Pactito feo
Pocos minutos después de la medianoche, casi todos vestidos de negro como exigía la invitación, y en una ciudad de San Miguel de Tucumán helada por las bajas temperaturas, el presidente Javier Milei y un grupo de 18 gobernadores firmaron por fin el postergado (y devaluado) Pacto de Mayo al comienzo día de la Independencia. Lo hicieron dentro del salón de la jura en la Casa Histórica, cuya cuadra estuvo todo el día vallada. A la firma del pacto, con el que el gobierno pretende comenzar "una segunda etapa de la gestión", no solo faltaron seis gobernadores, la mayoría de los expresidentes --salvo Mauricio Macri y Adolfo Rodríguez Saá--, los jueces de la Corte Suprema de Justicia y la CGT, sino que también se borró la vicepresidenta "libertaria", Victoria Villarruel, que, según intentaron justificar en su entorno, "estaba muy resfriada". Si bien la gobernación de Tucumán montó un show durante todo el día en la plaza Independencia, que incluyó hasta un recital de Panam, en la Plaza San Martín iba a haber un festival en contra de la presencia de Milei que no se pudo realizar porque la policía local reprimió y se llevó detenidas a cuatro personas.
Los gobernadores esperaron a Milei sentados a los costados del ingreso a la Casa Histórica. Todos muy abrigados y vestidos de negro. La excepción fue Karina Milei que lució un saco y un pantalón rojo comunista.
"La Argentina se encuenta ante un punto de inflexión. Los puntos de quiebre en la historia de una nación no son momentos de paz y tranquilidad, son momentos de dificultad y conflicto, donde todo parece cuesta arriba. Son momentos en los que el abismo se hace tan claro que el cambio se convierte en una obligación y una urgencia", dijo Milei a poco de comenzar su discurso luego de haber firmado el Pacto de Mayo en el salón de jura de la independencia.
En ese salón, que es lo único que permanece original desde 1816, lo esperaron su hermana, el presidente de Diputados, Martín Menem, el presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, y los 18 gobernadores que uno uno fue rubricando el acta que, según Milei, es fundacional de una nueva Argentina. Los dos expresidentes, Macri y Rodríguez Saá no fueron parte de ese momento. Se quedaron tomando frío como el resto de los invitados en la puerta de la Casa Histórica.
El Presidente afirmó que lo que vive la Argentina es un cambio de época. Señaló que está dispuesto a recibir a todos los sectores de la política, incluso a los que no participaron de esta actividad. Advirtió que los que no fueron de la partida es por las "anteojeras ideológicas que los hacen desconocer la raíz del fracaso argentino". Según Milei es por "miedo o verguenza de haber persistido en su error por mucho tiempo y por muchos casos por obstinación de no querer ceder los privilegios que el viejo orden les brindaba".
Para el Presidente estos sectores son los que "intentan boicotear al gobierno y conspiran para que fracase". De todas formas dijo que hay espacio para que "busquen la redención" porque lo único que le importa "es que se sumen para construir los pilares que erigimos para esta nueva Argentina".
En su discurso, Milei ratificó su intención de avanzar más sobre la legislación argentina. Habló de una profunda reforma laboral porque la actual "es un ancla, con normas vetustas, que hace difícil contratar personal". Según el Presidente, para un trabajador no es mejor otro trabajador sino "es mejor un empresario y debe haber más empresas. Porque debe ser rentable contratar y no un acto solidario. Se debe poder despedir sin sufrir un litigio infernal", afirmó Milei.
Según Milei solo así crecerá el empleo genuino porque hasta ahora "lo único que creció es el empleo público. La dirigencia política y sindical ha preferido tapar el sol con las manos. La legislación actual fue pensada para un país que había dejado atrás la pobreza, ese país no existe más hoy somos pobres", afirmó. También ratificó su intención de reformar el sistema previsional.
En otro tramo, insisió en la necesidad de contar con "un Estado chico" que "no dilapida los recursos y bloquea la prosperidad". En ese sentido destacó el ajuste realizado aunque en esta oportunidad no usó ese término. Por supuesto que también aseguró que va a haber "una merma en el sistema fiscal de la economía".
Los aplausos, como el clima, fueron fríos.
La previa
Los gobernadores de Juntos por el Cambio tuvieron asistencia perfecta y estuvieron acompañados por uno de los invitados estrella de la noche: el expresidente Mauricio Macri. Más allá de los retos en público que Macri hizo la semana pasada a Milei pidiendo que cumpla con el fallo de la Corte sobre lacoparticipación de la CABA, el exmandatario voló especialmente de Londres --donde estaba disfrutando de los partidos de tenis del torneo de Wimbledon-- a Tucumán, casi sin escalas, para salir en la foto. Luego del acto, volvería a viajar al exterior y, según comentan en su entorno, el llamado para que asista no habría sido de Francos sino del propio Milei. Sobre el vínculo entre el PRO y LLA cerca del expresidente dicen: "Neutralidad afectiva compromiso con el rumbo del cambio".
Con Macri viajaron desde Buenos Aires su primo, el jefe de gobierno porteño, Jorge Macri; el gobernador de Chubut, Ignacio Torres; el de Entre Ríos, Rogelio Frigerio y los diputados Martín Yeza, Diego Santilli y María Eugenia Vidal. Cuando llegaron a Tucumán, cerca de las diez de la noche, algunos de los gobernadores ya los esperaban en el hotel Sheraton con las empanadas servidas. En tierra firme estaban los senadores Alfredo de Angeli y Luis Juez.
Macri ya se encontraba en la Casa Histórica cuando aparecieron los ministros del gabinete nacional. El saludo con Patricia Bullrich fue seco y distante. Una muestra de la tensión interna que vive el PRO.
Hubo otra muestra. La cantidad de sillas vacías que hubo. En uno de los laterales, quedó totalmente sin ocupar un centenar de sillas que eran custodiados por un policía muerto de frío.
También estuvieron en el Sheraton y para la firma del pacto los gobernadores peronistas de Catamarca, Raúl Jalil; el anfitrión Osvaldo Jaldo; el salteño, Gustavo Sáenz; Martín Llaryora de Córdoba y los mandatarios de partidos provinciales: Alberto Weretilneck, de Río Negro; Rolando Figueroa, de Neuquén y Hugo Passalaqua, de Misiones.
Muchos de los gobernadores fueron efusivos a la hora de las declaraciones de acompañamiento, Jaldo sobre todo, pero otros estaban con caras largas y decidieron asistir más por interés --y por instinto de supervivencia-- que por convicción. Durante las semanas pasadas el gobierno hizo el traspaso de obras públicas a la gran mayoría de las provincias y les habría prometido a los gobernadores que Nación cubrirá el 70 por ciento del financiamiento. Todos esperan que cumplan.
El arribo presidencial
Milei arribó a la provincia cerca de las 22.06 lo hizo en un avión de la flota presidencial. Viajó solo con su hermana, la secretaria general de presidencia, Karina Milei, con un equipo de casa militar y uno de la unidad médica presidencial. En un vuelo aparte, que salió antes, viajaron todos los ministros del gabinete nacional, incluido Federico Sturzenegger, y, en otro que despegó cerca de las 19, los diputados de LLA. Todos fueron al Sheraton y de ahí a la Casa Histórica, que estaba rodeada por un gran operativo de seguridad que incluía a la policía federal, a la policía local y a la gendarmería nacional.
Si bien el Presidente, según comentan quienes lo conocen de cerca, no estaba entusiasmado con la firma del pacto, ni por compartir espacio con los gobernadores, desde su entorno consideraban que discursivamente era importante para el gobierno tener la firma y la foto del pacto de Mayo, aunque sea en julio. En medio de un contexto de grave crisis económica, falta de dólares, aumento de la pobreza y la indigencia y una ola masiva de despidos, era central mostrar apoyo político para justificar las políticas que LLA está llevando a cabo y las que tienen pensadas tomar para seguir desregulando la economía y ajustando a los sectores medios y populares.
Los gobernadores fueron llegando uno a uno en vuelos particulares y comerciales a lo largo del día. El que más temprano lo hizo fue Raúl Jalil, de Catamarca. Luego Alfredo Cornejo, de Mendoza; Marcelo Orrego, de San Juan; y San Luis, Claudio Poggi. Cornejo dijo que estaba presente porque apoyaba la ley bases y el paquete fiscal y puntualizó: "No alcanza con hacer buenas administraciones en San Luis, en San Juan o en Mendoza. Necesitamos, además, que haya crecimiento económico y esas herramientas las tiene el Estado Nacional".
Poggi fue aún más afín al gobierno que Cornejo: "Es una convocatoria muy especial, que nos llena de expectativas y de esperanzas", pronunció. En esa línea, Orrego añadió que "celebra los 10 puntos que tienen que ver con acuerdos y con políticas de Estado", y subrayó que "es muy relevante para la Argentina compartir esto con el Presidente y con todos los gobernadores presentes”. El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, también tuvo un tono conciliador y a favor del gobierno: "Nos emociona a todos y celebramos poder hacer este encuentro", dijo y destacó ser "uno de los que entendió que había que acompañar, dialogar y consensuar porque eso es la democracia y la política".
Los que no aceptaron la invitación, además de los expresidentes --salvo Macri y Adolfo Rodríguez Saá-- fueron los cuatro jueces de la Corte Suprema y la CGT. En cuanto a los gobernadores, no estuvo Axel Kicillof, de la provincia de Buenos Aires, que le dijo al gobierno nacional tras la invitación: "que primero paguen lo que deben y lo que le robaron a cada una de las provincias". Tampoco Gildo Insfrán, de Formosa, ni Ricardo Quintela, de La Rioja, que dijo que "no hay un acuerdo, hay una imposición de diez títulos que vos tenés que ir a firmar sin comentar previamente el contenido".
Gustavo Melella tampoco viajó porque aclaró que los diez puntos del pacto “son títulos realmente vacíos”. Otro que se ausentó fue Sergio Zillioto, de La Pampa, que explicó: "ya existe un pacto, es la Constitución Nacional y hay que cumplirla". En el entorno de algunos de ellos recordaban la Cantata del adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras de Les Luthiers: "Mi honor está en juego y de aquí no me muevo".
De los tres gobernadores que estaban en duda dos finalmente asistieron: Gerardo Zamora, de Santiago del Estero, y Gustavo Valdés de Corrientes. Al llegar al hotel, el correntino dijo que nunca había estado en duda su presencia. Ante los rumores, Cornejo le había preguntado hace unos días en el grupo de WhatsApp si iba y él dijo que sí. El que finalmente no dio el presente fue Claudio Vidal, de Santa Cruz. Desde el PRO lo llamaron para preguntarle por qué no iba, e Ignacio Torres le habría contado a Macri durante el vuelo que no lo hizo "por condiciones climáticas".
El expresidente Alberto Fernández publicó un texto explicando el por qué de su ausencia. Después de cuestionar varios de los puntos del pacto, le dijo a Milei: "Me preocupa sobremanera el tono confrontativo que ha adoptado su discurso. No se puede construir una nueva Argentina sobre la base de la descalificación y la ruptura. Es imprescindible el diálogo y la cooperación para superar los desafíos que tenemos por delante".
Por Melisa Molina / P12