Ley Ómnibus: el PRO se une y la oposición dialoguista evalúa libertad de acción

Actualidad - Nacional 06 de febrero de 2024
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En líneas generales, el PRO se abrazó a la idea de que una ley no se le niega a nadie, principalmente la primera. Por eso, mientras los otros bloques dialoguistas conversaron para sentar posición frente a la ley ómnibus, el macrismo se mostró más calmo, sin reunión de bloque en la previa, a la espera de los diputados del interior. La unidad amarilla fue uno de los diferenciales de esta breve época, sobre todo después de la sangrienta PASO del año pasado.

"Calculo que no va a haber mayores inconvenientes", dijo un diputado PRO sobre la sesión que iniciará este martes y, por ahora, no se sabe cuándo llegará a su fin. La ley ómnibus se discutirá artículo por artículo y cada uno de ellos demandará mayorías propias para poder aprobarse. 

El macrismo tiene un pacto de gobernabilidad o convivencia interna. En diciembre, tras el golpe electoral y la división interna entre quienes tomaron partido por Javier Milei y quienes decidieron guardar el sentido de su voto, en Diputados acordaron avanzar todos juntos hasta marzo sin saber lo que tendrían por delante. Ni el DNU ni la ley ómnibus estuvieron en los planes de ese acuerdo que los llevó - por ahora - a votar en conjunto.

A fines del año pasado se resolvió la continuidad de Cristian Ritondo en la conducción pero una especie de mesa de diálogo o consulta con los otros sectores representados en el espacio, el larretismo y el bullrichismo.

Según el pacto global, en marzo deberían sentarse para barajar de nuevo, aunque el reparto de comisiones probablemente los empuje a seguir juntos para conseguir más sillas en las mesas chica de debate. 

El PRO, hasta ahora, se mostró, junto a la UCR y Hacemos Coalición Federal como un espacio clave para mantener la sesión ómnibus en general y lo será también en particular. Esto abre la duda sobre el futuro del bloque líquido de La Libertad Avanza cuando, por uno y otro motivo, alguno de los sectores colaboracionistas dejen de estar allí para colaborar.

Este mes queso demostrado que cada uno peleó por lo suyo, por su referente o intereses provinciales. Eso pone en duda los acompañamientos. El radicalismo reunió a su Comité Nacional para auto adjudicarse logros en el debate, como modificación de algunos item de la ley. En el bloque, se dió libertad de acción por tema privatizaciones . En principio no serían una traba para que se pueda avanzar con este articulado que según las modificaciones se dividiría en cuatro grupos de empresas diferentes.

Lo que sí generó cierto rechazo fue el capítulo de seguridad enviado por Patricia Bullrich. Después de la represión en las afueras del Congreso y la detención de una militante radical, la verdad es que no juntó demasiado quórum entre los boina blanca y hay solo unos pocos legisladores que podrían acompañar esta parte del proyecto de ley.

La reunión fue por Zoom y no estuvo presente el diputado Facundo Manes, uno de los dos junto a Pablo Juliano, que no acompañaron en general el proyecto de ley enviado por Javier Milei. Un dato nada menor si se tiene en cuenta que esperan sean más los radicales que acompañen distintos rechazos en particular.

El bloque de Miguel Ángel Pichetto, con mucho ascendente en los gobernadores, no recibió ningún tipo de respuesta de parte del gobierno, lo que compromete los votos de sus legisladores a la hora de acompañar determinados artículos, como pueden ser la delegación de facultades, que empieza a entrar en terreno pantanoso, proyectos vinculados a la cultura, al ambiente. Además, algunas objeciones con el capítulo de seguridad, puntualmente, el incremento de las penas por movilizarse.

La falta de diálogo por parte del gobierno impacta a todos. Milei se fue de viaje en pleno debate y no hay una línea clara. En ese contexto se enmarca la ruptura de un nuevo acuerdo con mandatarios provinciales. Desde el bloque de Pichetto pedirán la regularización de flujos de dinero a cajas jubilatorias provinciales o la coparticipación del impuesto PAIS. Si no se da ninguna de las dos, podría peligrar el pago de haberes y, allí, la disputa será por el costo político. De no avanzar en un pacto, se dará libertad de acción.

Por Carla Pelliza / El Destape

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