combativos. El consenso fue llamar a un plenario de las regionales de la central para resolver cómo seguir y movilizar junto a las organizaciones sociales en la tradicional celebración de San Cayetano del 7 de agosto. A la reunión tripartita convocada por Trabajo enviarán una representación de equipos técnicos, sin acompañamiento dirigencial.

 
En la reglamentación de la ley Bases, la conducción cegetista ya le planteó a Cordero que se debía atenuar al máximo el artículo que habilta el despido de quienes bloqueen o tomen empresas. "Es un artículo que está mal escrito, es muy nocivo", advirtió Daer. Los representantes del G6 plantearon que ese punto no se debía tocar. Respecto a otro aspecto de la ley cuestionado por Daer, el del trabajador independiente que puede emplear hasta tres trabajadores sin relación de dependencia, el Ejecutivo también desoyó y avanzó con la reglamentación. "No estarían nunca en relación de dependencia ni tendrían beneficios sociales", explicó el co-secretario de la CGT.

La CGT viene haciendo lo posible por mantener las unidad. En la reunión del consejo, Daer y Moyano intercambiaron reconocimientos por lo que venían haciendo. "Apoyamos todo lo que se hizo hasta ahora", dijo el camionero. La idea de movilizar el 7 a San Cayetano fue de él y quedó aprobada. Las quejas derivaron hacia la dirigencia peronista porque está "borrada" y no alzan la voz para defender los derechos de los trabajadores. Tampoco los gobernadores, preocupados por la situación de sus distritos. A esas quejas se sumaron todos, incluso los del sector dialoguista.

Por Fernando Cibeira / El Destape

Te puede interesar