¿Realmente alguien piensa que aprender idiomas va a dejar de ser necesario?

Actualidad 10 de abril de 2024
Multilinguism

A estas alturas, decir que los modelos masivos de lenguaje (Large Language Models, o LLMs) han alcanzado la capacidad de generar texto correctamente puede parecer una obviedad: a base de alimentar esos modelos con miles de millones de textos recogidos de todas partes, hemos conseguido que, efectivamente, se expresen mejor que la mayoría de las personas en términos de corrección y propiedad.

Por supuesto, una vez que obtenemos esa expresión escrita, convertirla en expresión oral es muchísimo más sencillo, y puede llevarse a cabo ya no solo mediante una simple locución, sino incluso con algoritmos capaces de entonar adecuada y enfáticamente según las necesidades. Basta jugar un poco con herramientas como HeyGen, un generador de vídeos mediante inteligencia artificial capaz de animar una simple fotografía y ponerla a hablar en cualquier idioma, para darnos cuenta de que, a pesar de sus gráficos aún manifiestamente mejorables, la idea de representarnos a nosotros mismos o a cualquiera hablando en el idioma que estimemos oportuno ya resulta perfectamente accesible. Hace ya tres años que Zoom adquirió la compañía alemana Karlsruhe Information Technology Solutions, o Kites, lo que permite, de manera razonable aunque no exenta de errores, mantener videoconferencias con personas que hablan otro idioma.

Ahora bien… ¿quiere esto decir que deberíamos empezar a renunciar a la idea de convertirnos en bilingües o multilingües, o que la educación debería hacer un énfasis cada vez menor en el aprendizaje de los idiomas, dado que sin ninguna duda vamos a tener máquinas capaces de llevar a cabo traducciones instantáneas de calidad? ¿Debería representar la llegada de tecnologías que recuerdan al Universal Translator de Star Trek una caída en el interés por el aprendizaje de idiomas?

El número de estudiantes de idiomas extranjeros en los Estados Unidos y en otros países está disminuyendo: la matrícula total en cursos de idiomas diferentes del inglés en universidades norteamericanas disminuyó un 29,3% entre 2009 y 2021, según los últimos datos de la Modern Language Association (MLA). En Australia, tan solo el 8,6% de los estudiantes de último año de secundaria estudiaban un idioma extranjero en el año 2021, lo que representa un mínimo histórico. En Corea del Sur y Nueva Zelanda, las universidades están cerrando sus departamentos de francés, alemán e italiano. Un estudio reciente de la compañía de enseñanza de idiomas EF mostró que el dominio del inglés entre los jóvenes de muchos países está tendiendo a disminuir.

¿Está el progreso de la inteligencia artificial generativa dando lugar a un desinterés cada vez mayor por el aprendizaje de los idiomas? ¿Es la posibilidad de que una máquina intermedie en la comunicación entre dos hablantes de idiomas diferentes suficiente como para desincentivar la búsqueda del dominio de lenguas extranjeras? Hasta hace pocos años, todos los padres se preocupaban porque sus hijos adquiriesen un buen nivel de inglés y, preferentemente, de algún otro idioma, y valoraban las instituciones educativas con buenos enfoques en ese sentido? ¿Estamos viendo una caída de ese interés?

Por mucho que la alegoría de la Torre de Babel nos haga ver el multilingüismo como una especie de maldición, la realidad es que cada idioma lleva asociados importantísimos bagajes socioculturales que tienen una gran importancia a la hora de entender las comunidades humanas. Plantear que la llegada de dispositivos y tecnologías convierta el aprendizaje de idiomas en innecesarios tiene un problema: el de reducir a los seres humanos a la pobreza que implica que su cerebro maneje únicamente un idioma. De hecho, el dominio de idiomas siempre ha estado asociado en cierta medida con el nivel cultural.

Pero más allá de esa connotación, la realidad es que el aprendizaje de idiomas es muy positivo para el cerebro humano, y da lugar a numerosos beneficios cognitivos que ayudan al desarrollo en la infancia, y al retraso de la degeneración de la función cerebral a medida que envejecemos. Más allá del tópico del norteamericano que únicamente sabe hablar inglés y que no es capaz de situar otros países en un mapa, el aprendizaje de idiomas nos ayuda a mejorar nuestra sensibilidad cultural y a conectar con otras personas de manera mucho más adecuada que si pretendemos que algún tipo de tecnología o máquina intermedie esa comunicación, por muy bien o muy rápido que sea capaz de hacerlo.

Por el momento, la gran competencia está en ser capaz de entrenar a los LLMs en un idioma concreto, aunque posteriormente sean capaces de expresarse en muchos otros. El lenguaje en el que el LLM ha sido entrenado es siempre más económico en términos de consumo de recursos y da lugar a mejores resultados en muchas prestaciones, lo que condiciona el interés de muchos países por obtener LLMs en su idioma. La preocupación podría ser legítima y justificar la inversión de recursos en ese desarrollo, pero incluso en ese caso, creo que sería un error que esos desarrollos tecnológicos diesen lugar a un desinterés en el aprendizaje de idiomas. Y de hecho, eso sería, desde mi punto de vista, un empobrecimiento de la naturaleza humana provocado por un desarrollo tecnológico que siempre debería contribuir a expandirnos, no a limitarnos. Francamente, creo que sería un error.

Nota:https://www.enriquedans.com/

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