Los robots y la carnicería

Actualidad 04 de mayo de 2024
Robot-butcher

Los avances en la incorporación de algoritmia a la robótica industrial están empezando a resultar cada vez más llamativos, especialmente en aquellas industrias en las que la variabilidad es muy elevada y la precisión resulta fundamental.

Así, si a finales del año pasado algunos directivos de la industria cárnica aún manifestaban que su sector estaba claramente rezagado en la incorporación de robótica y seguía dependiendo fundamentalmente de trabajadores humanos para la mayoría de los procesos, empezamos a encontrar, tan solo unos pocos meses después, noticias que ilustran cómo el desarrollo de la visión computerizada y el machine learning se convierten en capaces de automatizar operaciones como el despiezado de una vaca, un cerdo o un pollo (aquí enlace abierto), hasta el punto de superar en su rendimiento a los trabajadores humanos.

El trabajo en un matadero es no solo especialmente duro y desagradable, sino que además, requiere una gran experiencia para ser realmente productivo, lo cual es un problema teniendo en cuenta que, por lo general, se trata de una industria sometida a una rotación de personal elevada. A la hora de despiezar un animal, dejarse un poco de carne pegada al hueso por un corte dado de manera no precisa genera un aprovechamiento inferior que, a base de acumularse, puede llegar a suponer pérdidas significativas. Tradicionalmente, esas operaciones solo podían ser desarrolladas por trabajadores humanos, debido fundamentalmente a que no hay dos animales iguales: por dimensiones, por peso, por características específicas, etc., encomendar la tarea a un robot significaba habitualmente un aprovechamiento menor de la carne.

La situación ha cambiado: ahora, los algoritmos de visión computerizada son perfectamente capaces de identificar correctamente qué parte es carne y debe ser extraída, de qué partes no son aprovechables o deben ser tratadas de manera diferente, y pueden llegar a llevar a cabo ese tipo de procesos con más precisión que un trabajador humano. Algunos de los trabajos más pesados y de mayor precisión, como el despiezado o el deshuesado de un pollo, ya compensa llevarlos a cabo mediante robótica: no solo no se cansan ni generan problemas laborales, sino que, además, dejan menos carne pegada al hueso. Por el momento, sin embargo, la mayor parte de las compañías que han incorporado este tipo de tecnología no han reducido personal o lo han hecho de manera muy conservadora, y optan en su lugar por reasignar trabajadores o mantenerlos para tareas no estándares o coyunturales.

Según responsables de la industria, no todos los procesos son iguales, y aún hay algunos que los trabajadores humanos llevan a cabo mejor que los robots. Pero obviamente, se trata de una cuestión de tiempo y de entrenamiento de los algoritmos correspondientes. En algunas compañías, los robots ya llevan a cabo desde la vacunación de los pollos cuando aún están dentro del huevo, hasta su despiece unas semanas más tarde, en un proceso cada vez más automatizado que supone, además, algunas ventajas a la hora de asegurar la higiene.

La industria cárnica es interesante porque, contrariamente a lo que ocurre en las cadenas de montaje de la automoción o de la electrónica de consumo, donde todas las piezas son idénticas y los procesos son muy susceptibles de ser estandarizados, la variabilidad entre los distintos animales es muy elevada, y por tanto, requiere de operaciones que no siempre son idénticas. Que los robots estén ya alcanzando el nivel necesario como para convertirse en carniceros supone un avance importante, que seguramente será aplicable a muchas otras industrias.

Nota:https://www.enriquedans.com/

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