La contabilidad creativa de Milei para hablar de superávit en junio
A contramano de todos los pronósticos, el presidente Javier Milei destacó que el Gobierno logró alcanzar también el superávit fiscal en junio. Sin embargo, esto contradice informes tanto del Congreso como del sector privado, que revelaron que el mes pasado fue el segundo de la era libertaria con déficit tanto primario como financiero. Sobre todo, debido al pago devengado por los aguinaldos de los empleados públicos.
El Ministerio de Economía ya preveía desde antes que junio sería un mal mes para las cuentas nacionales, por lo que tanto su titular, Luis Caputo, como el propio Milei, habían afirmado públicamente varias veces que daría un resultado deficitario. Esto se debe a cuestiones estacionales, ya que impacta el pago del medio aguinaldo a la administración nacional. A lo que este año se le agregó una pobre recaudación por la recesión, sobre todo en el IVA, que ya se conocía desde inicios de mes.
Aun así, Milei afirmó, la semana pasada al dar un discurso ante empresarios en la Bolsa de Comercio porteña, que tuvo "superávit también en febrero, en marzo, en abril, en mayo, junio y en julio también. A pesar de la estacionalidad del pago del aguinaldo".
Pero esto no coincide con las mediciones alternativas, previas al resultado oficial que se conocerá alrededor del día 20 de este mes. En este sentido, la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) mostró que, en junio, el resultado primario arrojó un déficit del 1,4 billones de pesos, mientras que el resultado financiero (que incluye también los intereses de deuda) arrojó un déficit de 1,8 billones de pesos.
El informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) también mostró un déficit con exactamente las mismas cifras que la OPC. Así, junio fue el primer mes con déficit desde marzo, que también, pese a lo anunciado en ese momento por Milei en cadena nacional, cerró con déficit primario y financiero.
Dado que todos los gastos cayeron, el déficit se explica por el descenso en la columna de los ingresos. Principalmente, por la baja de las contribuciones a la seguridad social (debido al atraso de los salarios reales y al desempleo) y del IVA (debido a la baja del consumo) que no llegaron a ser compensadas por el importante crecimiento interanual de la recaudación del impuesto PAIS.
Una diferencia entre los dos informes es que la medición del Ministerio de Economía abarca a todo el sector público nacional (SPN), mientras que las de la OPC y la ASAP abarcan solamente a la Administración Pública Nacional (APN), que es el subconjunto más grande del SPN pero excluye, entre otras, a las empresas estatales (sociedades del Estado) y universidades.
Se trata, simplemente, de una diferencia de criterio, en la que el Gobierno, en general, prefiere medir a todo el sector público nacional porque ese registro es el que utiliza el FMI para determinar el cumplimiento de las metas de su programa, explicó a El Destape Guido Rangugni, vicepresidente de la ASAP.
Pero hay otra diferencia de criterio que parece ser clave en la afirmación de Milei acerca de que en junio hubo superávit: mientras que el Ministerio de Economía toma el gasto en base caja (o sea, el gasto efectivamente realizado), la OPC y la ASAP toman el gasto devengado (que incluye también la deuda formalmente exigible).
Por eso es que impacta el pago del aguinaldo, pese a que el Presidente aseguró que junio cerró con superávit aun cuando se erogó esta partida. El punto es que, como señaló Rangugni, el medio aguinaldo de los empleados públicos (no así de los jubilados) se devenga en junio pero termina por pagarse en julio, por lo que es un gasto que entra en las mediciones de la OPC y ASAP pero no en la del Gobierno, pese a que de cualquier modo se trata de un pago ya comprometido. "Es posible que por eso junio haya dado positivo en base caja", explicó el economista de la ASAP.
Por Javier Slucki / El Destape