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Actualidad 28 de marzo de 2024
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Cálculos hay distintos, realizados por expertos y consultoras privadas a partir de diferentes parámetros de comparación. Por eso difieren en la magnitud de la pérdida sufrida por el salario mínimo vital y móvil (SMVM) en los últimos decenios. Existen, sin embargo, plenas coincidencias, más allá de los matices de métodos y estadísticas, en cuanto a admitir la violencia y magnitud del derrumbe de esos sueldos desde la decisión del Gobierno libertario de podarlos a golpe de motosierra.
«Tenemos un salario mínimo más bajo que el del año 2000», constata el economista Jorge Barreto.  Según sus cuentas, a comienzos de siglo la remuneración básica, medida en la divisa estadounidense, ascendía a 200 dólares. Esa cifra se reduce en estos días a 132 dólares (-29 %). Otros análisis se hacen en moneda nacional y toman como referencia el mayor valor de la serie, registrado en septiembre de 2011. Concluyen así que el salario mínimo es hoy un 62% más bajo que el de entonces. Para equiparar los 2.300 pesos de aquel momento habría que llegar en la actualidad a unos 400.000 pesos, casi el doble del vigente en estos días.

El SMVM está garantizado por el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y fue reglamentado por la Ley de Contrato de Trabajo. Funciona como una señal económica y social relevante, ya que define el piso de remuneración total que debe percibir un trabajador mensualizado que cumpla una jornada legal a tiempo completo. En consecuencia, condiciona al universo de salarios, a la vez que marca un contexto relacionado con la distribución del ingreso.
El mínimo y vital sirve además como valor testigo para definir algunas prestaciones sociales, así como también los límites para el pago del Impuesto a las Ganancias.

El permanente deterioro del salario mínimo arrastra tras de sí parejos retrocesos en distintos planes y prestaciones sociales. Entre los perjudicados figuran los adultos mayores con 30 años de aportes y tienen derecho a cobrar como mínimo el 82% del SMVM. Estos jubilados percibirán en marzo 172.380 pesos. Los beneficiarios del programa Potenciar Trabajo verán del mismo modo un recorte en su poder adquisitivo, ya que cobran el equivalente al 50% del SMVM. Asimismo, hay un programa cuyo ingreso está directamente atado a la evolución de ese ingreso básico. Se trata de «Acompañar», un plan dirigido a mujeres y LGBTI+ de todo el país en situación de violencia de género. Entre los beneficios otorgados a las personas que se encuentran en esa situación se incluye un pago equivalente al Salario Mínimo, Vital y Móvil por 6 meses consecutivos.

Por otra parte, el salario mínimo también determina quiénes cobran algunas prestaciones. Es lo que ocurre por ejemplo con la Asignación Universal por Hijo (AUH), beneficio reservado para familias con un ingreso igual o inferior a un SMVM. Un criterio similar se aplica a las y los jóvenes que reciben las becas Progresar. El requisito para que los estudiantes cobren el beneficio es que su grupo familiar no exceda en sus ingresos los tres salarios mínimos (608.400 pesos este mes).

No solo de pan…

El Gobierno nacional actualizó por decreto ese nivel salarial y fijó su valor en 180.000 pesos para febrero y 202.800 pesos para marzo. El monto de este mes se ubica en el valor más bajo desde junio de 2003, en el caso de que se cumplan las proyecciones de inflación de febrero (15,8%), relevadas por el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central. El laudo oficial devino luego de que no se llegara a un acuerdo en la reunión del Consejo Nacional del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil (una instancia que nuclea a representantes de los trabajadores, empleadores, el Estado Nacional y las provincias). Las centrales obreras (la CGT y las dos CTA) habían propuesto un incremento del 85%, para llegar a un valor de 285.000 pesos, pero el Gobierno desoyó el pedido y dispuso una cifra de casi 30 puntos porcentuales menos.

De acuerdo con el economista Barreto, en el primer mes de 2024 un trabajador que cobró el sueldo básico pudo comprar 87 kilos de pan. En las últimas dos décadas, el salario mínimo tuvo mayor poder de compra en 2006, cuando se podía comprar 320 kilos. A principios de 2023, el salario mínimo era de 65.427 pesos y cubría 136 kilos de pan, es decir, un 63% más que a comienzos de este año. La evolución de los precios y del SMVM en febrero y marzo redujo aún más la capacidad de consumo de ese alimento básico.

Los análisis técnicos y académicos que se realizan sobre esta materia recuerdan que la Canasta Básica Total (CBT), que determina el umbral de bienes y servicios necesarios para que una familia de cuatro integrantes no sea considerada pobre, rozó en enero los 600.000 pesos. A su vez, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide únicamente lo que un grupo familiar requiere para alimentarse, ascendió en la misma fecha a 285.000 pesos. Estimaciones de distintas consultoras, tras considerar la suba de precios durante febrero y lo que va de marzo, elevan esos guarismos a no menos de 720.000 pesos para superar la línea de pobreza y 340.000 para que esa familia tipo no quede en la categoría de «indigentes». 

 

Por Daniel Victor Sosa / Acción 

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