Depredadores morales

Actualidad 01 de febrero de 2024
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Hoy, Argentina está gobernada por un grupo heterogéneo de depredadores morales fuertemente orientados al robo y a la rapiña.

La depredación es un proceso natural de carrera evolutiva dentro de los ecosistemas. En él, los organismos vivos -animales y plantas-, desarrollan diferentes estrategias y técnicas para sobrevivir. En el caso de los animales, se trata de una relación biológica, sin voluntad alguna posible, en la que un individuo de una especie caza a otro para sobrevivir.

Los depredadores humanos, en cambio, se vinculan con sus presas por elección. Así, mientras los animales jamás torturan o matan por placer, como registra la historia, ciertos humanos, en cambio, bajo determinadas condiciones, no vacilan en hacerlo.

Vinculado a este fenómeno y para comprender con intensidad el momento que vivimos en Argentina, resulta interesante recordar una investigación matemática de 1926 dirigida al reino animal (excluidos los seres humanos), que se conoce como  Modelo “depredador-presa” de Alfred Lotka y Vito Volterra. Este modelo estudia la evolución de dos sociedades que conviven en un entorno, una como presa y otra como depredador. Javier Falcó, de la Universidad de Valencia, expone en un simple ejemplo la aplicación de las dos ecuaciones biomatemáticas en las que se basa el modelo. Habla de lobos y conejos. En este caso tenemos dos poblaciones cuya evolución depende del tiempo y de las interacciones entre las mismas.

La primera de las ecuaciones indica que la cantidad de conejos aumenta de modo proporcional a su número, pero disminuye de forma proporcional a la cantidad de encuentros entre las dos especies porque los lobos se comen a los conejos. La segunda de las ecuaciones establece que la cantidad de lobos aumenta de modo proporcional a las interacciones entre las dos especies, pero disminuye de modo proporcional a la cantidad de lobos. Esta disminución aparece porque al haber más lobos conviviendo juntos hay más competencia y dificultad para conseguir presas.

Llevando las ecuaciones al ámbito humano, el gobierno actual en cabeza de La Libertad Avanza, está integrado por un grupo de lobos que llamaremos L1. Los partidos aliados (UCR y PRO) y algún desprendimiento circunstancial del PJ, serían los L2. A su vez, ambos grupos son pertenencia incondicional de los detentadores nacionales y foráneos del poder real que llamaremos L0.

El líder visible de L1, Javier Milei, se denomina a sí mismo y a sus asociados (L0 y L2) como “gente de bien”. El resto, la comunidad que representaría los conejos -las presas-, según suele expresar Milei, son seres repugnantes a los que llama “excrementos humanos”, “basura” y a los que jura destruir y “fundir”. Sus discursos cargados de xenofobia, negacionismo, violencia y odio, caracterizaron su breve carrera hacia la presidencia, cargo en el cual impulsó desde el primer día de mandato una entrega del país que no registra antecedentes en la historia argentina.

Una particularidad a tener en cuenta es que tal como el ejemplo de las ecuaciones citadas, la convivencia entre los depredadores L0, L1 y L2, es compleja y les genera dificultad para apoderarse de las presas. Sucede que en el grupo de quienes mueven los hilos (L0 – poder real-) hay preocupación por la creciente desestabilización emocional del presidente y por su alusión a creencias esotéricas, incluyendo el diálogo fluido con perros muertos. En el día mismo de su asunción, causó honda alarma que el bastón presidencial, por orden suya, llevara tallado en plata el rostro de sus cinco mascotas, incluido el fallecido Conan a quien clonó en EE.UU. y dedicó su triunfo electoral.

 A su vez, quienes integran el grupo L2 -cipayos dialoguistas-, se encuentran igualmente preocupados por lo sucedido con la firma del dictamen de la Comisión que estudia los ilegales DNU y la denominada Ley ómnibus. Según trasendió, luego de la firma, se modificó el texto del Dictamen, cuestión que además de configurar delito, encendió el alerta en sectores de la heterogénea y frágil alianza.  

Se impone recordar aquí que la democracia está diseñada con un sistema de frenos y contrapesos para evitar abusos y desvíos totalitarios como los que se están intentando hoy en Argentina. El art. 29 de la Constitución Nacional es claro en su redaccion al prohibir de manera tajante la concesión al Ejecutivo Nacional de facultades extraordinarias así como “la suma del poder público, ni otorgarles sumisiones o supremacías por las que la vida, el honor o las fortunas de los argentinos queden a merced de gobiernos o persona alguna”. La norma no sólo establece la nulidad absoluta de la violación de ese principio, sino que somete a quienes lo hagan, a la justicia penal como “infames traidores a la patria”. Cabe aclarar que la delegación prevista excepcionalmente en el art. 76 de la CN, no resulta aplicable al intento por cuanto ni en el mega DNU ni en la Ley Ómnibus se dan, ni remotamente, las condiciones para su aplicación.

El texto constitucional citado y la ilegalidad de las propuestas son bien conocidos por sus autores materiales, que no pertenecen al gobierno oficial. Sin embargo, insisten en el intento a través del Presidente de la Nación. Lo que sucede es que la ilegalidad no es un freno para el sector de L0 y L1, hoy a cargo de la administración del país. Ello se sintetiza en la afirmación que en su momento efectuó públicamente el presidente Milei cuando aseguró : “entre el Estado y la mafia me quedo con la mafia” (SIC). Y fue lo que hizo al aliarse con Mauricio Macri y su grupo.

A partir de esa alianza espuria, los hechos se desencadenaron de la manera prevista y acordada. Se incorporó a la gestión con cargos altísimos a los mismos personajes que poco tiempo antes Milei había denostado, ofendido e insultado. Sólo baste recordar que designó como ministra de Seguridad a quien había definido como “tira bombas en jardines de infantes” (SIC). En el mismo sentido, Luis Caputo o Federico Sturzenegguer, conocidos por sus fechorías, fueron sumados al staff libertario.

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 Foto: Noticias Argentinas
 
Igualmente, es importante recordar que desde el año 2015, Macri y su banda mafiosa se habían avocado a la desarticulación de los mecanismos de control previstos en la constitución para evitar y eventualmente frenar la irrupción de la criminalidad que él integra y desde la que hoy se pretende un nuevo e inédito saqueo. El más importante de esos mecanismos, es sin dudas el Poder Judicial. Allí, una parte mayoritaria de jueces y fiscales desarrollan cada día su labor a lo largo del país de manera eficiente sin interferencias de la mafia gobernante. Sucede que el interés del gobierno no está puesto en ellos, sino en un pequeño pero muy poderoso sector de magistrados y funcionarios que han acompañado y encubierto a Mauricio Macri en aquel raid delictivo de 2015-2019.

El gobierno del Frente de Todos, por razones aún no conocidas, no tomó medida alguna contra semejante atropello, complicidad y riesgo futuro. Así, la publicitada reforma judicial nunca llegó y tampoco fue formulada en los términos adecuados para concretarla. Ese sector del poder judicial, cómplice de las persecuciones de Macri, se mantiene hoy intacto en sus despachos a la espera del aporte que le sea exigido.

El otro poder del Estado involucrado en la actual coyuntura es el Congreso de la Nación. Para el tratamiento de los ilegales proyectos (DNU y Ley ómnibus), los diputados se reunieron en varias ocasiones en un plenario de tres comisiones. Se cuestionó que sólo se habilitara esa mínima cifra de comisiones para temas de la envergadura de dos proyectos mega criminales como los citados. Lo que sucede es que esa picardía es sólo parte del plan. La magnitud de la osadía libertaria volcada en los proyectos es inédita. No sólo se entregan en ellos los recursos mas valiosos de nuestra nación. Se ofrenda, además, al capital despiadado, el presente y el futuro de generaciones de argentinos que pasarán enfermedad, hambre y miseria. Nadie advirtió que lo único que pretende Milei es la delegación de funciones legislativas. El resto es un señuelo para las discusiones y eventuales recortes.

Durante las sesiones, las y los diputados de UP y FIT fueron víctimas de prácticas prohibidas por la Constitucion Nacional y el Reglamento de la Cámara. Fueron ridiculizadas/os y silenciada/os en continuas interrupciones intencionales de sus micrófonos. Hay que recordar que quien presidía algunas sesiones, José Luis Espert, es el mismo diputado que propone balas para la población, amenaza que personalizó igualmente sobre la diputada Miriam Bregman.

Analizar las razones por las cuales nuestros legisladores aceptaron sentarse a discutir proyectos ilegales, es una tarea complicada pero en algún momento habrá que encararla. Ese análisis deberá incluir las razones por las que, una vez producidos los agravios y nuevas ilegalidades, las respuestas no han sido proporcionales a las agresiones sufridas. Es evidente que la desarticulación de los mecanismos de control efectuada por Macri y su grupo a partir de 2015, surtió su efecto. Hoy, la alianza mafioso-fascista que encabeza Milei, potencia esa desarticulación aumentando el peligro en ciernes.

Javier Milei es un alma perdida que marcha sin rumbo agitando el bastón de un mando ilusorio.

En su delirio, afirmó por television y sobre la pobreza, que “cada uno es libre de hacer con su vida lo que quiera, incluso morirse de hambre” (SIC 30/5/2022). Sostener que un pobre es libre de elegir su propia muerte por inanición es cruzar todas las líneas. Y cuando quien las cruza es el presidente de una nación, está interpelada toda la clase política.

El contexto en el que Milei llegó en poco tiempo a ganar una elección presidencial, es claramente el de depredadores y presas. Depredadores diseminados en las diversas categorías de lobos señaladas al comienzo. Presas repartidas en decenas de millones de habitantes que son víctimas de esos grupos de desalmados, verdaderos vampiros sociales que pregonan el alambrado de océanos o la pinchadura de preservativos. Detrás de ellos, siempre están quienes manipulan los hilos, los del poder real, con menos exposición pero con igual grado de maldad y perverso goce. En el medio, navegan los diletantes de turno que navegan en la especulación y que no vacilan nunca en seguir sus impulsos igualmente depredadores. Son narcisistas que con naturalidad pasan de un lado al otro de la vida según crean que les conviene.

 Es hora de comprender de una vez que ganar una elección no legitima a ningún tirano. La Libertad Avanza y sus jefes intentan imponer proyectos de miseria, pérdida de derechos esenciales y muerte. Delegar facultades en depredadores delirantes no sólo es ilegal, es profundamente inmoral.

Ojalá la oposición “complaciente” reflexione a tiempo y no convalide un camino de dolor del que costará mucho regresar. Ojalá también que desde nuestro espacio de oposición real avalada por millones de militantes de la vida, podamos dar la respuesta adecuada al nivel de agresión que estamos sufriendo.

 

Por Carlos Rozansky * Ex Juez de Cámara Federal y Ex Presidente del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 1 de La Plata. /  La Tecl@ Eñe

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