Festejos del Último Primer Día: guía para padres sobre cómo cuidar a los niños

Actualidad 04 de marzo de 2024
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El “Último Primer Día”, más conocido por sus siglas UPD, es un festejo que realizan los estudiantes que inician su último año del secundario. Consiste en hacer una “previa” en una casa, plaza o boliche, la noche anterior al último primer día de clases.

Suele comenzar a medianoche y se extiende hasta cerca de las 6.30. Durante esas seis horas, los potenciales egresados bailan y realizan diferentes juegos que involucran el consumo de alcohol. Estos juegos son creados por los propios adolescentes gracias a ideas que encuentran en redes sociales, como Pinterest y TikTok. Entre los más comunes, se destacan tableros y cartas que contienen retos que van desde tomar cierta cantidad de alcohol por ronda, besarse con alguien, hasta hacer una confesión “polémica y picante”. Una vez finalizada la noche, los adolescentes se trasladan a sus respectivos colegios en ómnibus. La celebración culmina en la puerta de las instituciones con cotillón, banderas, bombos y bengalas de humo.  
 
Dado el aumento y la intensificación de estos festejos a lo largo de los últimos años, las escuelas han decidido crear protocolos específicos para el UPD. Incluso la Cruz Roja Argentina lleva adelante el programa “Previa Eterna” todo el año donde, a través de una política de reducción de riesgos y daños, trabaja junto a jóvenes para brindar información y herramientas que les permitan transitar su adolescencia de la manera más segura posible.

El médico pediatra Fernando Burgos (MN 81.759), miembro de la subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría, habló con Infobae acerca de este fenómeno:

“El último primer día se ha transformado en un ritual social que ya hace más de 10 años se lleva a cabo, no solamente en Argentina también en Brasil, Uruguay y Colombia. Se realiza cuando los chicos van a empezar su último año, lo esperan muy ansiosos y esa ansiedad se transmite a los padres y al colegio. Sucede durante la madrugada y en esas horas los chicos comparten charlas, risas, juegos e intervienen dos actores complejos que son el consumo de sustancias problemáticas y el alcohol”.

Los adolescentes buscan encontrar su propia identidad y aceptación en el grupo de pares. Esta presión por pertenecer hace que muchas veces tomen decisiones que ponen en riesgo su salud.

Florencia Alfie, licenciada en Psicología egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA), (M.N 47.873) señaló a Infobae los problemas del UPD: “El festejo se vuelve cada vez más descontrolado, más desenfrenado. Los alumnos llegan a la escuela exhaustos, con un consumo elevado de alcohol y otras sustancias. Una de las características propias de la adolescencia es la “invulnerabilidad”: los jóvenes se sienten empoderados, fuertes y avanzan sin contemplar las consecuencias, sienten que a ellos nada les va a pasar”.

Y agregó que los adolescentes consumen en “modalidad atracón”: “Grandes cantidades de alcohol en poco tiempo y de alta graduación alcohólica: vodka, fernet. Este Consumo Episódico Excesivo de Alcohol (CEEA) es una tendencia peligrosa, que puede provocar: pérdida de conciencia y de memoria, trastornos del habla y de la coordinación, violencia, somnolencia, convulsiones, desinhibición, prácticas sexuales de riesgo (que aumentan las posibilidades de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual), accidentes de tránsito y coma alcohólico”.

La doctora Silvia Cabrerizo (MN 103.200), pediatra toxicóloga y secretaria del Grupo de trabajo en Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), brindó detalles acerca de las consecuencias que el consumo de alcohol tiene sobre los niños y jóvenes en una nota reciente en Infobae: “El desarrollo cerebral finaliza hacia los 20 y los 21 años, y la incorporación de cualquier sustancia psicoactiva interfiere con ese desarrollo normal, en el que lo último que ese adolescente termina de formar es la capacidad crítica del pensamiento”.

Según explicó Cabrerizo, ante el consumo excesivo (CEEA) o también llamado Binge Drinking, (BD por sus siglas en inglés) “el hígado no tiene tiempo para metabolizar tan rápido esa cantidad excesiva de alcohol, y eso hace que aumente los niveles de la sustancia en sangre —lo que se denomina alcoholemia—, con efectos que se visualizan principalmente actuando sobre el sistema nervioso central, y ahí es cuando el paciente puede evolucionar a un coma alcohólico. Además, al ser un tóxico multisistémico, el alcohol puede generar otras alteraciones como daño hepático y toxicidad hematológica”.

Ante este panorama, ¿cómo cuidar a los adolescentes del alcohol y las drogas?

La importancia del diálogo y la escucha activa
“Siempre decimos que tenemos que acompañar a los chicos no solamente en el área de salud sino también en la educación y este trabajo en equipo entre padres, salud y escuelas debe ser permanente”, expresó el doctor Burgos.

Y añadió: “Ante el UPD es de buena práctica que ya anticipadamente los grupos de padres se pongan en contacto con el colegio y este con los alumnos creando algunas estrategias como puede ser reuniones con los chicos y padres para lograr un cuidado. La palabra cuidado no significa prohibir, sino estar atentos. Tenemos que tratar de lograr que los chicos pasen esa fiesta en una casa designada por el grupo de padres, donde haya adultos responsables para el cuidado de los chicos y tener una charla previa de lo que puede significar en el exceso de consumo, ya sea de alcohol y de drogas”.

En coincidencia, la licenciada Alfie aconsejó mantener un diálogo abierto y directo sobre los riesgos y efectos que el alcohol, tabaco y otras drogas generan en la salud. “El consumo durante la adolescencia es perjudicial, ¡debemos repetirlo hasta el hartazgo! Hacer hincapié en cómo estas sustancias afectan su cerebro en plena maduración, su cuerpo, sus vínculos, su rendimiento académico”, enfatizó la psicóloga.

El doctor Burgos recomendó: “Dentro de lo que es el cuidado y el control debemos advertir a los chicos que si llegan a consumir, y esto es un factor de protección lo que no significa que estamos promoviendo a que lo hagan, deben comer, ingerir agua y si alguno se excede, rápidamente avisar a un adulto. Esto, justamente, es para disminuir los riesgos e impactos que puede tener cualquier consumo de droga o de alcohol”.

Por lo tanto, agregó el pediatra: “el primer punto es que los adultos responsables estén en el lugar donde los chicos se juntan para pasar esa noche; que el colegio promueva reuniones con los padres y que elija, por ejemplo, algún líder o líderes del grupo para establecer cuáles son las pautas de cuidado; que el propio colegio cuando los chicos van a ingresar a la escuela visibilicen si alguno está alcoholizado y si es así avisar a sus padres y estos deben llevarlos en ese momento al médico. Luego, es importante lograr una vez más una charla en confianza”.

“Como pediatra, la confianza y la escucha activa siempre tienen que empezar mucho antes. No podemos prohibirles a los chicos el UPD porque indudablemente ya se transformó en un ritual social, pero sí podemos tener pautas de cuidado donde la escucha activa, promover la charla entre los padres y trabajar junto con el colegio son las mejores opciones”, agregó.

Recomendaciones para los padres
La licenciada Alfie brindó los siguientes consejos:

Establecer límites claros sobre el consumo, así como las consecuencias de no respetar esas reglas.
Fomentar la participación del adolescente en actividades significativas como deporte, iglesia u otros grupos.
Conocer a sus amigos (un grupo de pares que no consume puede ser un gran factor de protección), interactuar y hacer redes con sus familias, conocer los lugares que frecuentan.

Ser ejemplo: “Evitar consumir delante de nuestro hijo. Recordar que los adolescentes nos observan permanentemente y aprenden más de lo que ven que de lo que oyen. Si en cada reunión social ven a sus padres/ tíos consumir, les llega el mensaje de que ‘no deben ser sustancias tan peligrosas’”.
Mantenerse atento a posibles cambios de comportamiento, rendimiento escolar, aspecto personal, humor. “Si sospechamos que está consumiendo drogas o alcohol, hablar con nuestro hijo sin acusarlo, y buscar ayuda profesional (pediatra, psicólogo)”.
Hablar sin sermonear.
Poner énfasis en disociar las palabras diversión y alcohol: “No se trata de impedir que festejen, sino de promover encuentros y celebraciones más saludables”, remarcó Alfie.

No dar por sentado que se sabe todo: “Buscar información sólida para informar y contrarrestar la que ellos manejan”, dijo la psicóloga.
Poner normas claras, coherentes, firmes, no negociables.
Fomentar valores como la responsabilidad, la toma de decisiones, el cuidado personal y el respeto.
Armar redes saludables con otros padres.
Acompañar a los chicos: “Involucrarnos, sostenerlos, estar presentes: ¡todo esto contribuye a la prevención!”, destacó Alfie y concluyó: “No olvidemos que debemos ser el adulto confiable y responsable que pone un freno ante una situación que puede ser perjudicial”.
Consejos de la Cruz Roja Argentina
Estas son las recomendaciones de la entidad para los jóvenes ante el consumo de alcohol y sustancias en el UPD:

Es importante que los jóvenes, si van a beber, se preparen las bebidas alcohólicas que van a ingerir para asegurarse de su contenido.

Comer antes y durante el consumo de alcohol ya que éste se absorbe más rápidamente si el estómago está vacío. Por eso, es muy importante alimentarse antes y durante para ayudar a disminuir los efectos negativos del alcohol.
Conocer los límites propios y beber con moderación. Se recomienda decidir de antemano cuánto se va a consumir y conversar sobre los excesos con el entorno.
Regular la velocidad de consumo para evitar hipoglucemias y falta de percepción de los síntomas asociados al exceso. No es lo mismo consumir tres tragos en toda la noche que la misma cantidad en un período de tiempo corto.
Tomar un vaso de agua entre las bebidas alcohólicas ayudará a mantener la hidratación en el cuerpo. El alcohol tiene un efecto diurético en el organismo, provocan la eliminación de agua del organismo. Por eso, beber agua es fundamental.
No mezclar sustancias psicoactivas. La información sobre las consecuencias de cada una de ellas es muy importante.
Prestar atención al entorno, para saber cómo está el grupo y si alguien necesita algo.

Qué hacer si una persona ingiere alcohol en exceso

La Cruz Roja Argentina recomienda que si una persona presenta signos de intoxicación, es importante:

Verificar que en el entorno no existan riesgos.
Evitar que siga bebiendo.
Si está consciente, facilitar agua para que pueda consumir.
Abrigarla, para evitar la pérdida de calor, ya que el exceso de alcohol puede provocar deshidratación.
Contactar con un adulto responsable.
Evitar provocar el vómito.
No dejarla sola. ¡Es fundamental mantener la calma y llevar tranquilidad!
Si pierde el conocimiento, colocarla de costado para facilitar la respiración y llamar al servicio de emergencia local.

Nota:infobae.com

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